Me miro en el espejo y tan solo soy un reflejo.
Una sombra de aquella chica que
en la playa cristalina
lanzaba su deseo
en una botella perdida,
dentro de ella mis sueños
Sueños perdidos en la neblina
de la desesperación y la perdición
Me enfrento a mi peor enemigo
ese enemigo eterno, yo misma.
Soy un dragón en una jaula de oro.
Mi sueño es salir de esta condena divina
Estoy ardiendo en mis propias llamas
Ahogada en mis propias lágrimas saladas
Voy a la deriva y en este mar de agua salada
Intento reconstruir los pedazos de un corazón
roto por la espada de la mentira y la traición.
El dulce cielo claro se transformó
En un oscuro reflejo de soledad
Y en este negro cielo busco la verdad
¿Cuál fue el viento que la reveló?
¿Cuál fue el viento que tornó tu decisión?
Oh París cuan grande fue tu error. Que grande la tempestad
Y ahora veo la negra ciudad.
Oh reina dime ¿cuál fue mi error?
Perséfone ¿cuál fue tu desdicha?
¿Porque se marchita la negra flor?
¿Quién mueve la negra ficha?
¿Quién me hizo perder mi amor?
¿Acaso aquel que almas desdicha?
Una espera de dolor y llanto. Sufrí porque fuí Ícaro volando con sus alas y mi ilusión desapareció. Fuí lucifer del cielo expulsado cayendo en las llamas eternas del infierno, convirtiéndose en el dios del inframundo.
Caído, cual lucero al alba, me ví ardiendo en mi propio fuego, al igual que el diablo. Me convertí en el ave fénix que resurge de sus cenizas.
Al igual que M.T fuí a buscarme a mi misma y encontré de nuevo la confianza. Sequé mis lágrimas saladas y aquella persona que ni al espejo se miraba, vio como él reflejaba su ser, siendo como es , la primera vez que se atrevió a mirarse cara a cara, a los ojos. Orgullosa sonreí observando mi antigua debilidad dando paso al renacer de una nueva fuerza que recorrió todo mi cuerpo. Ahora brillo más que nunca, pues las estrellas se iluminan cuando el cielo está oscuro, y donde veía muros, ahora camino sonriendo hacia un brillante futuro.
