33 { Tampoco sus cosas } ♡

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Dalia Miller.

Limpié mis lágrimas y me di la vuelta.

Sabía que era papá y aún así estaba conmigo sin decirme nada, esperé a que me dijera porque Olaya seguiría llegando a su casa por días pero no lo hizo y si no lo hizo es porque no soy “ única” en su vida y jamás lo sería.

¿Por qué demonios llegué a creer que lo sería? 

IZAN HARRISON Mentía tan bien que hasta me creí todas esas cosas hacía y decía para convencerme que me quería.

Al llegar al primer piso miré a cada uno, buscando a alguien.

—Hola— era Eduardo.

—¡Hola! —Estaba demasiado enfiestado.

—No quiero que pienses que estoy abusando de ti por como estas— me acerque a su oído— ¿Puede prestarme dinero?

Retome mi postura.

—¡Claro! ¿Pero y el novio?— sacó su cartera.

—No sé— alce mis hombros.

—¿Cuánto quieres?

—Mmm— lo estaba pensando cuando una chica se le acercó y lo tomó del cuello.

—¡Toma! ¡Toma!— me estiró su mano con varios billetes.

Lo miré y era demasiado.

Tomé uno y corrí rápido para ir detrás de él, lo perdí por un momento pero al encontrarlo metí lo demás de dinero en su bolsillo.

—¡Ora!— me miró apenado.

—¡Estoy metiendo tu dinero! Solo quiero esto— mostré lo que tome.

No le importó y siguió su camino con la chica.

Caminé lejos de todos ellos y salí de la casa, di unos cuantos pasos más hasta encontrar un taxi.

Le di la dirección y él me llevó a casa de Emma.

Alce el tapete que estaba debajo de mi y saque la llave que estaba ahí escondida.

Cerré cuidadosamente.

Busqué con la vista a los dos chicos pero ninguno estaba.

Vi la hora y falta demasiado para que la fiesta acabe.

Me fui rumbo a mi habitación y saque las dos primeras maletas que vi. Comencé a acomodar la ropa. Al terminar fui directo a la gabetas, ahí saque mi dinero que estaba ahorrando.

Salí decidida de la casa y tomé un taxi.

Pedí que se detuviera en un hotel cerca de la Universidad en donde estaba estudiando.

Le pague y baje todas mis maletas con su ayuda.

En recepción pedí una habitación para una semana. Luego de pagar y que me dieran las llaves con las cuales subí al quinto piso, en donde estaba la habitación que sería mi hogar por los próximos días, hice el intento de descansar pero no podía.




[El lunes por la mañana]

Salí del hotel rumbo a la universidad, estaba a tres cuadras.

Al llegar en vez de ir a mi salón, fui directo a dirección. Estando ahí hablé con una de las secretarías.

Luego de decirle lo que quería ella me dijo todo lo que necesitaba y por suerte tenía casi todo, solo me faltaba uno. Llene un formulario y con eso salí de su oficina y fui a la clase.

ℱ𝓊ℯ𝓇𝒶 𝒟ℯ ℒ𝓊ℊ𝒶𝓇Where stories live. Discover now