Capitulo 10: Polvo a Polvo

124 14 0
                                    

(Es mi capitulo favorito en opinión personal)

Capítulo IV
Roca Casterly
297

Sin embargo, la sede ancestral de la Casa Lannister nunca se había sentido como su hogar, y ahora todo en lo que podía pensar era en la comodidad y la familiaridad mientras caminaba por los largos pasillos de la fortaleza, No pasó desapercibido para él cómo los sirvientes sonreían al verlo e incluso se encontró participando en breves conversaciones con algunas de las criadas responsables de sus hijos, Niños, fue con satisfacción y orgullo que dijo esa palabra, amaba a los niños, y a veces olvidaba que no pertenecía allí, sería fácil olvidar todas las malas pruebas que enfrentó y entregarse a esa fantasía de una vez por todas, no era una fantasía, sino la realidad que quería vivir.

Entró a las habitaciones que compartía con Elia a altas horas de la noche, muchas veces desde que regresó a Occidente pensó en solicitar que le prepararan otras habitaciones para no tener que estar cerca de ella, No quería molestarla aún más, sabía que ella sospechaba de sus acciones, observándolo siempre en silencio durante las pocas horas que estuvieron juntos, siempre en presencia de los niños. En Desembarco del Rey era más fácil mantenerse alejado, pero ahora era más difícil que nunca, Se sentía estúpido por evitarla, pero no quería tener más contacto con todo el amor y cariño que parecía existir entre Elia y el verdadero Jaime Lannister de aquella realidad. Pero, todos los sentimientos que el verdadero Jaime sentía por Elia quedaron marcados en cada parte de su cuerpo, estaba decidido a no sufrir más de lo necesario cuando regresara, ya estaba acostumbrado a anhelar tener hijos, ya que Cersei nunca le permitió acercarse a Joffrey, Myrcella y Tommen, no sufriría por un amor correspondido que no lo haría, no podrá disfrutar por el resto de su vida.

Elia dormía en el centro de la cama, vestida con un camisón de seda ligera bordado con hilo dorado, los tirantes del traje eran finos y dejaban al descubierto sus hombros oscuros y sus brazos delgados, su largo cabello rizado estaba suelto y extendido sobre las almohadas y el colchón de plumas de ganso, Jaime ni siquiera se dio cuenta cuando una de sus manos tocó cariñosamente el rostro de su esposa, sus movimientos parecían ignorar una parte de su mente que le gritaba que se distanciara de ella, sin embargo, otra parte que susurraba todos sus deseos se lo dijo en un voz lujuriosa que no estaba haciendo nada malo, sólo acariciar el rostro de su amada esposa.

- Jaime - susurró Elia con voz adormilada, sus ojos color ámbar brillaban como el fuego dorniense y parecían tener el poder de prender fuego a su cuerpo de deseo, - Te esperé, pero... -

- ¡Dormir! - dijo Jaime con dureza, para luego maldecirse por la forma en que le hablaba a Elia, su amada Elia, Elia estaba tan confundida, enojada y no sabía qué hacer, Se levantó de la cama, decidiendo dormir en uno de los sofás de la antecámara, que le servía durante muchas noches en las que recostarse junto a Elia se hacía demasiado.

- ¿Vas a volver a dormir fuera de las habitaciones? - cuestionó Elia con amargura pero se estaba quebrando, se levantó de la cama y se detuvo frente a su marido, Ella había sido comprensiva desde el accidente, pero algo no estaba bien en las actitudes de Jaime, él salía por las noches y pasaba horas afuera, por más que parecía amar estar cerca de los niños, esta cercanía no se extendía a ella de hecho, parecía que verla le repugnaba, ni siquiera la había tocado desde el torneo, Elia temía que él estuviera con otra mujer, sólo pensarlo era suficiente para hacerla llorar, de echo Elia tuvo un sueño mas bien pesadilla anoche, Jaime encamado con una sirvienta joven, Elia temía que fuera verdad sabia que era probable que pasara pero amaba a Jaime y por eso le doleria si era verdad, - ¿Hay otra, Jaime? - Preguntó con la voz entrecortada, envolvió sus manos en su camisón, temblando y con sus ojos con lagrimas apareciendo mientras esperaba una respuesta, - ¿Me he vuelto indeseable para ti?¿Jaime? sé que soy unos años mayor, y sin duda los hombres no soportan ver el envejecimiento de sus consortes... Sól...o - Elia se limpio una lagrima, - Sólo dime si hay otra, te juro que seguiré cumpliendo con mi deber y como esposa me quedaré en silencio y nunca... - Elia no pudo terminar las lagrimas estaban cayendo de su rostro y no podía detenerlas.

Jaime observó horrorizado cómo Elia lloraba, la había lastimado, aunque fuera sin querer, y la culpa que sentía era abrumadora, Esta diversidad de emociones que no estaba acostumbrado a sentir sólo lo confundió aún más, se obligó a mantenerse alejado de ella, aunque nunca quiso dejarla, - ¡Elia estas mal! - exclamó con voz temblorosa de incredulidad e irritación pero en el fondo culpa por hacer llorar a Elia por latismalrla, Jaime se pregunto si esto la hizo sentir así, como la habrá destrozado Rhaegar en Harrenhal y luego huyendo con Lyanna.

- ¡Pareces odiarme! - acusó Elia, la desesperación y dolor en su voz y la desesperanza en sus ojos solo logró enojar y sentir aún más culpa a Jaime, - Desde que llegamos, mi señor, se ha mantenido alejado No estás siendo sutil en tus intentos de mantenerte alejado de mí, puede que me hayas besado un par de veces, pero siempre en situaciones que yo inicié, aparte de eso, no me has tocado en semanas desde el torneo, Actúas normal con todo menos conmigo - Un sollozo escapó de sus carnosos labios y en sus ojos se palpaba el dolor, - ¿Te cansaste de mí? ¡Después de todos estos años Jaime, estás cansado de mí! -

- ¿Cómo podría cansarme de ti? - preguntó Jaime mientras la envolvía en un fuerte abrazo, - Solo puedo pensar en tí, incluso cuando me alejo, no hay nada que pueda hacerme escapar, me estoy muriendo aquí, Elia, no sé qué hacer - El confesó. Sus labios tocaron los de Elia, durante semanas pensó en la sensación de sus suaves labios, su aliento fresco y el dulce sabor de su pequeña boca, Anhelaba a Elia, y ahora se deleitaba con la lujuria y el deseo, aunque todavía temía perder la vida que ya disfrutaba, ya no pudo resistirse a tocarla.

Sus deliciosos labios abandonaron su boca, distribuyendo prolongados besos por su cuello mientras sus delicadas y hábiles manos se deslizaban dentro de su túnica y sus largas uñas arañaban levemente su piel, Jaime no pudo contener el gemido que pasó por su garganta, se dejó guiar hasta la gran cama con dosel.

Elia suspiró mientras su espalda golpeaba el suave colchón, Observó a Jaime quitarse la ropa el cuerpo de Jaime era una muestra de juventud y fuerza a pesar de no tener tanto tiempo para entrenar Jaime mantenía un gran estado físico y rápidamente pararse sobre su cuerpo, Le levantó la falda del camisón que llevaba, dejando al descubierto sus piernas oscuras y tentadoras, Besó sus labios prolongadamente, antes de tocarla entre sus piernas, hasta que estuvo lo suficientemente mojada para acomodarlo, Él se deleitaba con sus gemidos y suspiros, con la forma apasionada en que ella jadeaba su nombre.

- Yo te amo - se encontró diciendo Jaime mientras la pasión que Elia provoca en el se enciendia aun mas y las palabras saliendo de sus labios con tanta facilidad que lo asustaron - Por los Siete, mujer, nunca miré a nadie más que a ti - completó con determinación - La besó en los labios larga y fuertemente, una vez más, sujetó con fuerza las caderas de Elia, presionando sus cuerpos, gimió cuando sintió sus suaves manos envolver su miembro palpitante y guiarlo entre sus piernas, Jaime no pudo contener un gemido de placer, sintió como si acabara de entrar a uno de los Siete Paraísos. Un paraíso ardiente, caliente y cremoso.

- Jaime - Elia gimió el nombre de su marido, con sus labios aún cerca de los de él - Yo te amo, tanto - Gimio otra vez

Jaime y Elia se entregaron a la pasión que ambos sentían, Jaime no lo iba a compartir pero Cersei se queda corta con la pasión que tenia Elia y Jaime pensó otra cosa, ¿Como Rhaegar era tan tonto? Teniendo a esta mujer y busco a otra, Y a el le decían el estúpido Lannister






Lágrimas Doradas Where stories live. Discover now