Cosas inesperadas

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Atsushi le informo en voz baja a la enfermera que Akutagawa finalmente estaba durmiendo, que no se había desmayado.

La mujer sonrió y le dijo que se quedara ahí, ella hablaría con los profesores.

Atsushi pensó en que debería negarse, no tenía motivos para quedarse allí, era su primer día de clases ¿Por qué justamente él no estaba en clase?

Pero al ver la cara de paz en el azabache, sintió que su corazón tembló.

Debía haber pasado por cosas horribles, no cualquiera pasada semanas sin dormir ni un poco y si eso afectaba a su salud hasta ese punto, era peligroso.

Volvió a tararear la canción con suavidad mientras acariciaba la mano de Ryuunosuke, este seguía sin soltarlo.

No era incómodo.

Así que simplemente lo dejo ser.

Cuando los tonos naranjas del atardecer llegaron y las campanas de la escuela empezaron a cantar, Ryuunosuke despertó sintiéndose muy ligero.

No sé levantó porque sintió un peso encima suyo.

Miro con lentitud, el albino estaba aún sentando al lado de la cama pero si cabeza estaba sobre su abdomen.

Atsushi también se había dormido.

Por alguna razón sonrió, no se sentía incómodo con el chico y hasta podría decir que se sentía bastante bien.

La puerta fue abierta y pudo ver a Gin entrar.

Le pasó una nota que decía que debían irse, las clases habían finalizado.

Él asintió y se sentó con cuidado, como si no deseara despertar al albino.

Aún así este se despertó de golpe viéndose nervioso.

– Aku-Akutagawa-san, lo siento, también me dormí. – Empezó a disculparse.

– No importa... Gracias. –

– ¿Eh? –

– No importa, vámonos. – Le golpeó levemente la frente y se paró de la camilla.

Atsushi se levantó de la silla y saludo a Gin, al ver que ella le escribió en una libreta, este empezó a hablar en lengua de señas.

Sorprendiendo a ambos.

Gin respondió torpemente, explicando que no era buena en lengua de señas, por lo que Atsu simplemente continuo hablando normal con ella.

Llegaron a la entrada en dónde un cobrizo los esperaba, este estaba pateando a un chico castaño quien solo reía a carcajadas.

– Chuuya-san, lamento la demora... Me quedé dormido. – Esas palabras detuvieron los golpes de Chuuya de inmediato.

– No... No te preocupes Ryuu, vamos a casa. – Le sonrió. – Párate parásito.

– Trátame bonito o lloro Chuuya. – Le dijo poniéndose en pie. – Hola, Gin, Akutagawa... ¡Oh!

– ¡Oh! – Soltó el albino.

– ¡Sushi! Tiempo sin verte. –

– Un gusto encontrarme de nuevo con usted, Dazai-san. – Le sonrió.

– ¿Se conocen? – Dijo Chuuya con un tono extraño.

– Si, Fukuzawa-san conoce a los padres de Atsushi-kun así que ya nos habíamos visto. – Respondió Dazai. 

– ¿Fukuzawa-san? – Cuestionó Ryuunosuke.

– Ah, es el nuevo esposo de Mori-san, el papá de Dazai.  – Le respondió Chuuya. – Sin no estoy mal apenas llevan siete meses casados ¿Verdad?

De aquellas noches sin dormir - Shin Soukoku [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora