Lo siento

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Cree mi propia empresa, soy un CEO bastante admirable e increíble, mis hombres siempre me hacen notar que hago un gran trabajo, soy guapo, adinerado, soy un hombre increíble, pero...
¿Por qué siento que me falta algo?
Las mujeres llueven a donde quiera que voy, fácilmente me he acostado con varias sin embargo nunca termino satisfecho.

— ¿Romance? Pfff... Venga soldado, deja de decir tonterías, Phillip Graves nunca se enamora, es algo estúpido. — Dije a un soldado que me preguntaba sobre mis relaciones. — Además, el trabajo es primordial, así que muevan esos traseros ahora.

Quería a mis hombres, éramos una familia.
No me gustaba relacionarme con las reclutas que iban a mi empresa, aparte de que era un tabú... Simplemente era algo imposible...
Eso hasta que vi a una pequeña florecilla por ahí.
Rodeada de retoños bastante grandes... Ella destacaba por su inocencia y su inexperiencia.
No es que fuera amor a primera vista por parte mía...

— Hey pequeña, ¿eres nueva? No te había visto por aquí. — Dije con una sonrisa y un tono encantador qué hacia caer a cualquier mujer... Pero al ver su rostro me di cuenta que no funcionaba con todas.

— Sí, señor... Es de mis primeros días.

Al escuchar esa voz simplemente supe que estaba enamorado, el escuchar esa tonalidad tan amable y risueña hizo que de mis labios saliera una sonrisa tierna.

— B-Bueno... Espero que hagas un trabajo excepcional. — Dije dándole una palmada en su hombro mientras carraspeaba mi garganta tratando de disimular la emoción que sentía.
No podía esperar a verla en acción.

Los días pasaron y me paseaba por la base buscando a aquella mujer, no fue hasta que la vi platicando con el jefe de cocina que mi corazón hizo saltar... Pero esos brincos se acabaron al ver como le sonreía a dicho hombre.
Apreté mis dedos y suspiré pasando de largo hasta mi oficina.
¿Por qué esperaba algo? No es que fuera a suceder.
Estaba de malas y no entendía el por qué... Oh, bueno... Si qué lo sabía y eso resonando en mi mente.
Respire profundo y leí las diferentes misiones qué tendríamos en los siguientes meses.

Sin darme cuenta mi relación con mi florecilla mejoró en un par de meses, ella era encantadora y ahora entendía porque todos eran tan lindos con ella.
Una mujer inteligente, independiente, amable, risueña y comprensiva.
Estaba volando en mis nubecillas hechas de pensamientos de ella cuando tocaron a mi puerta.

— Adelante. — Dije de forma firme mientras me enderezaba en mi asiento, sin embargo mis ojos no pudieron evitar iluminarse al verla a ella. — Pero a quién debo agradecer por tu visita mi florecilla.

— Deja de decirme así... De lo contrario te diré  “Tumbas”. — Comento con una suave sonrisa de esas que me hacían suspirar por horas.
Me encogí de hombros, acomode mis codos en el escritorio y pose mi cabeza en mis manos.

— ¿En qué te puedo ayudar?

— Quería hablar sobre... Sobre mis vacaciones... — murmuró nerviosa mientras agachaba su cabeza.
Mi cara se torno sería y volví a enderezarme en mi silla. — Quiero decir... Solo me gustaría tener una semana... Se que no llevo mucho pero...

— Lo siento, pero tu petición está denegada. Tenemos una misión importante en unos días y no puedo dejar ir a mi personal. — Dije molesto levantandome de mi asiento, se que había sido grosero al interrumpirla pero no podía dejarla hablar, de lo contrario me convencería.

— Pero Graves... — murmuró ella mirándome fijamente, negué con la cabeza y di pasos largos hasta donde estaba.
Respire profundo y agarre un mechón de su pelo para jugar con el.

Phillip Graves/ headcanons y one shortsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora