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—Anne, vendrás a cenar hoy a casa, ¿no?.—preguntó Alex.

—Si, Alex.—sonreí.—Tu mamá ya me dijo que no paras de decirle que iré a cenar hoy.—moleste con lo que la señora Walter me había dicho cuando pasaba por su casa.

—Oh, no, que vergüenza.—dijo mientras negaba con la cabeza.—Mi mamá exageró un poco.—dijo mientras se despeinaba.

Negué con la cabeza mientras reía y pude ver a Alex entrar a su casa.

Ya llevábamos algunos meses siendo amigos, era realmente cómodo estar con él.

—¿Sabes que se te cae la baba, Anne?.—hablo mi hermana a mi lado.

—Oh, no moleste, Lu.—dije alejándome de ella y entrando a mi casa. 

Estar en Colorado había sido muy bueno, despejarse de la gente en Nueva York era muy necesario.

—Mamá, me bañaré, ya sabes iré a cenar en la casa de los Walter.—dije mientras entraba a la cocina.

—Si, Katherine me comentó algo.—respondió mientras me miraba.

Entre mi mamá y la señora Walter creció una amistad cuando fue a la veterinaria a ver un animal para tener en casa.

Solo asentí y me retiré de la cocina.

No sé qué me pondré digo primera vez en meses que estaré con toda la familia Walter juntos.

—Será que me pongo esto.—susurre para mi misma mientras ponía una blusa azul que mostraba solamente un hombro.

—No te corcomas la cabeza, Anne.—escuché decir a mi hermana.—Sabes que el Azul resaltan tus ojos y esa blusa te queda ridículamente bien.—dijo mientras levantaba sus dedos pulgares.

No le respondí ya que ella se fue antes de que le diga algo.

Salí de bañarme y no podía evitar sentirme nerviosa, conoceré a la familia de mi mejor amigo, eso ya lo había dicho, ¿no?. Que no se note que estoy jodidamente nerviosa.

—Por último me pondré esto.—dije para mi misma mientras me podía unos aretes en forma de corazón pequeño.

—Ya son las 7:23, Anne, te tiene que ir.—entró mi hermana a mi habitación.

—Si ya estoy de salida.—dije mientras me levantaba para salir de mi habitación.

—Alex se le caerá la baba con ese color que llevas puesto, es increíble que un color te resalte tanto, Anne.—dijo mientras seguía mi paso.

—A Alex no se le caerá nada porque solamente somos amigos, y eso entre él y yo nunca pasará.—respondí.

Ella ignoró completamente mi comentario mientras sacaba su celular porque estaba sobando parecía una llamada.

—Adiós Mamá.—grité desde la puerta de la casa.

—Adiós, Anne.—escuché que me dijo.

Bien, esto no iba hacer difícil, solamente escucharía como los Walter hablan y ya.

Toqué la puerta de la casa Walter mientras arreglaba mi cabello delicadamente.

—Pasa, Anne.—dijo la señora pelirroja amablemente.—Te estábamos esperando.—Volvió hablar.

—Buenas noches, señora Walter.—salude.—perdón por la tardanza.—me disculpe.

—No te preocupes, sigue por aquí por favor.—habló la señora.

—Hola chicos.—salude a todos los jóvenes que estaban en la mesa.

Eran muchos Walter, increíble.

𝐃𝐄𝐋𝐈𝐂𝐀𝐃 -𝐀𝐋𝐄𝐗 𝐖𝐀𝐋𝐓𝐄𝐑Where stories live. Discover now