•Episodio 4•

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—¡Ay!—

—Lo siento, pero tienes el cabello enredado—

Reader estaba peinando a su hermano haciéndole una pequeña trenza en el lado izquierdo, Lin se quejaba de que le dolía, aunque él fue el que le pidió a su hermana de que le peinara.

—La belleza cuesta—

Él susurro y su hermana soltó una pequeña carcajada. Al terminar. El pequeño estaba corriendo de felicidad, le encantaba su nueva trenza, según él se veía “fantastico” e “iconico”.

—Te ves muy bien... Pero te falta algo, ven—

Reader le colocó un broche en forma de estrella a Lin, era un broche que tenía guardado ella hace mucho. Lin estaba más feliz por el pequeño regalo de su hermana.

De repente ambos se asustaron levemente al escuchar golpes en la ventana/puerta que daba al balcón, Reader fue a ver topándose con unos ojos verdes.

—¿Qué sucede?, ¿qué haces aquí?, todavía es de día—

—Tuve una discusión con mi hermana, se enteró de ti... No quería seguir discutiendo y vine a quedarme un rato—

—Vale, está bien, entra—

El ojiverde entro al departamento topándose con Lin escondiendo atrás del sofá observándolos.

Él salió de su escondite al darse cuenta que era Andrew y rápidamente corrió hacia él para abrazarlo. Esto sorprendió un poco al ojiverde pero no demasiado.

Andrew correspondió el abrazo y acarició el cabello del menor.

—Hola Lin, ¿qué tal?—

—¡Muy bien!...ya viste mi nuevo look—

Lin respondió para luego señalarle la trenza que estaba decorada con el broche de estrella.

—Te queda bien—

—¡Gracias!—

—Lin, ve a tu habitación un momento—

—Pero yo quiero jugar con Andy—

—Es Andrew, y seguramente no quiere jugar contigo—

Y antes de que el menor respondiera, el Graves interrumpió.

—No me molesta, puedo jugar un rato con Lin y luego te cuento—

Reader aceptó mientras el menor festejaba.

El GuyiiKizu menor llevó al Graves a su habitación para jugar, ¿a qué?, a cualquier cosa que tuviera el pequeño en su gran cajón de juguetes.

Reader se sentó en el sofá buscando algo que ver, esperando a que alguno de los dos se aburriera.















—Entonces...¿se dio cuenta de que existo yo?—

—Si, ahora sabe como es que hay comida cada que ella despierta... De porque aveces me en la noche me encontraba en el balcón y no estaba en la cama...—

—Te dije que tarde o temprano se enteraría...¿Ahora qué?—

—¿Ahora qué?—

—Si, ¿qué harás?, ¿dejaras de venir?—

—No, prefiero estar contigo y con ese pequeño mini tu que estar con mi hermana...está loca...—

—¿Y yo no lo estoy?—

𝘛𝘩𝘦 𝘊𝘰𝘧𝘧𝘪𝘯 𝘰𝘧 𝘈𝘯𝘥𝘺 𝘢𝘯𝘥 𝘓𝘦𝘺𝘭𝘦𝘺. 𝘍𝘦𝘮!𝘳𝘦𝘢𝘥𝘦𝘳Where stories live. Discover now