capítulo 11.

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Pues hasta lo que sé esta también es mi casa clemencia, así que tengo derecho a estar aquí cuando yo quiera. Respondió Mauricio ácidamente y se sentó en el sofá de la sala.

  Mau... yooo...

  No. Cortó secamente. No quiero que me digas nada, solamente escúchame porque te lo voy a decir una sola vez. Mira clemencia, yo sé que tú nunca has querido a Papo y la verdad me pregunto porqué si tú fuiste la que decidió tenerlo y la verdad es que ahora no sé qué fue lo que te hizo Papo para que lo odies con todas tus fuerzas, pero ya yo no quiero seguir siendo cómplice de esto y viendo cómo dañas a mi hijo cada vez que te da la gana; así que lo siento mucho pero esto se acabó.

  ¿Qué? Mauricio... Tú puedes hacer lo que te dé la gana porque tienes toda la razón, yo nunca quise a Papo y tampoco a ti.

  Eso lo sé no tienes que decírmelo; Hace mucho tiempo que me di cuenta de eso, por eso me alejé, por eso me fui pero ahora me arrepiento y no por ti sino porque dejé a mi hijo con una loca como tú y ojalá clemencia Cortés que no te arrepientas de todo lo que estás haciendo porque déjame decirte que por tu culpa nuestro hijo está metido en serios problemas y... Mauricio no pudo terminar, lágrimas corrían por sus ojos como si de un río se tratara y en su pecho sentía una opresión muy grande; sentía que todo lo que le estaba pasando a Villa era única y exclusivamente su culpa.

  Mira, a mí no me importa lo que le pase a Juan Pablo, por mí se puede morir si quiere. Mauricio apretó los puños para calmar el impulso de arrancarle la cabeza; era una dama y esa era razón más que suficiente para no lanzarse contra ella, aunque sus impulsos de proteger a su hijo eran más grandes.

  Mauricio sabía en lo que se estaba metiendo, sabía que Pedro era un loco psicópata que era capaz de acabar con quien se le metiera en su camino si era necesario; y como sabía eso, también sabía que él no iba a dejar que nada le pasara a su pequeño porque él era lo único que le quedaba, así que no tenía más remedio que esconderse y actuar sin que nadie se diera cuenta. Definitivamente el señor villamil estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para salvar a su hijo pero no podía arriesgarse a que algo le pasara, puesto que por Villa tenía que seguir adelante y luchar contra todo y contra todos sin importar a quién se llevara por el medio.

  Juan Pablo villamil se encontraba en su nueva casa junto a su novio cuando recibió una llamada.

  Llamada entrante.

  Aló?.

  Papo por favor necesito volver a verte. Me separé de tu mamá y ya no sé qué hacer.

  Vuélvete a ir a donde sea que estabas y a mí ya no me busques más.

  Llamada finalizada.

  ¿Por qué eres así con tu papá? Mira, yo sé que él se equivocó al dejarte Papo Pero eso no lo convierte en una mala persona; él se fue para ser mejor por ti y para ti y no puedes culparlo Por eso. Escucha Papo, yo más que nadie sé lo que se siente no tener a un padre porque ellos nos abandonaron a mi hermana y a mí justo cuando Susana nació Y créeme que a mí me encantaría que ellos estuvieran conmigo así como Mauricio lo está para ti; tal vez no actuó de la mejor manera pero él te ama, Ojalá y mis padres nos quisieran a Susana Y a mí de esa forma. Al terminar de escuchar esas palabras, el Juan Pablo menor se lanzó a los brazos del ensombrerado y comenzó a llorar desconsoladamente.

  Pasó un largo rato hasta que villamil se alejó un poco de su chico y lo miró directamente a los ojos.

  Tú crees que debería llamarlo y disculparme?. Interrogó el ojiverde tomando fuertemente la mano del contrario.

  Sí Papo, definitivamente deberías hacerlo. Respondió el ojos marrones poniéndole la mano libre en el hombro de Juan Pablo como señal de apoyo.

  Villamil tomó nuevamente el teléfono y marcó al número de su padre pero no obtuvo respuesta.

  Al principio no le dio mucha importancia pero al intentarlo como tres veces seguidas Y obtener el mismo resultado se empezó a preocupar.

  ¡No me contesta isa!. Dijo el chico nervioso y desesperado a partes iguales.

  Bueno no sé, a lo mejor está buscando algún lugar para quedarse y por eso no te puede contestar ahora. Habló isaza para tratar de tranquilizarlo.

  ¡Nooooooooooo! ¡Mi papá no suele desaparecer así! Además ¡hace rato tenía el teléfono!.

  Bueno, vamos a intentar llamarlo una vez más y si no contesta, entonces lo vamos a buscar pero tranquilízate un poquito Papo. Pidió Isaza abrazando a Villa y acariciándole la cabeza.

  Juan Pablo llamó a su padre una vez más pero tampoco contestó.

  Los Juan Pablo salieron de la casa dispuestos a buscar a Mauricio. Primero fueron a la casa de clemencia, luego buscaron en todos los hoteles, posadas, residencias y todos los lugares donde se podría quedar pero el resultado siempre era el mismo. Siguieron buscando hasta que se les ocurrió la idea de ir al aeropuerto y efectivamente allí estaba, a punto de tomar un vuelo a Medellín.

  ¡Papá! ¡Espera! ¡Por favor no te vayas!. Gritaba villamil mientras corría por todo el aeropuerto esquivando a cualquier persona que se le atravesara en el camino.

  Jóvenes por favor, ustedes no pueden pasar. Decía un guardia de seguridad pero los chicos no estaban dispuestos a dejar escapar a Mauricio una vez más por eso, villamil empujó al Guardia que intentó impedir su paso y como pudo se abrió paso entre la gente hasta que por fin llegó a donde su padre estaba.

  Papá por favor no te vayas, no me dejes otra vez. Mira, yo sé que me he comportado como el peor hijo del mundo mundial pero te suplico que te quedes conmigo; te juro que de ahora en adelante voy a intentar ser ese hijo que tú tanto quieres Y créeme cuando te digo que estoy dispuesto a pasar la página y olvidarme de lo que pasó pero eso solo va a ser posible si te quedas. No quiero perderte papá, no otra vez. Habló el ojiverde una vez que estuvo frente a Mauricio y mientras hablaba tomó las manos de su padre para después envolverlo en un abrazo.

  Y se puede saber ¿qué te hizo cambiar de idea?.

  No qué papá sino quién.

  Bueno, entonces cambio la pregunta; ¿quién te hizo cambiar de idea?.

  Ese chico ensombrerado que ves allí; él fue quien me hizo ver que eres un gran padre y que tal vez te equivocaste Pero esto no te convierte en una mala persona; además todos cometemos errores y también tenemos derecho a rectificar Y es justo lo que tú hiciste cuando regresaste a buscarme, aunque yo no haya querido verlo, así fue; por eso quiero pedirte que por favor me des una oportunidad para arreglar este desastre; entonces qué me dices ¿te quedas conmigo?

nostalgia (Villargas / Isamil).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora