Poemas para contar y soñar

Mis defectos

Ellos

Somos la parte más oscura, más humana del ser humano. Somos aquellos disgustos y defectos. Somos aquellas noches sin dormir, aquellos días sin soñar. Somos, somos, somos, somos.

Soy la perfección, aquella que no deja que el mundo sea imperfecto ni que, a veces, falte una pieza en el rompecabezas. Ataque sin piedad la grieta minúscula, hasta llegar a la tempestad oscura, llena de perfección inmunda, que nunca se llegará a cumplir. Soy aquellos objetivos debajo del abismo. ¿Es necesario trabajar en equipo, relacionarte con la gente, si al final te haces daño a tú misma?

Soy la incapacidad de pedir perdón. Aquel escudo que protege los temores de no ser perdonada. Aquella espada que talla sin pensar si los trocitos del atacado se recompondrán, si la confianza perdida volverá a aparecer. Hay tantas cosas para pedir perdón... Una simple palabra que puede trastocar tu infierno.

Soy aquel deseo impulsivo que tantos de rayos ha incendiado la confianza. Haz lo que quieras, no pares de coger lo que nunca podrás obtener. Soy aquella inseguridad imaginaria que te dice al oído que es mejor coger que pedir. Soy.

Somos aquellos miedos que crecen en tu jardín día a día. No podrás conseguirlo, no podrás realizarlo, no puedes, porque naciste demasiado débil para sobrevivir a tu propia galaxia de sueños. Cada día vamos creciendo más y más y, en el momento más adecuado, nuestra hacha bajará, impecable.

Soy aquella lava quemadora de palabras que, en el momento de erupción, quemo las personas que más aprecias haciéndolos creer que estás a la cumbre cuando realmente te encuentras al inicio. Te hago creer que vuelas alto cuando vuelas a la misma altura que los otros pájaros. Soy.¿Por qué necesitar amor, cuando tenso el miedo, la rabia y la soledad?

Yo

Soy consciente que todavía queda mucho de camino para recorrer, que todavía tengo que conocer más partes de mi conciencia. Que estoy hecha de luces y de sombras. He cometido muchos de errores a lo largo de mi vida, pero el instante que dejo de ser perfecta, cuando pido perdón, cuando me paro a pensar en las consecuencias y me aferro a la amistad y al amor... Vuelvo a ser humana y a darme cuenta de mis miedos. De mis defectos. De mis disgustos. Porque nunca dejaré de soñar.