~II~

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Ya han pasado unos días desde el incidente, y la familia Midoriya lo ha estado sobrellevando bastante bien.

Hubo altibajos, como cuando tuvieron que realizar el funeral del Midoriya mayor; hubo lágrimas, pero ninguna fue del pequeño.

Pero eso no fue el único problema que tuvieron que pasar los Midoriya.

Inko seguía preocupada por la aparentemente nueva personalidad de Izuku. Aunque esta, aunque fuese algo parecida a la original, era más ruda e irrespetuosa, además de estar jugando todo el rato con su quirk, realizando explosiones por doquier.

Inko se esforzaba por comprender estos cambios y ajustarse a la nueva normalidad, encontrándose entre la necesidad de mantenerse fuerte y la de apoyar a su hijo en este período de transformación.

Inko: Izuku, hijo, ya es hora de que vayamos a la escuela. ¿Estás listo?

Izuku: Sí, mamá.

Inko: Vamos entonces. (Diría la mujer mientras tomaba la mano de su hijo).

Inko e Izuku caminaron hasta llegar a la escuela del pequeño.

Inko: Adiós, hijo, recuerda no meterte en problemas.

Izuku: Yo hago lo que quiero. (Diría este con un tono retador).

Inko: Uff, está bien, cuídate mi niño, te amo.

Izuku: Chao, mamá, yo también te amo. (Diría el pequeño con una sonrisa corriendo a su salón).

Inko: Ya me voy a acostumbrar.

Ya en clases, pasaría todo normal, pero en el recreo, Izuku se encontraría con su amigo Katsuki.

Izuku: Hola, Kacchan, ¿cómo estás?

Katsuki: Pero miren quién es, Deku se ha dignado a aparecer, ¿eh? ¿Dónde estuviste? (Diría el Katsuki mientras hacía pequeñas explosiones).

Izuku: Mi papá se murió, ¿algún problema, Katsuki? (Diría el pequeño con un tono amenazante).

Katsuki: ¿Qué? ¿El tío Hizachi murió? (Preguntaría este impactado) Digo, ¿y a mí qué me importa? ¡Ven a jugar!

Izuku: ¿Acaso crees que me mandas?

Katsuki: ¿Y eso qué fue? ¿Cuándo fue que empezaste a tener pelotas, eh, Deku? (Diría este mientras levantaba su mano en forma de amenaza).

Izuku: No sé. ¿Cuándo fue que te volviste idiota? (Respondería este con burla mientras creaba unos pequeños insectos con su arcilla).

Profesora: ¡Katsuki e Izuku, dejen de pelear! ¡O llamaré a sus papás!

Katsuki: Tsk, te salvaste esta vez, imbécil, pero me vuelves a hablar así y lo vas a lamentar.

Izuku: Como si tú fueras capaz de vencer a mi arte.

Katsuki: ¿Arte? JA, vámonos chicos, a Deku ya se le salió un tornillo. (Diría este con burla mientras se marchaba seguido de dos compañeros).

Izuku: *Ese imbécil, ¿cómo se atreve a insultar mi arte supremo?* (Pensaría este lleno de cólera) *Tranquilo, de seguro solo está jugando, ya sabes cómo es Kacchan.* (Pensaría una voz con un tono más suave)

Izuku: Lo que sea. (Diría este mientras se marchaba a un árbol, para estar tranquilo haciendo sus esculturas).

Habiendo terminado el recreo, las clases continuaron con normalidad, pero hubo una en la cual Izuku tuvo que responder una gran pregunta que definiría su camino.

Profesor: Bien, chicos, hoy tienen que dibujar o escribir su sueño para su futuro o lo que sea. (Diría el profesor con un falso ánimo muy marcado)

Niños: ¡Siiiiii!

Izuku: Un artista explosivo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora