Un café ☕

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Bien. ¡Hola! Las vistas que recibí para ser el primer día me animaron a abordar este proyecto. Y las personitas que me dejaron los comentarios. Me di el esfuerzo de detallar otro poco as los capítulos previos a este. Esto debido a que antes era un piloto, para ver si el concepto funcionaba. Teniendo eso claro, espero que disfruten lo que se esta por redactar. Quizá use palabras muy complejas, tendré en mente hacer un glosario mas adelante.

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El idioma siempre fue muy flexible y adaptable, al igual que Icam. Un hombre sencillo, poseedor de una fijación única por descubrir los orígenes de las palabras, el vocablo, la construcción de lo que conocemos como un lenguaje. Aun desconociendo su naturaleza. Tan fundamental, eh imprescindible, que a estas alturas lo ignoramos y lo damos por sentado. La evolución del idioma solo era el reflejo de la evolución humana. Albergando un lazo fuerte con la historia que nos precede. ¿Pero a quien le importaba? Bastaba con hablar, aun si lo hacíamos mal.

- No te preocupes, cuadrado, quedaras en una pieza.

Hablando a solas, sentado frente a su escritorio, dejo sobre la madera curada lo que parecía ser trozos de un arrugada y rasgada hoja de papel. Tratando de unificarlas para conformar la imagen de lo que alguna vez fue, arrastrándola suavemente a una esquina para usarla de guía, le faltaba una mano. Tomo aire y exhalo, tarareando la música que ambientaba su hogar, extrayendo un Post-it para que fuera el cuerpo.

- El uso de palabras ajenas, al idioma de origen de una territorio, es la adaptación evolutiva frente a la necesidad de una clasificación y nombramiento de la novedad.

Quizás debió estudiar filosofía, lenguas, historia. ¿De donde provenía ese extremismo? De reducir todo a una palabra, a una disciplina, a un técnica, un rumbo. Todo se conectaba, todo se relacionaba entre si hasta las especialidades. El derecho mismo, no aseguraba justicia solo con leyes. Incluso las matemáticas, no se reducían a un simple numero.

- Un complejo idioma, cuantitativo, eh inflexivo.

Entre cuestionamientos, que no buscaban una concluían final, lo recordó. Trazando sobre otra hoja de papel la silueta de cuatro extremidades hechas de tinta negra y punta gruesa, dejando un borde blanco al recortarlas con unas tijeras. Las matemáticas, eran la forma de entender el mundo, predecir el futuro cercano y conocer el pasado desconocido. El idioma universal. Una solución cuantitativa a un problema cualitativo. Alegría, inquietud, timidez, no había como medirlo. Pero con un esfigmomanómetro, contando sus pulsaciones, tendría una respuesta.

Una soñadora sonrisa se deslumbro en sus labios inconscientes. Sumergido en la repetición del recuerdo de aquella tarde. En aquel muchacho, en aquel profesor, en su añeja y olvidada amistad. Ambos tomaron caminos diferentes, aun sin la decisión de separase, debía pasar un largo tiempo hasta alcanzar la misma meta de la docencia. Suspirando, dibujo el rostro del cuadrado y pego sus nuevas articulaciones a su amarillento torso. Junto a un palo que le servía para sostenerlo. Levantando lo a la altura de su rostro. Musitando desganado.

- Detesto las ecuaciones.
🟨 Pero te encanta el matemático.

Fingió una voz ronca y desentonada, respondiéndose a si mismo utilizando de falso emisor a cuadrado. Abriendo sus ojos con las mejillas coloradas, impactando su frente contra el escritorio, sin ser de una manera agresiva para el. Siendo del propio autor del dialogo mas esquizofrénico que había mencionado a lo largo de su vida. Cómo aquella tarde, en la biblioteca, su mente se desoriento.

- Los de tercero tenían razón, me estoy volviendo loco.

Mirando a cuadrado, luego de un silencio ocupado por la suave tonada del estéreo, volviendo a hablar. Recurriendo a la imitación de su esa voz para aconsejar, a su inquieto y resurgido corazón.

🟨 Necesitas un psicólogo.

La p, en esa palabra era innecesaria.
Una costumbre, una tradición, una consonante muda, proveniente del griego..

Y perdió la razón, cayendo en los brazos de Morfeo, tras un día agotador física y emocional. Abriendo sus ojos abruptamente, con la sensación del calor, la humedad y dolor de espalda. Se había quedado dormido. Inti, de la mitología incaica, se había asomado por ventana. Alumbrando el mundo tras sumergirlo en la oscuridad bajo el firmamento de Quilla. Corriendo por todo el departamento que era su hogar. Para ducharse, cambiarse, perfumar y alistar el material de las clases del día. Con los cabellos alborotados, voluminosos y mojados.

No lo había olvidado. El café.

No, no lo había olvidado, solo se había desviado unas calles de la cafetería más cercana. Corriendo. Abrió la puerta y se acercó al mostrador, analizando las opciones que el menú le presentaba. Solo era un café. "Qahwa" De la cultura árabe, solía ser un ritual o acto de generosidad y hospitalidad en las sociedades arábigas. Lo que significaba, mucho más, más que una simple bebida. Todo era más, siempre era más de lo que aparentaba.

Sentado en el receso con el café frío en una mano, sosteniendo en la otra a cuadrado con manchas de humedad. Tragedia consecuente de su saliva brotando cual rio en comisura. Había olvidado el importante factor de la hora, la disponibilidad y el inflexible inicio de las clases; era mayor que < el tiempo que le tomaba a un café enfriarse, aún protegido por un contenedor descartable. De cartón. Si, se sentía un güey con toda la palabra.

√ Te ves deprimido. ¡Toma una manzana!

Alzo la mirada y allí estaba él, acelerando los latidos de su corazón. Entusiasmado por verlo de nuevo. Lo saludo con una sonrisa silenciosa, como si decir "hola" significara un "adiós". No quería decir adiós. Tomando entre sus manos la roja fruta que dejo Daniel junto al café. Aquel que aun no sabía que no era suyo. Por eso mismo Icma, se levanto delicadamente y sin soltar la manzana, elevo la amarga bebida. Agradecido por el gesto del matemático y apenado por lo que estaba apunto de revelar eh informar a su receptor. En evidencia de su inocencia.

- Te.. traje este café, se me hizo tarde al ir a la cafetería de la avenida y se enfrió para cuando llego el tiempo de receso. Puedo calentarlo o comprar otro a la salida.

√ Hey, calma. El café solo era una excusa para charlar. No era necesario que te molestaras tanto en compra uno. No quería que lo tomaras como una obligación, por que enceste una bolita de papel en la papelera, debí ser mas claro. Lo olvide

Daniel, se disculpo de alguna manera a pesar de no haber hecho nada malo. Sentía una especie de compasión y obligación con Icma. Aquel joven que alguna vez lo ayudo con sus exámenes de lengua en esa silenciosa biblioteca. Extendiendo su mano para sujetar el café y vislumbrar su nombre sobre la base. Acompañado por un corazón. Posiblemente obra de la barista en turno. Aun así la casualidad le resultaba tierna y halagadora. Decidiendo tomar un sorbo del café.

Lo tomare así, deberías llevarme a esa cafetería, Icma.

- Te llevare, lo hare.

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√06/12/2023

&quot;Una r, una raíz&quot; Icma x Daniel Carreón.Where stories live. Discover now