Desperté, tomé mi capucha y salí a la misma parte donde me robe a la familia de Adela, le robe a tres carruajes hasta que llegó el cuarto pero era distinto al resto, lo reconocí como el de la Reina Adela y no dude en matar a sus soldados y entrar al carruaje. Al entrar la Reina Adela me miró con miedo y me gritó.

¡-COMO SE TE OCURRE EN ENTRAR A MI CARRUAJE!-puso una mano en su pecho.

-Porque no mejor cierras la boca-dije quitándole el collar mientras esquivaba sus intentos de golpes.

Le tomé la mano para quitarle su pulsera pero me sostuvo la mano, al ver mi marca de nacimiento se le salió un grito ahogado.

Con voz entrecortada me miró y susurró- Ana, hija eres tú-susurro intentando poner su mano en mi cara pero la esquivé.

-Perdón pero creo que se equivocó de persona -dije saliendo del carruaje e ir a la feria a vender todo lo que conseguí.

Volví a casa y dejé un poco de dinero debajo de las puertas y el resto lo dejé en el compartimiento, me acosté en la cama de mis padres pensando en lo que dijo la reina Adela, era imposible que fuera su hija no sé cuál sea su apellido pero es imposible.

Con la cabeza dándome vueltas me dormí, ví de nuevo a mis padres y a mi hermano en mis sueños. Vi a mis padres acercarse a mi.

-Tenemos que hablar-dije de forma demandante.

-Ana te podemos explicar todo-dijo mamá con su voz más dulce sabiendo que me sentía asustada.

-Te escucho-susurre con voz entrecortada.

-El día en que te encontramos, tú padre y yo habíamos ido a la feria. Escuchamos llantos y fuimos a ver de dónde venían, estabas en un canasto tapada de tal forma que solo se te veía la cara. Te saqué y te tomé entre mis brazos, dejaste de llorar al instante, ví una carta y le dije a tú padre que la leyera.
"A la persona que encuentre a mi hija, se llama Ana Rivera, princesa de Andalucía y heredera al trono cuándo yo Adela Rivera la reina muera. Nació el 08 de febrero de 1980. Le pido y ordenó al que la encuentre que la crié y le de el amor materno que yo nunca podré darle, hija mía te adoro y te pido perdón por abandonarte de esta forma.

Reina Adela Rivera."

-Entonces ¿En verdad soy hija de la Reina Adela?-pregunte con los ojos cristalizados conteniendo las lágrimas.

-Sí mi vida-dijo papá poniendo una mano en mi hombro.

Desperté sudada, asustada y procesando todo lo que me acaban de decir mis padres, baje a tomar un vaso de agua y escuché un susurro con la voz de mi hermano.

-Te amo Ana Banana.

-Bodoque-dije sollozando al escucharlo.

Subí a la habitación y me encerré a llorar, mi cerebro no podía procesar la información a tal punto que la cabeza me dolía. Cerré los ojos para poder quedarme dormida, según yo pasaron minutos hasta que escuche como intentaban derribar la puerta de la casa, miré por la ventana y vi a los soldados. Tome todo el dinero del compartimiento, mis armas y fui a la habitación de mi hermano que en la ventana tenía cerca un arbol por el cual yo podía escapar, escuche como entraron a casa y salte, salí corriendo por el bosque y escuche como un soldado gritaba.

-REINA PARECE QUE LA PRINCESA ESCAPÓ.

Pase la noche en el corazón del bosque, nadie se atrevía a llegar a estas partes así que estaba más que segura. Recuerdo que cuando tenía 6 años papá me contaba que durantes las noches se escuchaba la voz de una niña llorando buscando a sus padres pero en realidad la niña estaba buscando a su próxima presa, y esa leyenda se invento gracias a mi, un dia que me perdí en el bosque y lloraba, grite por horas por mis padres hasta que se acercó un extraño a mi y lo rasguñe para poder salir corriendo ya que pensé que me quería raptar.

Me quedé dormida en un tronco, me desperté y me dolía todo el cuerpo. Me dirigí a mi casa pero al llegar a ella me encontré que los soldados le habían prendido fuego y pegado por todo el pueblo un cartel que decía:

“Toda chica que curse entre los dieciséis y diecisiete años de edad acercarse al palacio el día 11 de noviembre a las 16:00 horas.”

Llegué a casa de Cassie y llamé a la puerta, me abrió ella y al verme no dudó en abrazarme.

-Dios mío Ana pensé que te habían matado, estaba demasiado asustada-dijo soltandome para verme a la cara.

-Necesito hablar contigo-dije mirando el piso, le conté a Cassie todo lo que pasó desde el día que no le abrí la puerta hasta lo ocurrido horas antes, ella me tomó de la mano en señal de que me apoyaba sin dudarlo.

-¿Vas a ir mañana al llamado de tu madre?-preguntó dejándome un vaso de agua ya que había llorado un poco.

-Iré pero solo para preguntarle la verdad, no pienso quedarme con ella.

Cassie le contó todo a su madre y ella me hospedo en su casa, no pude dormir mucho esa noche. Al despertar y mirar por la ventana, lo único que quería era quedarme en casa y en la cama, estaba lloviendo demasiado pero obligada tenía que levantarme ya que debía de ir al llamado de mi “madre”.

Me vestí con una ropa que me dio Cassie ya que la mía se perdió en el incendio, baje a tomar desayuno y con Cassie fuimos al río a practicar hasta la hora de almuerzo. Llegamos a casa y nos dimos una ducha, el cuerpo me temblaba por los nervios que sentía, al salir de casa empezaron a empeorar y mi respiración se volvía entrecortada, sentía que el corazón se me iba a salir en cualquier momento.

Cassie me vio y me sentó en un tronco a mitad de camino-Ana mírame, necesito que inhales y exhales, todo va a salir bien-dije mientras me paraba del tronco al verme más tranquila y me tomó de la mano para poder seguir el camino.

Al llegar al palacio nos dimos cuenta que había más niñas de lo esperado, no creo que ella me encuentre entre toda esta multitud, luego recordé que me reconoció por mi marca de nacimiento.

-Ya valio, me va a reconocer en menos de cinco minutos-susurre muy bajo.

-¿Ana, dijiste algo?-preguntó Cassie mirándome.

-No, no dije nada-intenté ocultar mi nerviosismo pero se me estaba haciendo muy difícil.
La reina Adela salió donde estábamos todas y cuando pasaba a una le tomaba la mano izquierda donde se supone que estaba mi marca de nacimiento de la constelación de cancer, ví como tomaba la mano de Cassie y la dejaba caer al saber que no era yo.

Llegó donde estaba yo y mire al piso mientras que me tomaba la mano, ví como le decía algo al oído del soldado que estaba a su lado y el soldado gritó.

-SE HA ENCONTRADO A LA PRINCESA, TODAS LAS MUJERES PUEDEN RETIRARSE.

La reina me tomó de la mano y me llevó a dentro del castillo, al entrar me abrazo pero yo no la abracé de vuelta.

-Ana, mi hija. Tanto tiempo sin verte mi vida-dijo tomando con sus manos mis rostro.

-Perdóneme reina pero necesito que me explique todo esto-dije alejándome un poco de ella.

-Llamame mamá o madre pero no reina- dijo mientras con la mano me hacía una seña para seguirla, llegamos hasta una mesa donde habían unos soldados los cuales nos abrieron unas sillas para sentarnos.

-Bueno, madre-dije indecisa- explicame todo por favor- pedí juntando mis manos para finalmente mirarla a los ojos.

De ser nada, a serlo todoWhere stories live. Discover now