Capitulo III. ¿Celos y amor?

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Una hora después.

El carro de Fekeli se estacionó en frente de aquella cabaña, si la misma cabaña de aquella tormenta. Hünkar miro con curiosidad a Fekeli, pero no le dio tiempo de hacer preguntas... Fekeli como todo un caballero le habría la puerta del carro a Hünkar.

Ambos caminaron hasta la pequeña cabaña, pero ninguno de los dos pronunció ni una sola palabra. Al entrar a la cabaña Hünkar miro a Fekeli con enojo y confusión a la vez.

Hünkar: ¡¿Qué demonios hacemos aquí?! - dijo enojada.

Fekeli: hablemos.

Hünkar: no tenemos nada de qué hablar.

Fekeli: ¿Por qué estás así? Hace dos días no estabas así.

Hünkar: ¡PORQUE ESTAS CON BEHICE!... porque estás con otra mujer.

Fekeli: ¿Que te hace pensar eso?

Hünkar: desde que te dio el infarto... Las pocas veces que te vi me decías que Behice estaba a tu lado, que no te dejaba solo... ¿Como no quieres que piense que estás con ella? Ella vive en tu casa, eres un hombre viudo y ella una mujer soltera.

Fekeli: tú también eres viuda... no tengo ojos para ninguna mujer... solo para ti.

Hünkar: mentira.

Fekeli: verdad.

Hünkar en del enojo le metió una cachetada a Fekeli. Aquella mujer estaba dolida por todo lo que había pasado, por las veces que había visto a Fekeli con Behice, por haberla dejado plantada el día de su boda.

Fekeli no hizo nada, simplemente miró a Hünkar. Él sabía que se merecía esa cachetada, él sabía porque Hünkar estaba enojada con él. Él la había dejado plantada el día más importante de sus vidas, no le dio tiempo que Hünkar le explicara porque hizo todas esas atrocidades.

Hünkar: ¡ME DEJASTE!... Me dejaste sola, no tuviste piedad conmigo, no me diste tiempo de explicarte nada, simplemente te fuiste, dijiste cosas horribles y me heriste - dijo mientras lloraba - intenté explicarte las cosas, intenté hablar contigo, intenté acercarme a ti, pero tú me alejaste.

Fekeli: Hün...

Hünkar: ¡¿Qué es lo que quieres?! ¿Por qué me sigues haciendo daño?

Fekeli: perdoname... pero también entiéndeme.

Hünkar: ¿Tú me entendiste? ¿Tú me...?

Los labios de Fekeli silenciaron las palabras de Hünkar. Un beso delicado y lleno de amor prohibido. Hünkar intentó poner resistencia, pero fue inútil, no tenía la suficiente fuerza para alejar a Fekeli de ella. Lentamente Hünkar empezó a corresponder al beso, dejándose llevar por el momento y los sentimientos que sentía.

Las manos de Fekeli se colocaron delicadamente en la cintura de Hünkar, las manos de ella rodaron el cuello de él. Ninguno de los dos tenía intenciones de romper aquel momento tan anhelado, tan único, tan especial, pero la falta de respiración los hizo separarse. Ambos se separaron delicadamente, mientras se veían uno al otro.

Hünkar: Ali - susurro avergonzada.

Fekeli: e esperando cuarenta años para esto... No puedo esperar otros cuarenta años más, no puedo esperar por ti otros cuarenta años más. Ahora que te tengo, que estás junto a mi, no me puedo separar de ti... A veces basta un instante para olvidar una vida, pero a veces no basta una vida para olvidar un instante. ~ Federico Moccia.

𝑈𝑙𝑡𝑖𝑚𝑎 𝑝𝑟𝑖𝑚𝑎𝑣𝑒𝑟𝑎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora