12.

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- ¿Y ese guapetón?- Habló Elias halagando a Bill que acaba de salir de su casa. - ¿A quien quieres conquistar?-

- A tu puta madre.- Bufó Bill, era su forma de aceptar el cumplido. - Bien, ¿yo llevo a Nat y ustedes van por su lado?-

- Claro, porque sólo Natalie puede subirse a tu moto, ¿no?- Se burló Gustav.

- Qué dices.- Se rió Bill. - Solo que me daría miedo de que Nat fuera en tu moto, imagina si la matas.-

- Tiene razón, ni si quiera tienes el registro, Gustav.- Agregó Natalie, ahora colocándose el casco para subirse atrás de su chico.

Gustav simplemente rodo sus ojos. - Esta bien, ustedes se lo pierden.- Se encogió de brazos. - Al menos nosotros no tenemos que soportar a Britney Spears todo el puto viaje.-

- ¡Ey! Con britney no se jode.- Le amenazó la chica.

- Bien, Bill. Te seguimos.- Habló Elias para cambiar de tema de conversación. - ¿Sabes cual es la ubicación?-

- Es en lo de Blas.- Suspiró colocándose su casco. - Ustedes solamente siganme por detrás.-

...

Bill lo había dejado en visto y el mayor se encontraba pensando constantemente en eso. Entendía la razón de por qué Bill se había exaltado de esa manera, pero no entendía por qué no simplemente le hablaba. Tampoco como si lo que sucedió con Natalie fuera su asunto, ni Bill ni Tom tenían la culpa de lo sucedido. No entendía por qué el chico se había creado una película por un mínimo inconveniente. Nunca se había peleado con su chico, si había algo que les incomodaba a ambos, usualmente se lo decían al otro para hablarlo, pero esta era la primera vez desde que comenzaron a salir que Bill lo ignoraba completamente. Sentía como si toda su relación hubiera regresado a los primeros días donde se conocieron.

Así que esto era salir con alguien...

Continuaba en clase, la cual Bill había faltado, observando su celular de vez en cuando (cada segundo), esperando un mensaje que sabía que nunca llegaría. Se recargó sobre su asiento, mirando hacia techo con la mirada en blanco. Esta noche tendría aquella fiesta, así que técnicamente tendría una oportunidad de hablar con Bill, si es que se daba la circunstancia. Era un tanto difícil hablar con él estando en espacios públicos, no podían demostrarse el mismo afecto que lo hacían cuando se encontraban solos.

Simplemente deseaba poder tocarlo libremente, y dejar de esconder a Bill como si se avergonzara de él.

Tomó aire y se retiró de la clase, después de todo era la universidad y nadie le decía nada con respecto a la asistencia en el campus. Ya no encontraba un sentido en venir si no era para verlo a Bill dirigiendole miradas cada tanto.

...

- Ya, Ria.- Hablaba mientras acariciaba su frente frustrado. - Deja de ser tan pesada.-

- ¿Así que es verdad? ¿Solo me pediste ser tu novia para cojer conmigo?- Chillaba la chica, haciendo un escenario frente a toda la universidad.

- ¡Y tú aceptaste por la misma razón!- Le contestó molesto. - Ahora deja de hacer una escena.-

- ¡No, Tom!- Le cogió del brazo. - ¡No me dejes!- Gritaba.

- Basta, Ria.- La soltó rápidamente. - Yo no quiero nada más contigo.-

- ¡Esta bien!- Le gritó. - Para que sepas, me tire a Georg y a Blas.- Continuaba hablando mientras se retiraba de la escena colocandose gloss sobre los labios.

Tom simplemente pensaba en lo insoportable e irritante que estaba siendo en ese momento. Ya sabia que se había tirado hasta al chico de la esquina de su casa, así que realmente no le importaba lo que hacía, desde hace mucho que Tom nunca demostró una importancia con respecto a Ria. Ambos solo estuvieron por compromiso y satisfacción propia, no porque realmente sintieran algo por el otro, como lo hacía con Bill.

corredores | TOLLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora