Capítulo 3: La fiesta

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Marina:

Desde temprano la casa se ha llenado de personas: fotógrafos, maquillistas, camareros, los integrantes de una banda de música. En fin, que el cumpleaños de mi madre no romperá la tradición de ser el evento del mes.

Yo estoy todavía un poco exhausta, la sesión de fotos de ayer fue un poco intensa. Según mi mánager debemos subir la temperatura en redes a partir de este último post; el cual debe salir mañana. El cansancio está haciendo de la suyas en mi cuerpo, en especial mi rostro. Pero para eso están aquí los trabajadores de Blue Salon, para no dejar que nada de eso se me note. Me miro al espejo mientras las chicas deslizan brochas y lápices por mi cara. Polvos, colores, labial; estirones en mi pelo. Ese es el precio que hay que pagar por una imagen perfecta.

A veces siento que esto resulta demasiado agotador. Mantener las apariencias, figura adecuada, textos precisos en cada pie de foto. Flashes, llamadas, eventos. Un sinfín de responsabilidades que en ocasiones creo que me quedan un poco grande. Pero solo en ocasiones, porque la mayor parte del tiempo siento las miradas en mí, como todas las chicas de mi edad quieren ser como yo. Los miles de likes, las alabanzas. Y todos esos pensamientos se desvanecen.

-Marina, hija-mi madre irrumpe en el cuarto como si de un apocalipsis se tratase-¿Qué estás esperando para bajar? Todos esperan por nosotras, vamos

Me toma del brazo, no sin antes mirarse en el espejo para comprobar que no haya nada fuera de su sitio. Yo estoy más que lista para que comience la función. Bajamos juntas al jardín donde están mi padre y cada uno de sus invitados. El prestigioso arquitecto Matías Suárez está perfectamente vestido con su traje negro, su corbata anudada de forma refinada y mostrando la sonrisa más creíble que pueda tener.

Es así. En nuestro mundo es así. Sonríe siempre. No permitas que nadie note tus debilidades. Muestra en todo momento lo feliz que eres y lo contento que estás con tu vida. Pero seamos honestos, ¿Quién no quiere vivir sin preocuparse si el sueldo le va a llegar a fin de mes? ¿Quién no quiere ir cada año de vacaciones a un sitio distinto? Todos. Todos desean eso, y yo lo tengo, por eso soy la persona más feliz del mundo.

-¡Mi preciosa niña! -dice mi padre luego de besarme en la sien-, y mi querida esposa-esta vez el beso es para mi madre-. Vamos a tomarnos una foto familiar.

Nos juntamos los tres. Mi papá en el centro, mi madre y yo a cada lado, siendo abrazadas por él. El fotógrafo, que es un chico bastante joven, a lo mucho será de mi edad o quizás un año mayor, se inclina un poco, pone la cámara delante de su ojo y toma varias fotografías. Las mismas que estarán mañana en la portada de muchas revistas, noticieros, periódicos y páginas webs. Cuando el chico termina de tomar las fotos, una joven más o menos de su edad se acerca a mi padre. Es una periodista que quería hacerle una entrevista.

Como ya mi participación ahí había terminado decido retirarme para inspeccionar bien todo. Desde que me he movido de mi sitio he perdido la cuenta de la cantidad de personas que han venido a saludarme durante la primera hora del evento. Incluso, hijas de algunos de los invitados me han pedido una foto juntas para poder presumir en sus historias de Instagram que conocieron a la mismísima mar. plosh.

Mientras los minutos van pasando, el jardín de la casa sigue llenándose de gente. Hay muchos que todavía no conozco, por lo que, trato de disimularlo un poco. Saludo a todo el que se me cruza en el campo de visión. Joder, se me van a acabar los besos.

-¿Una copa, señorita?

Giro sobre mis talones. No puedo evitar sorprenderme. Es Freud, el chico de la tienda. Tiene una bandeja con copas de champán. Está vestido con un uniforme de camarero. Ya no lleva los rizos sueltos como el viernes sino que peinado hacia atrás y su pelo brilla por el gel. Ahora que lo vuelvo a tener de frente me fijo más en él. No puedo explicar por qué, pero no puedo pasar por alto que me saca unos cuantos centímetros más de altura. No es un chico musculoso y demasiado atractivo como los que sigo en redes. Hay algo en ese chaval que me despierta curiosidad. ¿Tendrá novia?

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora