Capítulo 9

41 7 5
                                    


El silencio en la oficina era tan denso que parecía tener peso propio. Wally permanecía de pie en el centro de la habitación, su figura apenas iluminada por la luz tenue que se proyectaba desde el techo. La única salida, la puerta entreabierta, dejaba filtrar destellos de luz que acentuaban las sombras en las esquinas.

El zumbido de la lámpara parpadeante generaba una atmósfera inquietante, y el aire estaba cargado de un susurro apenas perceptible. El escaso sonido en la sala cerrada daba un aire como si tuviera vida propia.

Mientras Wally exploraba la estancia con su mirada penetrante, los objetos que llenaban la habitación parecían cobrar vida propia. Antigüedades polvorientas, documentos amarillentos, juguetes viejos y fotografías desgastadas parecían contener secretos sepultados en el pasado. Cada objeto susurraba historias no contadas, y el eco de sus recuerdos resonaba en la mente de Wally.

De repente, un ligero crujido resonó desde algún lugar afuera de la oficina. El roce de una cortina invisible que se desplazaba dejó a Wally alerta, sus sentidos agudizados como nunca. Se giro sin perder su postura viendo hacia el umbral de la puerta, sabía que no estaba solo.

Una voz suave, pero cargada de un eco siniestro, rompió el silencio: —¿Qué estás buscando, Wally? —.

Wally, imperturbable, respondió con una voz firme: —¿Qué crees que estoy buscando, Home? —.

—Veamos... tal vez estás buscando la máscara, ¿no es así? — Home soltó una risita maliciosa, como si estuviera disfrutando de un juego perverso.

La comisura de su sonrisa se deshizo por un segundo: —¿Qué comes que adivinas? —.

—Y ¿lo encontraste? — Home se retorcía en un intento de contener las carcajadas, creando una atmósfera más intensa, aunque se encontraban lejos uno del otro. Un silencio se instaló entre los dos que duró unos cuantos minutos.

—¿Qué pasa? ¿Estas molesto? O acaso te sientes mal — Sonaba preocupada, falsamente preocupada, pero ansiosa de verlo, de escucharlo, de tenerlo tan cerca. Deseaba que saliera de una vez por todas de esa oficina para estar cerca de él.

Wally tomó una silla de la oficina en la cual se sentó. Observaba el exterior, a Home y a al espacio que mantenía entre ambos, descansaba una pierna sobre la otra con aparente tranquilidad.

La impaciencia de Home se acrecentaba, le molestaba su silencio y especialmente su indiferencia.

—¡No te quedes callado! — avanzó para entrar a la habitación con semblante furioso, hasta que una barrera invisible la detuvo. —¡Ah! —. Gritó devolviéndose hacia atrás.

La parte del brazo y el hombro de Home que estuvo dentro del área del umbral de la puerta se encendió en llamas de un color verde, ardiendo sobre su piel dejó entre ver en la espesa masa oscura la piel podrida de un cuerpo ajeno. Cuando se alejó las llamas mermaron, sus ojos expresaban molestia y dolor. Cubrió la zona expuesta con la misma masa, recuperándose después de unos segundos.

Una pequeña risa resonó en la habitación. Dejó la silla para caminar unos centímetros cerca del portal de la oficina con calma.

—Entonces, me amenazas ahora. ¿Qué crees que vas a lograr? — inquirió con reproche.

—No hago esto por nada querido, obviamente voy a ganar algo, pero si quieres ahorrarte las molestias puedo decírtelo —.

Wally empezaba a molestarle los juegos de Home, se estaba metiendo de nuevo a causar problemas, sin embargo, esta vez de diferente manera. Una punzada lo carcomía por dentro al saber que la estaban ayudando, uno de los guardias se habría prestado para algo así, eso significaba traición.

—¿Quién tiene la máscara Home? — La cólera amenazaba con hacerlo perder la paciencia.

—Que bien parece que estás dispuesto a llegar a un acuerdo conmigo — No esperó que afirmara su respuesta y continuó hablando:  —Quiero, a cambio de decirte quien tomó la máscara, que llames a esa perra... quiero decir, la supervisora, que venga por favor, ya sabes para concluir lo que no pude terminar —.

Wally rodó los ojos, conocía las motivaciones por las cuales su amiga hacía esto, pero no le interesaba cumplir con sus caprichos.

—Y para demostrarte que esto va en serio — chasqueó los dedos y el estruendo de algo pesado moviéndose afuera se acercó lentamente.

Barnaby caminó hasta ponerse tras home, con pasos torpes su figura estropeada se mantenía en pie sin su cabeza siendo controlado por Home. Wally se congeló, con la mirada fija en su amigo.

Satisfecha por su acción bajó su mano y el cuerpo de Barnaby se desplomó en el suelo. Rápidamente Wally salió de la oficina y se acercó a su amigo cargándolo en su hombro.

—¿Por qué le hiciste eso? — reprochó con hastió.

—Se interpuso ¿Qué iba a hacer? ¿Ponerme a bailar con él? — Se mofó con descaro.

Wally lo arrastró hasta uno de los sillones pegados a la pared y lo dejó sentado. Apretaba su mano con fuerza.

La habitación que servía como sala de espera para la oficina, impecable y limpia tenía entre sus paredes el conflicto de ambos, viva como leña al fuego.

—Creo que ya entendiste mi punto, no te tardes ¿sí? No queremos que tu maravilloso club y tus amigos terminen despareciendo —.

La advertencia fue lanzada y así Home abandonó la sala dejando a Wally solo.


"""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""'"'""'
Dirígete al capítulo 10


Nota de la autora:

¿Qué les pareció? ¿Quién será el traidor? Ahora tenemos nuevos personajes
Ya casi nos acercamos al capítulo 10 y para celebrar estaré subiendo ilustraciones del AU
También aprovecho para agredecer a quienes comentan, me hace ilusión y veo como reaccionan a cada suceso, es muy divertido.

Bajo el Manto de la Máscara: Los Secretos de Welcome Home ClubWhere stories live. Discover now