Prólogo

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... cualquier parecido con la realidad "no" es mera coincidencia.

Aurora se ha esforzado por ser una buena madre pero, por más que lo intenta, Franklin no comenza por tomar en cuenta su sacrificio

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Aurora se ha esforzado por ser una buena madre pero, por más que lo intenta, Franklin no comenza por tomar en cuenta su sacrificio.

     Frank, como suelen llamarlo sus compañeros, ha sido criado por su madre tras el abandono de Miguel, su padre, cuando él solo tenía 10 años. Miguel había traicionado a Aurora varias veces, solo que, en esa ocasión, nunca más regresó. Y, ha sido mejor para el chico; recuerda a su padre siendo abusivo y prepotente, un tipo machista que solo sabía exteriorizar su frustración a través de la violencia. Era solo un niño, aunque esa ruptura significara la libertad, ni siquiera imaginaba lo que traería consigo.

     Crecer en una familia disfuncional provoca que un niño sobre-piense demasiado en cosas que no le corresponden. Muchas de las soluciones que encuentra a los problemas, no son las adecuadas y así, es como se va marchitando la inocencia sin dejar de ser un niño. Resulta muy fácil pasar desapercibido cuando juegas con tu pistola simulando que estás matando a un ser imaginario y todos los adultos te ignoran, hasta que uno, se gira hacia ti, solo por cinco segundos y, en un pestañear, asume que imitas a un policía, cuando nadie se detuvo a preguntarte, ¿a quién matabas y por qué lo hacías?

     A veces, lo adultos pierden la objetividad, aferrándose a soluciones que, por arreglar una situación, terminan por crear veinte situaciones más complejas, como consecuencia. De la misma manera, Aurora encuentra la solución a los problemas económicos que le habían traído el abandono de su esposo, en los brazos de otros hombres. Ella le miente a su hijo y lo hace muy bien, pero, su mayor error está en dar explicaciones que nunca fueron pedidas. Frank se va convirtiendo en un niño muy observador. Cuando nadie lo toma en cuenta, en el jardín, jugando o dibujando, el chico analiza a las personas a su alrededor; los estudia. Su juego preferido es intentar adivinar, desde la distancia, ¿de qué habla su mami con sus amigas? El movimiento de sus labios y sus expresiones corporales ahora tienen un sentido para él, un lenguaje que ha descubierto.

     Pasan los meses y la economía del hogar se estabiliza gracias a los sacrificios de Aurora, quien siente que está cumpliendo con su deber de madre. En cambio, Frank, a pesar de ser un niño que, al parecer, tiene "de todo", comenza a sentir un vacío emocional que va y viene. No se supone que se sienta así y, ¿cómo se supone entonces que deba sentirse? Preguntándose una y otra vez. Se ha dado cuenta, a pesar de su corta edad, de que todas las personas mienten y ocultan secretos. A su alrededor, solo ve títeres manejando títeres, mientras compiten por demostrar una felicidad inventada, llena de cosas vanales como premios por sobresalir, dejando a otros, igual de rotos, por debajo. Todos le decían que era un niño afortunado y que no debía ser tan serio, así que él asumió el personaje que le fue inventado y ahora hace lo mejor hacen todos a su alrededor, interpretarlo.

     Franklin creció, más en su mente que en su cuerpo, y con el tiempo, su madre decidió tener una conversación con él. Aurora le cuenta que llevaba un tiempo saliendo con un hombre. Intenta hacerle ver que ella confía en su hijo pero, Frank no es tonto, la conoce demasiado como para intuir que solo está preparando el terreno para que éste desconocido entre a sus vidas, o no; tal vez, solo está siendo egoísta al no querer entender que su madre tiene derecho a sentirse amada nuevamente. En cualquier caso, Frank desarrolla en su mente múltiples criterios contrapuestos en forma de diálogos, dónde más de una voz alcanzaba a emitir una opinión. Miguel estaba lejos, destruyendo su otro hogar seguramente, así que, aunque él no siente que necesite otra figura paterna, termina por comprender la posición de su madre.

     Ernesto llega a su vida, a su hogar y en poco tiempo, no solo se hace con el corazón de Aurora, sino que implanta un nuevo sentir, un nuevo modo de "hacer la cosas". A Frank no le gusta el ritmo que están tomando sus vidas y se lo plantea a su madre pero, un chico de 17 años no puede decidir lo que está bien o mal, así que, su opinión no es tomada en cuenta. Comienza a odiar lo que no puede controlar y Ernesto no hace nada para mejorar la situación, en cambio, le resulta divertido provocar al chico, actuando de una manera sutil y compresiva en frente de Aurora y más hostil cuando solo están los dos.

     Con los meses, aumentan los choques entre los dos pero Frank; Frank siempre paga los platos rotos. Su madre comienza a ver por los ojos de un extraño que se ha colado en su hogar, les ha robado la paz, su corazón y terminaría por robarle algo mucho más importante, que le jodería la vida a más de uno.

     Es una tarde de julio y Frank sale de la escuela más temprano de lo habitual puesto que, son días de exámenes finales y las clases casi han terminado. Al llegar a la casa, nota que no está solo, el novio de su mamá también se ha adelantado. El aire se le hacía muy espeso para respirar cuando tenía que compartirlo con él pero, esta tarde, algo no es igual. Ernesto busca excusas para sostener una conversación con Frank y su insistencia en la charla, lo incomodaba aún más. El chico interrumpe el forzado diálogo con la evasiva de necesitar una ducha, razón por la que, no tarda en entrar al baño.

     Piensa que, aquel silencio, solo interrumpido por las gotas de agua cayendo en el suelo, es todo lo que sus oídos necesitan escuchar. Cierra los ojos, más que para evitar la entrada del agua; para sentir, muy detalladamente, como resbala por su piel a la vez que sus manos. Inesperadamente, esa paz es interrumpida, cuando otras manos, pero esta vez extrañas, lo someten bruscamente hacia la pared, tapando su boca y dejando ver un cuerpo desnudo y un rostro familiar.

Follemos y pongamos la vida en muteWhere stories live. Discover now