Heredero del herrero

Capítulo 2: Dolores de crecimiento

Shirou resopló mientras miraba la tabla de madera astillada que había estado tratando de tallar en una espada, mirando el libro singular de su familia biológica que actualmente yacía abierto y balanceándose sobre su muslo. Leer algunas de las palabras en particular todavía era difícil para el joven, pero había ido acostumbrándolo en los últimos meses desde que sus nuevos padres revelaron la identidad de su familia anterior. Ojos de color ámbar dorado recorrieron la página que mostraba el diagrama de una katana de tamaño promedio.

Por supuesto, estaba destinado a ser un diagrama para crear uno usando metales como hierro o acero, pero Shirou pudo sentir la ansiedad de Irisviel, incluso desde el otro lado de la propiedad donde Kiritsugu la había arrastrado, solo porque estaba usando un cuchillo para tallar la tabla. Shirou había intentado colarse en la fragua una vez, justo después de que Irisviel se lo hiciera saber, tratando de convencer a sus padres de que estaba bien. Ese intento fue cerrado básicamente de inmediato por Kiritsugu con una mirada muerta en sus ojos que hizo que Shirou se estremeciera incluso ahora.

No lo había intentado desde entonces. Pero en el momento en que fuera capaz de hacer una espada a partir de una tabla de madera que cumpliera con los supuestos estándares de su familia, volvería a preguntar. Después de todo, habían pasado poco más de cinco meses y ¡estaba mejorando!

Chasqueando su lengua con molestia, tomó la espada medio tallada y colocó el filo del cuchillo contra la madera, comenzando a rasparlo a lo largo de la superficie para comenzar a tallar la mitad inferior del Hamon. Excepto que después de apenas un segundo de tallar, el cuchillo pareció detenerse repentinamente y retorcerse en su agarre, sus dedos se apretaron con más fuerza por instinto para evitar que se torciera y terminara causando que el cuchillo se sacudiera repentinamente hacia adelante con su brazo, saltando hacia adelante y cortando el madera más lejos de lo que quería llegar. Con un gemido de molestia, el niño pelirrojo apalancó la espada hacia adelante y hacia atrás para deslizarla lentamente fuera de su sorprendente funda de madera antes de que de repente saliera disparada. En un abrir y cerrar de ojos, su mano había pasado de flotar justo encima de la tabla de madera a impactar su rostro, haciéndolo gemir de dolor mientras dejaba caer el cuchillo y colocaba su otra mano en su rostro, sobre donde se había golpeado.

Moviendo los músculos de su cara para mover su nariz, sintió que no era un golpe tan fuerte, aunque eso no le impidió frotarlo por un momento mientras se agachaba para tomar su cuchillo caído. Levantándolo con fuerza, comenzó a canalizar su Od hacia el tal como Irisviel y Kiritsugu le habían estado enseñando, su mente instintivamente captó y aferró la información alimentada por su uso de Agarre Estructural en la herramienta. La información que le dio fue algo que no lo sorprendió pero ciertamente lo molestó, a juzgar por el ceño fruncido y los ojos entrecerrados que le estaba dando al objeto ofensivo.

Por supuesto, seguía estropeándose, la hoja empezaba a perder filo y a astillarse. Lo que más le molestó de que dicha espada se desafilara fue que ni siquiera se dio cuenta hasta que utilizó conscientemente el agarre estructural en ella. Según el diario que había estado leyendo, los miembros mayores del clan Muramasa habrían podido detectar el problema con un simple vistazo a metros de distancia. Sin embargo, Shirou no había podido decir cuándo había estado sosteniendo la maldita cosa.

El hecho de que todavía tenía sólo siete años y sólo había estado trabajando en su habilidad en tal actividad durante cinco meses ni siquiera se le ocurrió. Después de todo, su familia había sido una familia que se destacaba en tales actividades y artesanía. El hecho de que no sólo no pudiera hacer algo tan "simple" como tallar una espada de madera sólo le trajo una sensación familiar que experimentaba cada vez que soñaba con el fuego.

Suspirando, clavó el cuchillo en la hierba junto a él y se quedó mirando el proyecto fallido que era tallar su espada de madera. A pesar de su molestia e impaciencia por mejorar su habilidad en la forja de espadas, había algo singularmente tranquilizador en esa habilidad. Era similar a uno de sus nuevos pasatiempos favoritos, cocinar, pero ni siquiera eso podía darle la tranquilidad que le daba intentar crear una espada.