𝑻𝒐𝒅𝒐 𝒉𝒂 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐

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Una vez terminada la cena cada una de las doncellas se despidieron y fueron a sus habitaciones, solo Artemisa y Calisto quedaron en el gran salón charlando un poco.

-¿Calisto dime que os ha parecido el templo? La verdad solo espero que te sientas como en casa- Dijo la Diosa-

- Me siento mucho mejor que en casa créame, sin dudas es algo tan diferente y tan cómodo para mí, os agradezco por aceptarme- 

-No hay que de querida, sinceramente no dude ni un solo segundo en traerte acá pues eras merecedora de darte la oportunidad y pues me habéis sorprendido siendo tu primera lección de arco lo hiciste bastante bien-

-Ay eso se lo debo a sus consejos que la verdad me sirvieron de mucho, así que no solo yo tengo el crédito- 

-Jajaja sos tan dulce, bueno me alegra, pero no quiero que esta charla se base de mí, cuéntame ¿Cómo era tu vida en el reino?-

-Calisto dio un ligero suspiro algo nostálgico- Bueno realmente fui una niña que creció sin que le faltara nada, como mi padre decía "Tenia todo lo que cualquier doncella desearía", los vestidos más bellos, las joyas más valiosas, las mejores comidas y fiestas de cumpleaños... si quizás todo eso suena bastante bien, pero sabes había algo que yo sentía que me apagaban, padre solía decirme "Que me comportara como la princesa que era" pero yo siempre me pregunte ¿Qué tenía de malo que una princesa le gustara bañarse bajo la lluvia, correr con los siervos de bosque, treparse a los árboles en busca de manzanas, o usar el arco y flecha?-

Artemisa le escuchaba y miraba atentamente, sin interrumpirle

-Me la pasaba castigada la mayoría de las veces por acciones que yo no veía incorrectas, mis hermanos y hermanas se burlaban de mí y decían que "era un bicho raro"-

-Escúchame y perdona que te interrumpa pero debo decirte con toda sinceridad que no sos un bicho raro solo por actuar diferente, ni tampoco eres menos por haber escogido un destino diferente, ser diferente es haber escogido escuchar a tu corazón y no a las reglas de tu entorno y eso está más que bien ¿sabes? Además ya existe mucha normalidad en el mundo, era hora de que llegara alguien rompiera con ese patrón- 

-Calisto dio una sonrisa tímida- Gracias Artemisa, eso me hace sentir mucho mejor conmigo misma, espero de verdad encajar acá y borrar todos los sin sabores del pasado-

-Mira cuentas con todo mi apoyo, no importa que sea tendrás siempre mi ayuda ¿vale?-

-Calisto sintió como de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas y se cubrió la cara con sus manos- Lo lamento soy un poco sensible, perdona por llorar-

-Artemisa fue y se sentó junto a ella, luego le dio un abrazo y muy bajito le dijo- No tienes de que disculparte entiendo que te duela todo lo que pasaste, pero recuerda bien de ahora en adelante eso ya paso, estas en un nuevo presente y ahora eres tu quien lleva las riendas del caballo, por tanto puedes escoger hacia qué dirección ir sin que nadie pueda detenerte- 

-Artemisa apartó sus manos y con un pañuelo que llevaba en el bolsillo de su túnica limpio el rostro de Calisto y continuo diciendo- Espero que las próximas lágrimas que derramen tus ojos sean de alegría-

Calisto se le quedo viendo a los ojos sin saber que hacer por un momento, nuevamente sentía aquella calidez en su interior, y luego su reacción debido al nerviosismo fue ponerse de pie, Artemisa le miro confundida y le pregunto: 

-¿He dicho o he hecho algo que no debía?-

-No no... nada de eso, emm creo que tengo algo de sueño ya, además debe ser tardísimo- 

✧・゚: *✧𝑻𝒆 𝒃𝒖𝒔𝒄𝒂𝒓𝒆 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝑬𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔 ✧*:・゚✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora