¿viento? llévame a casa

Memorias

Jack junto con hada buscan por todo el palacio hecho por completo de hada las memorias de la reina de Arendelle con desesperación. Jack tomaba cada una de las cajas que encontraba sin excepción una por una y miraba con detenimiento cada rostro pero ninguno coincidía con la apariencia de aquella mujer peliblanca.

— Yo estoy segura de que recogí los dientes de esas princesas. Se que fue hace muchos siglos pero aún lo tengo en mi memoria — dice hada preocupada.

— Es que no puede ser que no estén aquí — dice Jack con desesperación

— Quizás... Se perdieron en la última batalla con pitch cuando se llevó consigo varias memorias y a todas mis hadas — sugirió hada buscando una solución o una explicación lógica al asunto

— es lo más probable muchacho. Y si es así puede que esa mujer nunca obtenga de nuevo esas memorias — explicó norte mirando al chico invierno con los brazos cruzados y con pocas esperanzas

— No, yo recuerdo que recuperamos todo ese día. Es imposible que se quedarán allá — dijo jack volviendo a revisar todo

— Jack es inútil, ya revisamos todo de arriba a abajo y no hay nada — le dijo hada resignada

Jack solo dio un suspiro y dejó las cajas en su lugar sin ánimo.

— Ella merece tener esos recuerdos de vuelta — explica Jack mirándolos con tristeza

— Lo sabemos chico, pero tristemente eso es algo que está fuera de nuestro alcance. Creo que por ahora solo hay que concentrarnos en los niños y en qué sigan a salvo y si la situación con la reina sigue así creo que ya no será más una guardiana — dice norte

Jack preocupado por lo que el mayor acaba de decir solo puede bajar la mirada y pensar en diferentes soluciones para resolver aquel dilema pero su mente no daba ningún resultado. Sólo le quedaba resignarse a dejar las cosas como están y continuar protegiendo el espíritu y las creencias de los niños hacia su felicidad gracias a los guardianes.

Por la noche Jack estaba en su hogar de vuelta a su falsa vida humana mirando a través de su laptop el vídeo que hizo con Mérida e hiccup esa tarde en el parque contando la historia que el conocía acerca de "Santa Claus" y como su origen era más genial y especial de lo que todo el mundo creía, incluyendo el tema del centro y como todos y cada uno tienen uno en su interior. El vídeo en poco tiempo logro popularizarse a tal manera que hizo que más de 100 luces volvieran a encenderse en el globo terráqueo de norte.

El peliblanco pronto se sumió en sus pensamientos tratando de buscar mil y un maneras de ayudar a la mujer que ama de alguna manera posible. No tenía opciones pero si algo tenía claro es que no iba a rendirse tan fácilmente, no le importaba como pero iba a encontrar la manera de resolver ese problema a como diera lugar. Pronto estos pensamientos fueron interrumpidos por el sonido ruidoso de la puerta de su habitación abriéndose dando paso al pequeño conejo gris y malhumorado.

— tú hermana es un pequeño monstruo lleno de energía que no se detiene nunca. Hace apenas unos minutos trato de ponerme moños en la cabeza ¡Moños! Ni a mis huevos de pascua les hubiera puesto tela cosa — se queja el conejo luego de dar un gran salto a la cama del chico donde el estaba recostado para luego ponerse encima de su torso

— pues deberías considerarlo, quién sabe, puede que sean toda una sensación. Te haría bien actualizarte o hacer un cambio — sugirió el chico dejando el aparato electrónico a su lado derecho en su mesa de noche

— Qué gracioso ¿Qué tal el día de hoy? ¿Cómo va la situación con el mundo? — pregunto un poco más calmado

— Muy bien, hay resultados buenos en mi plan — respondió Jack con una sonrisa poniendo ambas manos debajo de su cabeza

— ok, eso es bueno ¿Y la situación con tu princesa? ¿Eso también está dando buenos resultados? — pregunta rascando un poco su cabeza

Jack solo suspira y niega con la cabeza dirigiendo su mirada al techo con tristeza.

— Hey, tranquilo amigo. Todo va a mejorar ya verás, pero si hay que mejorar las cosas con la criatura alocada que tienes como hermana. Ni la hermana de jeimy está tan loca como ella. — se queja conejo volviendo a rascar su cabeza dejando caer un poco de brillantina purpura de su pelaje

— tranquilo, tampoco exageres. Mañana hablaré con ella — responde Jack con algunas risas

— Te lo agradecería, hay que terminar con esta situación pronto. Tengo menos de un año para terminar mi trabajo y ni siquiera eh empezado — vuelve a quejarse conejo poniéndose a lado de Jack para dormirse

Jack rodea los ojos con una sonrisa y luego de taparse con una manta no tarda en quedarse profundamente dormido.

Después de algunas horas cuando llega la madrugada la mente del chico estaba sumergida en todo aquello que lo agobiaba empezando a crear algunas pesadillas y dejando poco a poco entrar el miedo. Sus ojos se aprietan ligeramente y su rostro hace algunas expresiones de pánico. De un momento a otro una fuerte arena movediza de un color negro puro rodea todo su cuerpo y lo jala hacia abajo arrastrándolo a las profundidades haciéndolo despertar causando que grite descontrolado lleno de terror