Florido

Capitulo 5

Después de la noche tan depresiva que había pasado trato de tener un día tranquilo, dispuesto de olvidar lo que había pasado y queriendo pensar en un plan mejor que pelear.

Aunque a decir verdad sus opciones se habían acabado con ese plan así que en realidad no sabía muy bien que iba a hacer.

- ¡Ferdinand el desayuno! - escucho a Nina gritar regresando en si retirando el sarten de la flama con rapidez tratando de salvar lo que había cocinado

- ¿Estas bien Fer? – pregunto Nina notando que había estado decaído desde la noche anterior pero no sabiendo muy bien como tocar el tema o si siquiera su hermano quería hablar de ello

-Estoy bien Nina- contesto el chico formando una sonrisa apartando las cosas calientes de su hermana – creo que solo tengo algo de sueño – mintió palpando la espalda de la chica dando leves empujones indicando que fuera a la mesa

A lo que Nina no protesto, obedeciendo a su hermano, si algo tenia Ferdinand que nunca le había gustado era que solía guardarse las cosas malas que le pasaban en un esfuerzo para que ella y su padre fueran felices y eso le había llevado a lastimarse o enfermar en algunas ocasiones así que era trabajo de ella recordarle a su hermano que podía contarle todo, aunque fuera malo y que era bueno tomar descansos de vez en cuando; tarea que era difícil ya que aunque Ferdinand era bastante consiente de esto era demasiado terco cuando se lo proponía.

-Si estas tan casado no deberías abrir la florería hoy – comento Nina haciendo al mayor negar con la cabeza mientras sonreía

-No te preocupes, tomare un café y todo estará bien además estoy haciendo un pedido grande así que no puedo cerrarla – contesto Fer haciendo suspirar a Nina cosa que noto rascándose la nuca tratando de pensar en algo para animar a su hermana

-Nina ¿Qué te parece si el fin de semana salimos a algún lugar?, hace tanto que no vamos al centro de la cuidad tal vez podamos comprar algunas cosas – comento Ferdinand haciendo voltear a su hermana que exclamo una afirmación entusiasmada ante la idea

Siendo sinceros, él había ido al centro de la cuidad solo un par de veces desde que el señor Juan le había adoptado y era más por encargos que por cualquier otra cosa así que nunca se había dado el tiempo de explorar el lugar, tal vez por eso nunca tuvo la oportunidad de tratar de regresar a su antiguo vecindario y ver a los chicos.

-Val debe haberse sentido tan solo – pensó suspirando tras el mostrador, recordando que en realidad él era uno de los pocos, sino el único, amigo realmente cercano de Valiente

- ¿Por qué la cara tan larga Fer? - escucho la voz de Lupe quien entraba a la tienda

-No es nada estoy bien – contesto formando una sonrisa

-Lamento mucho lo que sucedió ayer Fer, de haber sabido yo nunca... - comenzó la mujer a tratar de disculparse

-Está bien Lupe – interrumpió Ferdinand negando con la cabeza – me alegro ver a los muchachos, aunque allá terminado de esa forma

-Valiente fue un imbécil, no debía decir nada de eso – contesto Lupe sentándose suspirando frustrada a lo que Ferdinand rio un poco llamando la atención de la mujer

-Él siempre ha tenido ese carácter – contesto fer sonriendo entretenido – pero aun a pesar de eso es un buen chico, es muy amable cuando llegas a conocerlo

Aquella declaración hizo suspirar de nuevo a Lupe quien negó con la cabeza molesta

-Pero aun así no debió decir lo que dijo – contesto la mujer cruzándose de brazos

-Supongo que no, pero Val siempre ha sido de los que dicen lo que piensan – contesto Ferdinand sonriendo tristemente – supongo que en parte es mi culpa que se comportara así ayer