── 𝖼𝖺𝗇 𝗂 𝗌𝖾𝖾 𝗒𝗈𝗎 𝗍𝗈𝗇𝗂𝗀𝗁𝗍? ୨୧ 𝘀𝘂𝗻𝗴𝘀𝘂𝗻

𖹭 . 𝖼𝖺𝗇 𝗂?

Recomiendo escuchar canción de multimedia mientras leen.

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Enciende su auto, es de noche y el limpiaparabrisas despeja las gotas que caen del cielo. Son las dos de la mañana y Sunghoon recorre Seúl con música sonando en la radio.

Su día fue agotador, el trabajo cada vez era más pesado. Ser jefe de toda una empresa no es tarea fácil, menos siendo nuevo.

Pero tiene una idea para aliviar su estrés.

Enciende un cigarrillo y lo fuma por la ventana. El humo recorre sus pulmones, como Sunoo recorre su mente.

Lo ha extrañado. Aunque formalmente no sean nada, siempre se terminaban besando en el capó de su auto después de alguna fiesta.

Lo conoció en un bar, el pequeño pelinegro había entrado ilegalmente con sus amigos de preparatoria. En ese tiempo Sunghoon tenía veintitrés.

Sunoo dieciséis.

Y por más que el chico poseyera cara de bebé, era alto, por lo que Park pensó que tendría al menos unos dieciocho años.

Así que, sin saber nada de eso, esa misma noche besó y mordió sus gruesos labios con mucha pasión y lujuria. Dejó marcas por todo su cuello, masajeó y tocó lugares prohibidos. Las sensaciones que ambos experimentaron fueron únicas, tanto que Sunghoon, un hombre dedicado completamente a su trabajo y a sí mismo, le pidió su número para reencontrarse otra vez.

Recuerda que hasta un día llegó tarde a su trabajo por quedarse mimando a el pequeño luego de una larga noche de sexo.

Al mes, se enteró de la verdadera edad de Sunoo. Se sintió repugnante consigo mismo, era un niño, y si es completamente sincero, pase el tiempo que estaban juntos, lo notó. La inocencia y su actitud un tanto infantil, lo habían hecho sospechar. Pero disfrutaba tanto estar con él, que decidió ignorar su parte racionar y dejarse llevar, no quería saber la realidad, no quería que su sueño llegara a su fin.

Tuvo una larga charla con el coreano, le explicó cómo se sentía, le pidió disculpas y también lo retó por nunca haberle dicho.

Pero luego de horas, con un Sunoo llorando a mares pidiendo que no lo alejara, que en poco días cumpliría los diecisiete, Sunghoon simplemente no pudo dejarlo ir.

Sabía que estaba mal, sabía que era indebido y hasta ilegal, no intentaría justificarlo, pero quería quedarse a su lado, pase lo que pase.

Y así, comenzaron una relación-no relación en secreto. Los padres de Sunoo nunca estaban en casa, facilitándoles sus encuentros, así que no habían muchos problemas.

Estaciona su auto en una calle oscura y solitaria, toma su teléfono, abriendo el chat con su chico.

Quería llamarlo, ambos tenían insomnio así que sabía que estaría despierto. Quería llamarlo y decirle cuánto lo extrañaba.

Tuvieron una pelea la semana pasada y no han hablado desde entonces. Sunghoon estaba celoso de un amigo de Sunoo que siempre le coqueteaba, y todo lo que partió por una pequeña escena de celos, terminó en un Park nublado por la rabia y un pelinegro sollozante.

"¡Dios, se nota que eres sólo un estúpido e inmaduro niño de preparatoria, me cansas!".

Se arrepiente tanto de haberle dicho eso, ni siquiera era verdad, pero se le acomunaron los problemas; los de su trabajo, su conciencia matándolo de culpa por salir con alguien menor, y este nuevo niño que gustaba de Sunoo.

Ese día salió de la casa de el muchacho cerrando de un portazo y asustándolo de paso. Fue directo a un bar y terminó en la cama con un hombre con el que había charlado un poco.