Mi PuppyCino ♡ Hyunmin

Pt. 4 - Kim Seungmin

«Toc toc toc»

El sonido de la puerta hizo que volviera en sí.

–Seungmin, soy yo– me levanté rápidamente para abrir la puerta y me abalancé a la persona del otro lado abrazándola fuertemente.

Después de cerrar la puerta arrastré a mi tía Miyeon a la sala para luego sentarnos en el único sillón que había.

–Tía– sollocé en sus brazos.

–Dios santo, ¿qué te ocurrió?– me acariciaba la espalda de arriba a abajo, reconfortándome.

–Soy un tonto, sabía que no tenía que salir– seguía sollozando y ella me abrazaba con más fuerza.

–¿De qué hablas mi niño?– dijo con voz maternal –tienes que explicarme que ocurre para poderte ayudar.

–Tía– levanté mi rostro, sorbí mi nariz y ella limpió algunas lágrimas que caían por mis mejillas –¿Vas a trabajar?– pregunté viendo su gran bolso beige que usaba para ir a la academia.

–Si, justo venía a decirte que me acompañaras, tienes que tomar aire fresco– se miraba muy animada.

–No creo que sea una buena idea– dije sonriendo incómodo. Me senté correctamente y empecé a jugar con mis manos.

La verdad, tenia mucha curiosidad por conocer el lugar de trabajo de mi tía. Según me había contado, trabajaba en una academia de baile, donde ella enseñaba distintos géneros de baile a niños pequeños junto a un hombre.

Mi tía desde pequeña ha sido una gran bailarina, a los 5 años comenzó a asistir a academias y a la edad de 15 años ya era toda una profesional.

Recuerdo que cuando era más pequeño mi tía iba a mi antigua casa a enseñarme los pasos que había aprendido. Con el paso del tiempo mi tía junto a su academia salían de la ciudad a presentarse en otros lugares. Una vez me contó que fueron a una isla fuera del país y ahí conoció a un bailarín francés realmente famoso llamado Benjamin Millepied. Aún tiene su autógrafo laminado y enmarcado en la pared de su habitación.

–Claro que es una buena idea. Vamos, sé que te divertirás. Me pondré triste si no vas– a veces me preguntaba si yo era el menor, ya que hacía unas caritas tan tiernas que uno no podía resistirse.

–Me voy a arrepentir pero iré– solté un gran suspiro.

Mientras ella celebraba yo me encamine a mi habitación para ponerme algo decente y poder ir con mi tía.

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–Éste es el salón de Hip Hop y el del fondo es el comedor– apenas llegamos comenzó a darme un tour por toda la academia.

Las clases que impartían ella junto al otro hombre comenzaban a las 10 de la mañana. Me había dicho que todas las demás comenzaban a las 8:30.

–¿Estás segura que tu jefe no se enojará porque vengo yo?– pregunté algo nervioso. Lo que menos quería era que mi tía fuese regañada por mi culpa.

–No te preocupes, mi jefe es una gran persona. Dudo mucho que se enoje– dijo confiada. Entramos a un salón con varios espejos, a los lados habían unas barras y unas cuantas sillas –Llegamos, este es mi salón.

Las paredes estaban pintadas de un amarillo opaco liso casi imperceptible y la iluminación era perfecta.

–¿Te gusta?– preguntó tomándome de los hombros.

–¡Está increíble!– sonreí mientras mi tía reía feliz.

–¡Oh! profesor Hwang, ya vino– se separó de mi y le habló a alguien. Mi tía sacó la tablet de su bolso mientras yo seguía admirando el lugar, de espaldas a ellos –La presentación será en un mes y estaba pensando en que el grupo de niños haga esta coreografía como intro, ¿que dice?– sonaban emocionada, ha estado muy ocupada con una presentación que harán en el Teatro Nacional, eso me había contado ella.

–La intro no la tenía en mente, pero es una grandiosa idea profesora Cho– esa voz, se me hacía tan conocida. Pero ¿de dónde? No conozco a nadie aquí a parte de mi tía y... ¡Oh Dios! ¿es posible?

–Ah por cierto, mi sobrino me ha acompañado hoy, espero que no le moleste– se dirigió hacia mi y me obligó a darme la vuelta. Era él, mi vecino.

–Hyunjin– susurré.

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Música clásica comenzó a sonar y mi tía estaba frente a un grupo de niñas con tutus que ya estaban en posicion.

–Recuerden las piernas bien juntas– yo estaba viendo desde una esquina como daba las instrucciones –Pongan las manos en preparatoria– puso sus manos hacia adelante– vamos con ellos a primera, los subimos a segunda y sube uno arriba...– las niñas hacían cada paso sin equivocarse. Se veían tan concentradas que me daban ternura.

–Que pequeño es el mundo ¿no?– me sorprendió la voz de Hyunjin a mi lado.

–¿A que te refieres?– no había entendido, ¿o tal vez si?

–Eres mi vecino– asentí –la profesora Cho trabaja en mi academia– ¿su academia? ¿entonces él es el jefe de mi tía? –y tu eres su sobrino. A mi realmente me parece que el mundo es pequeño– sonrió con los brazos cruzados sobre su pecho.

–¿Eres el dueño?– no podía creer que pregunté semejante idiotez. Negué con la cabeza rapidamente –Olvidalo, fue una pregunta muy obvia y tonta.

–No te preocupes– me sonrió cálidamente –me alegra que podamos hablar sin que tartamudees– me desordenó el cabello y se dirigió a donde estaba mi tía. Genial, me sonrojé.

El resto de la clase me la pasé en la tablet, viendo mi correo por si alguien necesitaba que hiciera un trabajo. Vi la hora y me di cuenta que el tiempo había pasado muy rápido. 12:05 del mediodía.

–Bueno niños, descanso de una hora– indicó Hyunjin –en el siguiente bloque practicaremos el cambio al grupo de hip hop– todos iban saliendo en orden, algunos niños me sonreían y se despedían de mi. Otros solo pasaban en grupos hablando entre sí.

–Bueno Min, hora de comer– mi tía apareció frente a mi. Me levanté y salimos en busca del comedor el cual estaba realmente lleno.

La hora del almuerzo pasó un tanto rápido y la hora de clase se hizo presente.

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–¿Que te pareció?– ibamos rumbo a la parada de bus.

–Fue muy interesante, eres realmente buena como maestra– era muy buena en esto, ella junto a Hyunjin son un gran equipo.

–Me alegra que te gustara– el sonido de un claxon nos sorprendió y un carro se aparcó cerca de nosotros.

–Los llevo, vamos que ya es tarde– Hyunjin me parecía una persona agradable, enserio me comenzaba a agradar mucho.

–Muchas gracias por traernos, cuidate Min. Mañana llego temprano ¿ok?– mi tía había insistido en que no me bajara en su casa y Hyunjin me dejaría en la puerta de la mía. Traidora.

–Un placer Miyeon, nos vemos mañana en la academia– Hyunjin se despidio y arrancó despacio hasta estar cerca de mi casa. Solo fueron unos cuantos metros pero igual sentí como si fueran kilometros por lo lento que ibamos.

–G-gracias realmente agradezco que nos trajeras a nuestras casas– me sentía muy incómodo estando solo con él en el carro.

–No hay problema, me gustaría que fueramos amigos. Realmente eres un chico muy agradable Seungmin– ¿lo soy?

–Tu también eres muy agradable Hyunjin– sonreí amablemente y salí –¿Que te parece si el sábado vienes y vemos una película?– hasta yo me sorprendí, se los juro. Ese no era yo, me hackearon.

–¿El sábado?– asentí –será un placer, yo traigo los snacks, ¿te parece?– asentí eufórico, así no tendría que cocinar ¡genial!

–Hasta el sábado entonces– me despedí con la mano y entré a mi casa.

Tengo una cita... No, no es una cita; es una reunion. Si, una simple reunion de amigos. Toqué la parte izquierda de mi pecho.

–Actúa normal, ¿que te pasa? Actúa normal– le decia a mi tonto corazón que latía rápidamente.