Nudes | Pablo Solari

04

La poca luz del día que estaba por las persianas de la habitación, acompañado de los jadeos de Estefanía por aquellos besos que el futbolista dejaba por todo su cuerpo.

Ella está está completamente expuesta para ser devorada por él, Pablo la tiene acostada boca arriba mientras probaba el sabor que le brindaba de entre sus piernas.

Se sentía tan bien que apretaba con todas sus fuerzas sus sábanas, y de vez en cuando llevaba sus manos a la cabeza del futbolista para jugar con su pelo perfectamente cortado. Mordía sus labios para tratar de no soltar fuertes gemidos, sus ojos se veían blancos.

Todo eso le gustaba a Pablo cuando la miraba, indicaba que estaba haciendo un buen trabajo con su chica.

Solari detuvo sus acciones para ganarse un chitado de parte de la morocha.

━ ¿Porque paras boludo?

Le reclamó mirándolo y vio que la mirada de él estaba totalmente llena de deseo, lujuria, estaba sediento de ella y también había enojó.

Estefanía sintió el ardor en una nalga, la había dado una nalgada fuerte que de seguro le había marcado la mano completa en su blanca piel. Estefi solto con dolor un 'ay'

━ A mí no ve vas a andar chitando, hija de puta, porque la vas a pasar mal de acá a dos días.

Ese Pablo con unos mechones caídos en la frente y la mirada seria de enojo éxito más Estefanía, se veía tan... Hermoso. Se quedó callada y dejo que Pablo mueva su cuerpo a su antojo.

La agarró de la cintura para estampar su cara en el colchón, la levanto para dejar el orto expuesto a él y ella por otro lado meneo la cintura para levantar aún más y dejar todo a completa disposición del futbolista.

Con una mano amaso ambas nalgas y dejándole golpes, y con la otra mano el se iba mansturbando mientras manosea ese orto que lo tiene antojado. Estefanía se mojaba con la idea de que estaba siendo tan sumisa para el chico de las poesías que la hacían gritar.

Pablo pasa sus dedos por los labios vaginales de ella haciendo que lloriquee del placer y necesidad, levantaba para buscar contacto con el miembro de Pablo.

━ Que trola tenés que ser hija de mil. ━ahi es cuando empieza a frotar sus intimidades sin penetrarla━ Tengo unas ganas de hacerte mierda boluda... ¿Que querés?

Desde arriba el podía ver cómo ella se mordía su labio rojo por las mordidas del placer. Quería que le contesté su pregunta, pego las intimidades para disimular estocadas, y llevaba sus manos por su cintura, por el pecho, tetas y vagina de la morocha, acaricio cada una de esas partes sacándole fuertes gemidos a la chica.

Ella parecía querer hablar, pero era demasiado para ella.

━ mhm decime amor, decime lo que querés. Tenes que contestar gorda. ━Le susurro al oído besándole la mejilla de paso━

━ Pablo, ahhmm cojeme toda... Porfavor.

Respondió lento apenas por qué Pablo no había dejado de dar estocadas. Aunque al recibir una respuesta, él no espero nada, y entro en ella sin avisar y rápido entrando se completamente.

Los gemidos de Estefanía se mezclaban con el llano, era tan excitante. El futbolista empezó lento mientras echaba su cabeza para atrás. Después de varias estocadas lentas, empezó a embestirla con rudeza y salvajismo.

Estaban tan cegados por el placer de sus cuerpos que pasaban de posición sin entender cómo llegaron de garchar en la cama a la tocador, del tocador a qué Pablo la estampe en la pared y le separe las piernas entrando y saliendo de la hinchada y rojiza intimidad de Estefi.

Y por último terminando en la silla frente al tocador, donde era Estefi quien saltaba encima de la pija que le estaba dando el mejor sexo de su vida. No llevaron ni la noción del tiempo por disfrutar esos tantos orgasmos que tuvieron, de esos ricos besos que se daban, las marcas que ambos se dejaron.

Él sabía que eso no iba a ser solo una sola vez y fue, no, él la provo y descubrió que nadie la va a hacer sentir como él lo hizo, se la tenía que quedar antes de que alguien más le toque aunque sea un pelo. La había conocido recién ese día, pero ahora quería garcharsela toda la vida.

Estefi, se estaba quedando dormida mientras salía y entraba de ella la pija de Pablo. Él se dio cuenta y la detiene ganándose vagas quejas de la morocha, que terminaron al instante por que se quedó dormida. La acostó en la cama y se quedó junto a ella, miraba las facciones hermosas que tenía.

Pablo se quedó mirando el rostro de ella hasta quedarse dormido a su lado, ella apoyada en su pecho mientras él la abraza. Solo tapados por una sábana y capaz de transpiración.