𝘽𝙍𝙊𝙆𝙀𝙉 𝙃𝙀𝘼𝙍𝙏𝙎 [ Cinco Hargreeves ]

❖ TEMP 2: 10 ❖

Un último concierto

Llevaba en el sofá cinco minutos y se me hacía eterno. Todos se fueron del salón y me quedé allí, como estúpido.

- ¿Estás bien?- Preguntó Alex.

- ¿Enserio lo preguntas?- Miré mal al fantasma.

- Esto de... Hablar. No se me da bien, vale? Intento que no estés hecho una mierda el resto de tu vida.

- ¿Y que quieres que haga?

- Hablar con Cinco.- Note un temblor y me levanté del sofá despacio.- ¿Que pasa?

Se oyó un estruendo procedente del sótano.

- Mierda.

Me teletransporté a las habitaciones.

- ¿Que coño pasa?

- Es Vanya.- Dijo Pogo.- Tienen que salir de la academia.

Diego, Klaus y yo empezamos a correr. Diego me agarró del brazo.

- ¿No puedes sacarnos de aquí?- Dijo.

- A los tres no. Usé casi toda mi energía evitando que Allison se muriera.

- Vete tú.

- ¿Que? ¡No voy a dejaros aquí!

- Diego tiene razón. ¡Vete!

Se alejaron buscando una salida. Salí de la casa usando mis poderes y vi como se iba derrumbando.

- Más os vale salir de ahí.- Alguien salió por la puerta.- Vanya...

- Apártate Liam.

- ¿Porque haces esto?

- He dicho que te apartes.- Negué con la cabeza.- Mala elección.

Una especie de onda salió de Vanya, lanzándome contra los restos de la casa. Vanya se fue y empezé a oír otras voces.

- ¡Mama! ¡Mama! Klaus ayudame a buscarla.

- Está... Esta muerta Diego.

Mientras ellos buscaban a mamá, yo intentaba levantarme.

- Joder.- Me quejé. Miré mi pierna, que era donde más dolor sentía.

Tenía un trozo de lo que supuse que sería una viga clavada. Diego se acercó al oírme.

- Joder, Liam. ¿A la de tres?- Dijo.

- A la de tres.- Asentí.

- Vale. Una...

- Dos...

- ¡Y tres!- Ahogué un grito.

Diego me ayudó a levantarme y a ir a donde el resto. Me senté en un ladrillo.

- Tíos.- Cinco llegó con un periódico en la mano.- Está llegando. El apocalipsis sigue en marcha. El mundo se acaba hoy.

- ¿No dijiste que lo habíamos parado?-Preguntó Luther.

- Me equivoqué, vale?

Cinco siguió hablando mientras yo intentaba no desmayarme. El dolor aumentaba cada vez más. Entre eso, y que supuestamente el apocalipsis seguía, mi cerebro iba a explotar. Unas sirenas y una luz de un helicóptero me despertó del trance.

- ¡Hay que irse ya! ¡Nos vemos en la Super Star! ¡Corred!- Todos empezaron a irse.

Yo intenté levantarme pero mi pierna falló y casi me caigo al suelo. Cinco me agarró antes de que eso pasara. Usó sus poderes para llevarnos a la bolera y me sentó en un banco que había.