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OLIVIA

Era hoy.

8cho agarraba mi mano mientras nos bajábamos del avión privado que habíamos contratado entre todos los del viaje, evitando que me siguiera mordiendo las uñas.

Había estado muy preocupada por tener que verle en persona, ya que era el único que volaba por separado por falta de tiempo.

Pero ahora acabábamos de bajar del avión y no había vuelta atrás.

- Tranquila, todo va a ir bien.

Acepté el abrazo del chico a mi lado y seguí caminando junto a él.

Entre tantos pensamientos me quedé profundamente dormida.

Y ahí estaba él otra vez, en cada uno de mis sueños.

Para cuando me desperté me di cuenta de que estaba en un sofá junto a otras maletas. Enseguida noté que habíamos llegado a la casa que alquiló Auron.

Espera... ¿casa?

¿No se supone que era un hotel?

¿Dónde diablos estaba?

No me asusté porque vi las maletas de mis amigos alrededor, pero recorrí toda la casa notando que ya todos estaban dormidos u ocupados.

¿Nadie me daría una explicación?

Estaba tan sumergida en mi cabeza que choqué contra otro cuerpo, pidiendo perdón nada más notarlo.

- Lo siento, lo siento.

Lo primero que hice nada más subir la mirada fue estremecerme y apartarme de inmediato. Buen momento para encontrarnos, Imantado.

- Vaya, ya te has despertao'.

Se formó un silencio un tanto incómodo.

- ¿Dónde estamos?

- Auron decidió que era mejor quedarnos aquí, cuando llegamos al hotel ni siquiera pudimos entrar de la cantidad de gente que había.

- Ah, está bien - y se volvió a formar un ambiente incómodo mientras nos echábamos miradas indiscretas.

- Bueno, me voy.

Y menos mal que te fuiste, chico.

Si no te hubiera besado allí mismo.

¿Pero qué dices, Olivia? Ese chico te ha hecho daño.

Pero vaya que estaba bueno.

Y más en persona.

Pero esos pensamientos se esfumaron de mi cabeza cuando me encerré en una de las habitaciones y pensé en cómo me hubiera gustado que me diera un abrazo, o una simple sonrisa.

Pero nada.

Cuando levanté mi vista, un color rojo subió a mis mejillas rápidamente mientras me tapaba los ojos.

- ¿Tantas ganas tenías de verme? - rió el chico frente a ella.

- ¡Lo siento Dani! Dios, ha sido sin querer te lo juro-

- No te preocupes, bonita. Puedes mirarme, no muerdo.

Quité las manos de mi cara lentamente.

- Perdona, no sabía que este era tu cuarto.

Dije de nuevo ahora avergonzada por haber entrado así como así.

- No pasa nada, ven, te enseño el tuyo. - me guío fuera de su habitación hasta entrar en otra con un balcón precioso - He tenido que pegarle con un cojín en la cabeza a Joaquín para que te dejara este cuarto.

Me reí y cuando salió empecé a colocar las cosas que había traído, doy gracias al cielo a quien me haya llevado la maleta escaleras arriba hasta aquí.

Probablemente Dani.

Para cuando acabé, me tumbé sobre la cama a reflexionar sobre lo de antes.

¿Debería hablar con él y pedirle explicaciones?

Eso dañaría a mi orgullo, y no me apetecía para nada que me humillara más todavía.

Pero Dios, quería ir a abrazarlo tan fuerte...

¿Querrá él abrazarme también? ¿Qué estará pensando en este momento?

Decidí dejarlo ahí, al fin y al cabo no podía hacer nada más que ignorarle y crear contenido con los demás de la casa.

Pero claro, los fans se darían cuenta al segundo de que estábamos juntos en la misma casa. Imantado, 8cho y yo.

Joder, todo era muy difícil.

Había estado tanto tiempo pensando en Imantado que no me había parado a pensar en Dani, y en que también me despertaba sentimientos.

Pero no eran iguales.

Con 8cho sentía que todo era de color de rosas, casi como un mejor amigo, pero a la vez su forma de ser y de coquetear era tan atractiva...

Dios, llévame contigo antes de que tenga que cruzarme de nuevo con alguno de los dos.

- ¿Se puede? - escuché a través de mi puerta.

Dios, te pedí ayuda, no desgracia.



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esta olivia está acabando con mi estabilidad emocional

𝐀𝐓𝐓𝐑𝐀𝐂𝐓𝐄𝐃, imantadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora