Capítulo 11

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--- Abel-sama...

--- (Dejando a la chica en la cama de su habitación, estando dormida, volteó con el mayor sigilo posible) Abyss, avísales a todos que se reúnan esta noche. Finalmente, Seraphine aquí.

--- ¿La presentará con los demás?

--- No será necesario (viendo a la chica dormir la abrigó un poco, acomodándole un mechón de su cabello revoltoso, además de quitarle el pasador de plata que tenía en el cabello, dejándolo en la mesa de noche) Ella no se unirá a Magia Lupus.

--- (asombrado) Por lo que usted mencionaba sobre la magia de Seraphine-sama, creí que...

--- No era mi objetivo involucrarla en Magia Lupus, aun cuando podría. (Sentándose al borde de la cama alzó la mirada con seriedad) Esa es mi decisión.

Abyss: ~Ahora que lo pienso mejor, quizás nunca la buscó por el interés en su magia, ¿será que Abel-sama... realmente la ama?~

--- Encárgate del resto.

--- (Inclinándose a él) Como desee.

Abel: (al ver al chico desaparecer con magia suspiró) ~Por ahora estará bien~ (bajando la intensidad de la luz de unas pequeñas velas de su cuarto) Ya estamos solos, no te preocupes.

--- (abriendo sus ojos con pesadez se sentó con cuidado, respirando a duras penas) ¿Por qué quieres apagar la luz?

--- Porque de otra forma no podría absorber tu maná. Necesitas usar tu magia para yo poder sacarte una cantidad considerable.

--- (Sujetándose de él se tocó el cuello, intentando respirar al sentir como su cabeza dolía) Por favor, ya no...

--- Será un momento, yo me encargaré.

--- Tengo miedo.

--- Lo sé (sujetando sus mejillas con calma, observándola apenas entre las luces tenues de las velas) Ya estoy aquí. Puedo ayudarte, confía en mí.

--- Pero Abel, ¿y si te lastimo?

--- (Suspiró levemente) Es triste que te tengas tanto miedo a ti misma.

--- (asustada) Pero es que yo...


La pequeña luz de las velas comenzó a decrecer lentamente junto con el silencio, acompañado del momento en el que el joven de ojos como estrellas se encontró con esa mirada como la luna llena, uniendo sus labios en un profundo beso el cual calló en instantes, todas las palabras que pudieron haber sido dichas antes.

Abel había logrado sujetar ese delgado y fino cuerpo entre los temblores de su inseguridad con sus propias manos, tal y como la vez que logró sacarla de los escombros, tan débil y frágil. Un toque conocido el cual le hizo comprender, que él podía sostenerla.

Seraphine no sabía que los sentimientos de Abel, de cuando ambos eran niños, aún permanecían en el silencio y el tiempo.

Por lo que, con ardor en sus mejillas, las cuales eran acompañadas por tiernas lágrimas, correspondió al recordar el cariño, amor, y agradecimiento que sentía por él desde pequeña.

La luz de las velas, se había apagado.






*Horas después, ya casi de media noche*

Tercera linea [Mashle x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora