En pos de concretar una búsqueda sentimental y personal, una poderosa y sabia dragona viaja a nuestro mundo. Sin embargo cae en las afueras de una de las ciudades más peligrosas de Norteamérica, si no es que la más; Detroit, Michigan...
Pero no esta...
En aquel auto negro como la misma noche se podían encontrar cuatro individuos, todos jóvenes rondando la mitad de los veinte.
—Seguro que el sitio es aquí ¿Verdad? — Preguntó el que manejaba el auto, un peruano de tez morena y pelo de color oscuro, teniendo una gorra y paliacate negros en la cabeza.
—Eso creo, Pedrito — Respondió el chico del asiento del copiloto con algo de duda duda en su voz. Tenía el pelo teñido de color azul como el mar y ojos verde claro que reflejaban algo de temor.
—Ese pinche "Eso creo" no ayuda, Elton — Replicó uno de los que estaba atrás. Tenía una cresta marrón con mechones amarillo eléctrico totalmente enmarañada, tez blanca y ojos cafés. Bebía una lata de Redbull para mantenerse enérgico.
—Ya bájale Tom, no hagas que Elton se acobarde más de lo que ya está — Le dijo el que parecía ser el mayor, con un ojo rojo como la sangre y el otro totalmente blanco, con una cicatriz vertical que lo atravesaba. Pelo largo marrón hasta la mitad de la espalda y tez bronceada.
Este era Oliver Shauld, el líder actual de la pandilla conocida como VNW. Siglas del nombre del asesinado fundador de aquella pandilla.
—Pero no creo que eso sea verdad eso de una casa que vende objetos mágicos; La imaginación de niño de seis años que Eltontito tiene le está jugando una buena broma.
—Te juro que es neta, Tomás — Se defendió el joven inseguro. Tenía fe en que habría un buen botín allí.
En un momento el auto se detuvo, estando en la cuadra frente al destino de estas personas, vestidas con un estilo urbano desaliñado. Siendo lo que destacaba sus sudaderas, del color de la oscuridad misma.
—Aquí es ¿No, Elton-tito? — Se burló ligeramente Pedrito mientras veía el lugar, con aquel auto todavía encendido. Era el chófer de aquel plan
El inseguro de cabello azul asintió, aunque ese apodo hizo que viera al peruano con dejes de molestia.
—Bueno, bueno. Ya podrán hacerle bullying al niño cuando terminemos aquí — Comentó mientras bajaba del auto junto a Elton y Tom.
Sin embargo, el joven de cabello azul comenzó a tener alteraciones a medida que más de acercaban a aquel lugar. Poco a poco su cara era cubierta por escamas de un color blanco apagado, y sus dientes caninos se tornaban algo más afilados y sus ojos se rasgaban un poco.
—Espero que estén listos, par de pendejos — Dijo Oliver mientras que se tronaba los nudillos, listo para la acción, mientras que el Pedrito solamente les alzó el pulgar en un gesto de buena suerte.
Justo cuando iba a entrar rampantemente y a robar todo lo que en ese local estuviera presente, la puerta se abrió repentinamente.
La... persona, si es posible decirle así, que había hecho tal acción helaría la sangre de cualquier persona cuerda; Era una mujer, con cola, alas y cabeza de dragón allí. Cargaba una especie de bastón negro con una gema roja consigo y solamente tenía escamas blancas como la nieve cubriendo su cuerpo...
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