Eight

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«2 días después

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«2 días después.

"Nada había valido la pena", "tantos meses de sufrimiento al final habían sido en vano". Jisung se hacía daño con ésos dos simples pensamientos.

Sus ojos brillaban únicamente por la cantidad de lágrimas que los llenaban.
Estaban hinchados y adoloridos.
Su nariz y mejillas estaban pintadas de un rojo opaco a consecuencia del llanto desmedido.
No había logrado parar de llorar más que por breves ratos, sin importar qué tantos intentos hiciera Chan por tranquilizarlo

Incluso la garganta le ardía y el estómago continuaba con el dolor común por los espasmos constantes que tenía al llorar.

Luego de salir del hospital, un día después del fallecimiento, Jisung se había mantenido en cama, sin energías ni ganas de moverse. Sintiendo como a cada hora que pasaba se le oprimía un poco más el corazón, y una nueva grieta se abría en lo profundo de su alma.
No había comido nada aún, a duras penas le aceptaba los líquidos a su pareja, y casi no pronunciaba palabra.

Estaba realmente roto, pues aunque sabía desde el inicio que corría el riesgo de perder a su bebé, seguía siendo un golpe demasiado duro de asimilar. Nadie te prepara para la mayor pérdida que un humano puede sufrir.

Él había tenido esperanzas de que todo mejoraría al final, que haber soportado tantos meses de malestares tendría una Hermosa recompensa. Le dolía haberse equivocado, se sentía estúpido por haber creado una perfecta fantasía que no se cumpliría. Se odiaba por haber seguido con un embarazo riesgoso, porque a Jisung no le interesaba pesar seis o nueve kilos menos. Se odiaba, por haber jugado a tener la razón sobre una pequeña vida que no era culpable de su capricho.

Jisung no estaba hecho para concebir, y aún así, se forzó a intentarlo. Perdió, porque nadie puede engañar al destino.

— Amor, tenemos que ir... — pidió suavemente por quinta vez.

— No... — sollozó — No lo resistiré...

— Debemos... Estar ahí para despedirla... — tragó duro controlando sus emociones.

— No quiero despedirme de ella, no aún... — lo miró con los ojos cristalinos — Chan... No puedo...

— Por favor Sung, es lo único que te pediré... — una lágrima recorrió su pálida mejilla — Vayamos al funeral...

Luego de llorar por algunos minutos más, el menor se levantó de la cama. Con todo el pesar que guardaba su ser, se colocó ropa negra en su totalidad, limpió su rostro quitando así todas las marcas de lágrimas secas que tenía acumuladas, y con el corazón doliendo en demasía, salió del departanmento tomando la mano de Chan.

En el funeral estarían las familias Bang y Han, junto a sus amistades más cercanas, y Changbin. Habían decidido que él asistiera también, pues les había ayudado mucho en ésos nueve meses.

El cielo lloró junto a los presentes, opacando así todas sus lágrimas, y dando un ambiente más deprimente si es que era posible aumentarlo.
Cada persona que rodeaba el pequeño ataúd reflejaba una enorme tristeza en sus miradas, para todos era imposible no sentirse sofocados por el dolor que emanaba la situación. Estar en el funeral de una bebé era realmente difícil.

Hasta ése momento, Jisung la pudo ver, por primera y última vez. El ataúd estaba abierto, ella se veía extremadamente pálida y permanecía envuelta con una manta blanca. Chan la había tenido en brazos cuando aún tenía sangre cubriéndola. Jisung la logró cargar unos minutos, sintiéndola totalmente fría.

La última parte de su ser que había salido ilesa, se destruyó cuando la tuvo entre sus manos. Era tan hermosa como un ángel, y desgraciadamente, ahora tenía sus alas colocadas de forma injusta.

Chan sintió como todo su mundo se le cayó encima, y realmente no tenía idea de como seguirían su vida a partir de ahora. Él haría hasta lo imposible por mejorar, y ayudar a su esposo a hacerlo.
Sin embargo, Jisung no pensaba en curar sus heridas, pues la idea de morir estaba clavándose lentamente en su dolida cabeza.

— Te amo mucho mi princesa... Lo lamento tanto... — dijo entre sollozos lastímeros cuando el ataúd fue finalmente bajado a la tierra.

— Te extrañaremos cada día bonita... — completó el mayor.

Uno quería buscar la forma de seguir adelante, aún sin ésa pequeña.
Y el otro sólo quería que su corazón dejara de doler, deseaba parar de sentir, y sabía cual era la única manera de lograrlo.

Era cuestión de tiempo para que el destino decidiera, una vez más, el camino que les otorgaría a sus almas rotas.

Era cuestión de tiempo para que el destino decidiera, una vez más, el camino que les otorgaría a sus almas rotas

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Finalizado.
Muchas gracias por leer 🥺♡

¿Baby? | ChansungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora