capítulo siete

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LAS CHICAS DEL CLUB iban charlando en la camioneta negra, al llegar bajaron de la camioneta y corrieron hacia la casa de Jeff y empezaron a lanzar huevos a la casa.

¿Por qué se ve tan bien invadiendo propiedad privada?

Se preguntó Hazel cuando vio a Freya ayudar a Brittany a lanzar huevos.

Hazel empezó a caminar hacia el auto de Jeff y la voz de alguien la detuvo.

—¿Qué crees que haces, linda?

Hazel se dio la vuelta y vio a Freya como si fuese una niña pequeña y la rubia le estuviera dando un regaño.

—PJ dijo "hagamos terrorismo".

—Mi niña, no todo lo que dice PJ es literal, de acuerdo.

—Mhm... voy a guardar la bomba en el auto.

Hazel empezó a caminar y las manos de Freya en su cintura la detuvieron.

—No te dije que tenias que dejar de hacerlo. Si me hubiera dado cuenta que estás poniendo una bomba en el auto de Jeff, te diría que no lo hicieras, pero como no me di cuenta... No te hagas daño, hermosa. Me voy a quedar cerca por si pasa algo.

Dio un beso en la mejilla de Hazel y se fue.

Tal vez esté mal el hecho de que haya dejado que su novia coloque una bomba debajo del auto de Jeff, pero hay que admitir que se lo merece, al menos solo un poco.

Poco después terminaron y Freya estaba ansiosa ya que Hazel seguía debajo del auto de Jeff.

—¿Alguien sabe dónde mierda está Hazel?

Freya volteó los ojos y empezó a acercarse un poco al auto.

—Mierda... Mierda. —dijo Hazel mientras salía del auto.

—¿Todo bien, linda?

—Va a explotar. —Tomó la mano de Freya y empezó a correr.

—¿Eh?

—¡Va a explotar!

—Oh, vaya, sí, va a explotar, chicas. —dijo PJ.

La bomba explotó y Hazel abrazó a Freya todavía corriendo.

Todas empezaron a gritar y subieron al auto para irse y siguieron gritando.

Ya en la camioneta, PJ empezó a gritarle a Hazel y Freya la golpeó en la cabeza.

—Déjala, idiota.

—¿Estás de su lado cuando acaba de explotar una bomba? ¡La pueden denunciar! ¡Nos pueden denunciar!

—¡Pues me echo la culpa! Qué se yo.

—¿En serio te vas a echar la culpa por ella?

—Si así cierras la maldita boca, sí.

Freya empezó a hacer caricias en la cabeza de Hazel, quien está sentada en sus piernas.

—Haría lo que fuera por ti, ¿sí? no solo para que cierre la boca. —susurró en el oído de Hazel haciéndola sonreír.

Empezaron a dejar a cada chica en su hogar. Hazel y Freya se bajaron del auto y dieron gracias a Josie por haberlas llevado.

La de cabello corto y la rubia son vecinas, la ventana de la habitación de Freya da a la habitación de Hazel, otra de las razones por las que eran amigas cuando eran más pequeñas.

—No quiero entrar...

—¿Quieres no ver películas conmigo y comer mientras hablamos? —ofreció Freya, Hazel asintió con una sonrisa y entraron a su casa con cuidado de no ser escuchadas, pues ya era de noche.

Al llegar a la habitación de la rubia, Hazel se recostó en su cama mientras Freya prendía su televisión.

—¿Terror o romance?

—Lo que sea, igual vamos a dormir.

Freya volteó los ojos mientras sonreía.

—Dame cariño.

Hazel abrió los brazos esperando un abrazo de Freya, la cual fue a abrazarla.

—Podemos ver Mujer Bonita, Cuándo Un Hombre Ama A Una Mujer, Diez Cosas Que Odio De Ti, ¿qué quieres ver, linda?

—Lo que sea... —Hazel tenía su rostro escondido en el cuello de Freya, la rubia estaba dándole caricias en su cabello.

—¿Linda? —Freya sonrió al no escuchar respuesta, pues sabía que Hazel se había quedado dormida—. Buenas noches, preciosa. Te amo.

𝗚𝗢𝗟𝗗 𝗥𝗨𝗦𝗛 ʰᵃᶻᵉˡ ᶜᵃˡˡᵃʰᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora