Capitulo 16:Soledad

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Te despertaste al día siguiente, seguramente Venigni y Eugenie se preguntaron por qué desapareciste junto a P así sin más.

Buscaste tu ropa interior en el suelo y la pusiste a lavar junto al resto de tus prendas, también tomaste una toalla con la intención de ducharte antes de bajar a desayunar. Mientras te ponías el shampoo en el cabello, oíste la puerta del baño abrirse.

—Veo que te despertaste— comentaste al ver a P aparecer —Buenos días cariño ¿Vienes a bañarte?—

"Buenos días, si"

P entró contigo a la ducha, te dio un pequeño beso antes de también lavarse el cabello.

Ambos bajaron a desayunar, Eugenie se encontraba bebiendo té y Venigni parecía estar esforzándose por respirar.

—El amo no se siente muy bien hoy. Ayer sobrepasó su límite te copas— dijo Puncinella. Te hizo reír.

—Ayer se fueron muy temprano, Venigni se puso divertido después de la primera botella— comentó Eugenie.

—Parece que estos dos tuvieron diversión a solas— Venigni clavó la mirada en tu cuello, no comprendiste si no hasta recordar que a P se le había dado por jugar al vampiro clavándote los dientes.

—Oh...— fue lo único que dijo Eugenie

—Juro que no es lo que parece...— trataste de justificarte. P tenía una leve sonrisa dibujada en el rostro, como si estuviera orgulloso de la marca que te dejo.

——⛤——

P se había ido a una de sus misiones cuando un estruendo sonó proveniente de la estación Krat. Te preocupaste, sabía que él iría al otro extremo de Krat pero que seguramente tenga que acudir a la estación a ver que estaba pasando.

Te acercaste a una de las ventanas exteriores, odiabas mirar afuera. Viste grandes estructuras rocosas saliendo del suelo, destruyendo edificios y reformando la ciudad. No se veía bien, para nada.

Las horas pasaban, P no regresaba. Lo que sea que estaba ocurriendo lo traía ocupado, te preocupaba. Él era más humano, lo viste sangrar, comer y dormir. Tu miedo era que los Stargazers ya no sean suficientes para revitalizarlo aunque la realidad es que no sabias muy bien cómo funcionaban. Notaste que sus heridas tardaban lo que un humano en sanar.

Cayó la noche, todo fue a peor.

Las puertas del hotel se abrieron bruscamente, un grupo de personas con máscaras de conejo entraron causando estragos, escoltados por Alidoro y otros dos Stalker 's más.

Te desesperaste, tomaste contigo las armas que Eugenie te había dado pero era estúpido pelear sola contra tanta gente y más siendo que tenían experiencia en combate.

No sabias donde esconderte, estaban destruyendo todo comenzando por el Stargazer.

En medio de tu desesperación, Eugenie apareció en el cuarto, tomándote del brazo y arrastrándote hasta el despacho de Gepetto. Ahí estaban escondiéndose Venigni, Polendina, Puncinella y Antonia.

—¿¡Qué está pasando!?— gritaste mientras ayudabas a armar una barricada en la puerta

—La hermandad del conejo, están aquí. Se llevaron a Gepetto, creo que también están buscando a P— respondió Venigni, estabas al borde del ataque de pánico.

—¿¡Y Sophia!?— te hiperventilaste al no verla.

—Estará bien, no te preocupes— respondió Antonia, la señora estaba tan estresada que no podía hablar pero hacía lo mejor para expresar lo contrario.

Eugenie te abrazo, la presión te calmó pero tu mente seguía torturándote.

El silencio reinó en el hotel, de todas formas se negaron a abrir la puerta.

Luego de una hora, oyeron a alguien del otro lado.

—¡Váyanse!¡Déjenos en paz!— grito Eugenie, nadie respondió.

Ahora golpearon la puerta, esta vez de forma más tranquila y rítmica, parecía una canción, lo identificaste al instante.

—¡Es P!¡Abran!— gritaste y te apresuraste a desarmar la barrera de muebles que atoraban la puerta.

Apenas lo viste, te le arrojaste encima —¿¡Estás bien!?¿Estás herido?— lo interrogaste pero era él quien debía verificar si tu estabas bien. Te sujetó por los hombros y te miró de arriba a abajo.

"¿Ustedes están bien?" P se veía preocupado

—Estamos bien, pero se llevaron a Gepetto— dijo Venigni, P no se veía nada feliz de oír eso.

——⛤——

Tuviste que volver a despedirte de P, lo abrazaste, esta vez era diferente a todas las veces que se había ido.

—Cuidate mucho ¿Si?— le sujetaste el rostro y lo miraste a los ojos, él asintió.

—Te amo, no lo olvides—

"Yo te amo mas"

——⛤——

Pelear contra la hermandad del conejo no fue fácil, si bien P había ganado habilidad y experiencia no dejaba de ser una pelea de 4 contra uno.

Batallo bastante y se llevó varios golpes antes de poder darle fin. Cuando pensó que podría descansar un poco, se cruzó con Alidoro, o mejor dicho, al impostor.

P se sentía lleno de odio, Eugenie era su mejor amiga y este hombre le había importado tres carajos los sentimientos de la chica. El odio lo llevó a mancharse las manos otra vez, no se sentía orgulloso de eso, de hecho no sabía que sentir, estaba sobrecargado.

Necesitaba paz pero parecía que no la obtendría en un buen rato. El guardián de la puerta no fue problema, por lo menos no como Laxasia. P respiraba de forma agitada, sus manos dolían y los zapatos le apretaban de tanto correr. Su cuerpo estaba experimentando demasiados cambios en un tiempo muy corto. Parte de su ropa se quemó con el poder eléctrico de aquella mujer. Todavía no sabía cómo hizo para ganarle, solo quería dejarse caer en algún lugar y dormir.

Abrió las puertas frente a él, lejos de llevarse una sorpresa grata, lo primero que vio fue a Sophia.

La habitación parecía agradable a comparación del resto de lugares en la torre pero no había comodidad suficiente para liberar al hada azul de su dolor. Fue P quien acabó su agonía, le dolió el pecho, no podía seguir.

Se sentó en una de las sillas de ese cuarto olvidado para poder descansar, cerró los ojos, solo quería tomar una pequeña siesta. No quería estar allí, quería estar de regreso en la cama, hundiéndose entre cojines, acariciando a Spring y acurrucándose en tu pecho.

——⛤——

Esa noche Eugenie durmió en tu habitación, te negabas a pasar la noche sola, ver el espacio de la cama que ocupaba P vacío no te ayudaba anímicamente. Venigni por su parte decidió ocupar la habitación adyacente en caso de que necesitaran algo.

El hotel se encontraba más silencioso de lo habitual, no se oían vinilos sonando ni los gatos jugando. Pensar que la noche anterior todo era alegría te estrujaba el alma.

Llegadas las siete de la mañana, Polendina golpeó la puerta trayendo consigo una trágica noticia, Lady Antonia falleció.

Fuiste con Venigni, este estaba devastado, Antonia había sido una persona muy importante para él y su fallecimiento tuvo cierto impacto. Junto a Eugenie buscaron darle confort, ahora, eran los únicos tres humanos en todo el hotel.

METAMORFOSIS - Lies of P -  P x ReaderWhere stories live. Discover now