07

62 8 1
                                    

─Vamos, Park, concéntrate ─la respiración de Yoongi en su oído provocó un escalofrío involuntario que corrió por el cuerpo de Jimin y haciendo que fallara otro objetivo─. Puedes hacer más que esto, sé que puedes ─insistió Yoongi.

Jimin sabía que era difícil, pero al parecer no podía evitarlo. Había pasado varios días desde su enfrentamiento en el campo de tiro de los Needlers y la tensión dentro de él estaba llegando a un punto culminante. Parte de ello tenía que ver con el hecho de que cada vez que Yoongi entraba por la puerta de su cuarto, Jimin tenía que besarlo. Bueno, no exactamente, Jimin sabía que su compañero no forzaría la situación si él decidía no practicar el beso casual que formaba parte de la extraña subcultura de los Needlers, aquí en La Academia. Pero Yoongi tenía razón, se dijo a sí mismo. Si no se acostumbraba a ello se sentiría raro la próxima vez que fuera al salón. Así que cada vez que Yoongi entraba por la puerta, Jimin le daba un beso y aceptaba un beso a cambio.

No le gustaba admitir que los besos duraban más de lo necesario y como habían pasado a ser algo más que casuales. Varias veces había terminado acostado en la cama con Yoongi encima de él, besándolo de forma insensata, su polla moliendo su vientre mientras el duro eje de Jimin se frotaba contra su muslo. Pero justo cuando sentía que iban a llegar a algo más, el cadete más viejo siempre se alejaba con algún comentario sarcástico. Era enloquecedor, sobre todo porque Jimin todavía no había tenido tiempo a solas para aliviar su creciente necesidad.

Pero no era sólo el grado de tensión que alcanzaba mientras practicaba con Yoongi en el simulador. También tenía que ver con el hecho de que, recientemente, su compañero había decidido trasladar sus sesiones de práctica al campo de tiro de los Needlers. La mitad del tiempo que permanecían ahí, los otros cadetes follaban durante la práctica, lo que, para Jimin era una gran distracción.

Tratando de canalizar su energía en alcanzar sus metas en lugar de escuchar lo que Taehyung y Jungkook estaban haciendo a su izquierda, Jimin se concentró en el siguiente grupo de objetivos que el simulador lanzó en su camino. Los mandos JP saltaron en sus manos cuando tres de los cinco fueron destruidos. Los otros dos escaparon.

─Cualquiera de esos podría habernos matado. Dijo lacónicamente Yoongi en su oído, no lo acusaba, simplemente manifestaba un hecho─. ¿Qué pasa, Park, es tu mano, aún te molesta?

─No, se siente bien ─Jimin flexionó la mano en cuestión, agradecido una vez más por el estimulador de crecimiento óseo que el paramédico le había introducido. La fractura que había conseguido en su quinto metacarpiano, el técnico la había llamado "fractura de boxeador", había sido curada en cuestión de horas gracias a la avanzada tecnología. Por supuesto, ahora Yoongi era más cuidadoso al masajear sus manos cada noche, pero a Jimin no le importaba. De hecho, muchas cosas le importaban menos de lo que lo hacían cuando llegó a La Academia, lo que le preocupaba si es que se ponía a pensar en ello.

Así que se esforzaba para no pensar en ello.

Le disparó a otro grupo de objetivos y acertó cinco de los seis.

─Mejor ─Yoongi sonó pensativo─. Pero aún no es suficiente para mantenernos con vida y mucho menos para ser los número uno. Pensé que querías ser el primero, Ojos Verdes.

─¡Maldita sea, lo estoy intentando! ─murmuró Jimin, sus ojos rastreando en el interior de la máscara de metal inteligente─. Pero es algo difícil cuando puedo escuchar... a esos dos todo el tiempo follando mientras estoy tratando de disparar ─a su izquierda podía oír los constantes jadeos y gemidos.

─¡Oh Dios, bebé, fóllame! ¡Úsame duro! ─el cadete con los ojos color ámbar jadeaba.

─¿Qué, te refieres a Taehyung y Jungkook follando? Acostúmbrate ─dijo Yoongi despectivamente.

UN PILOTO Y UN HETERO + YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora