Capitulo 1 | el final de la guerra que apenas empieza

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La guerra había dado inicio aquella fatídica noche, era común en nuestras tierras ya que muchos otros reyes querían las riquezas que mi padre el Rey Solance posee, tierras frías pero fértiles, enriquecidas con la mayor producción de Arbutos belladona, el ingrediente principal para la bebida más popular y preferida por los siete reinos, el vino escarlata. Se dice que su sabor es indescriptible, una bebida cuyo sabor solo aquellos deseosos por la muerte pueden percibir, su aroma es dulce pero cítrico, y su color es tan rojo y puro como la sangre. De ahí su nombre.

Debido a la alta producción de Belladona en nuestras tierras, éste reino y su pueblo es el más plagado en riquezas, se dice que e aquí donde los Dioses derramaron su sangre bendita, pues, todo lo que siembra se cosecha en estas tierras, incluso la...

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Debido a la alta producción de Belladona en nuestras tierras, éste reino y su pueblo es el más plagado en riquezas, se dice que e aquí donde los Dioses derramaron su sangre bendita, pues, todo lo que siembra se cosecha en estas tierras, incluso las doncellas más hermosas nacen de este lado del mundo. Tener tantas riquezas es lo que nos hace un punto fácil para la guerra, podría contar con los dedos de las manos las guerras que se han librado desde mi nacimiento hasta hoy y me faltarían dedos por contar.

Sin embargo, aquella noche no era como muchas otras, aquella noche el reino invasor era la contra parte del nuestro, cuyo Rey de nombre no podía ser pronunciado en voz alta, era el qué se encontraba asediando nuestras tierras. Resulta qué la Belladona no sólo da frutos exquisitos para el consumo, si no, que de sus hojas destila el veneno más poderoso jamás creado al que todos los reyes algunas ves han temido.

Temerosos de que mi padre el Rey Solance pudiera enviarles botellas de vino escarlata plagados de veneno para así apoderarse de sus tierras y quedarse con sus tronos, pero no, por muy soberbio que fuera, mi padre no era un Rey despiadado, era su humildad y gentileza lo que le hizo ganarse el amor de su pueblo, mi padre, cuya corona de plata adorna su densa cabellera canosa, siempre ha sido un hombre de palabra. Contrario al rey cuyo nombre no puedes mencionar en voz alta sin que él lo sepa.

Aquel hombre contrario a mi padre y a muchos otros Reyes, tenía la sangre de belcebú corriendo por sus venas, un hombre cuya mirada era siniestra, intensa y vacía, se dice que nunca se ha casado por que termina asesinando a sus concubinas por medio de torturas públicas, un hombre cuyas manos están tan manchadas de sangre que el vino escarlata le sabe a gloria y poder. Un hombre cuya presencia pone a temblar cualquier hombre e incluso bestia que se cruce por su camino, él ya conquistó cinco reinos posicionandose como el rey con más riquezas y poder en la historia, pero ese es el problema de los hombres... que nunca están conformes.

Pero debajo de todo ese caos, los gritos, la sangre, los cuerpos sobre el suelo fértil del reino se encontraba nuestra familia, la Reina y sus cuatro hijas, escondidas en el viejo mausoleo bajo el reino como ratas, las criadas y algunas personas importantes del pueblo también estaban ahí. Ese lugar hasta esta noche había sido desconocido para mí, la idea de convivir con los muertos nunca fue de mi agrado, siempre tuve miedo de la oscuridad y la soledad, pero sobre todo, siempre le he temido a la muerte. Pero ahí estaba, sentada en el rincón más recóndito del mausoleo, dibujando pequeñas flores con un pedazo de madera que se encontraba ahí.

Vino escarlata.Where stories live. Discover now