Entre la esperanza y la decepción

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Mientras Ray estaba fundiendo el plástico dentro del molde de jabón, Rocky se dedicaba a espiar a José, esperando una oportunidad para avanzar en su plan de escape. Sin embargo, justo en ese momento, llegó el control matutino del día.

Ray terminó rápidamente y escondió el jabón con el plástico derretido bajo su cama antes de apresurarse al patio para el control matutino. En el control, se anunció un problema de plagas en la cocina. Cuando José se ofreció voluntario para ayudar, tanto Ray como Rocky vieron la oportunidad y levantaron la mano para unirse, buscando la posibilidad de golpear a José.

Los tres fueron llevados a la cocina para lidiar con la supuesta infestación de ratas. Cuando los policías desviaron su atención, Ray y Rocky aprovecharon el momento y atacaron a José. Afortunadamente, dada la aversión general hacia José, no hubo problemas significativos después del incidente.

Con esa parte del plan completada, Ray y Rocky se dirigieron a cumplir la siguiente etapa: obtener los uniformes. Fueron hacia El Mexicano y le pidieron las cajas de cigarrillos. Una vez obtenidas, se dirigieron al trabajador de la lavandería. Tras el intercambio, el trabajador les entregó los uniformes y les advirtió sobre la importancia de la discreción.

Dirigiéndose hacia los baños durante la hora de la cena, Ray y Rocky escondieron los uniformes en el techo. Después de asegurarse de que estuvieran ocultos, regresaron para cenar, manteniendo la calma mientras cada paso los acercaba más a la libertad que anhelaban.

Después de una tranquila hora libre, Ray y Rocky conversaron sobre sus planes una vez liberados. Rocky mencionó su idea de abrir un negocio bajo un nombre falso, mientras que Ray expresó su deseo de vengarse de quien lo traicionó.

Más tarde, durante la revisión nocturna, se anunció que uno de sus compañeros sería transferido a otra cárcel. Ray y Rocky sintieron temor, sabiendo que cualquiera de ellos podía ser elegido, pero por suerte para ellos, fue José, alias El Fantasma, quien fue seleccionado para el traslado. Experimentaron un alivio momentáneo y se dirigieron a descansar.

En medio de la noche, cuando la oscuridad reinaba en la prisión, Ray esperó su momento. Utilizando la llave maestra que había fabricado, abrió su celda y liberó a Rocky. Juntos, se encaminaron hacia el baño, sorteando discretamente los obstáculos, desde cámaras hasta patrullas de policías.

Una vez en el baño, abrieron el techo y se pusieron sus uniformes de policías, sintiendo la emoción de estar a punto de alcanzar su libertad. Sin embargo, justo cuando se acercaban a la salida, fueron detenidos por el capitán de turno, quien les preguntó sobre su identificación. Nerviosos, intentaron justificar su presencia, pero sus respuestas no convencieron al capitán.

Con el plan casi perfecto arruinado, fueron llevados al interrogatorio. Les preguntaron sobre los uniformes y la llave maestra falsa que tenían. Rocky trató de explicar que los uniformes fueron obtenidos con la llave maestra en la lavandería, pero su historia no fue suficiente.

Los policías decidieron cambiarlos a una celda en la zona B, una zona de seguridad media. Ahora, como compañeros de celda, Ray y Rocky vieron esta situación como una ventaja, una nueva oportunidad para replantear su escape y quizás, finalmente, conseguir su libertad.

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⏰ Última actualización: Nov 29, 2023 ⏰

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