22. Graduation

147 16 6
                                    

Jeno se desataba la corbata por quinta vez puesto que la había acomodado mal, pero al jalar de esta el nudo se atoró entre sus dedos por lo que ahora le era difícil desatar el nudo de ellos.

— ¡Sólo esto me faltaba! — espetó al techo tratando de jalar el nudo, pero entre más lo jalaba más se enredaban sus dedos.

— ¿Necesitas ayuda? — Seulgi asomó la cabeza entre la puerta y el marco, para así ver al castaño formando un ligero puchero en sus labios. La pelinegra se le acercó y empezó a desatar poco a poco el nudo.

— Voy a llegar tarde.

— Todavía te quedan dos horas, así que relájate. — Seulgi le liberó finalmente los dedos y ahora le pasó la corbata por arriba de la cabeza.

En cambio Jeno, golpeaba su pie en el suelo con impaciencia, esperando a que Seulgi terminara para poder irse lo más antes posible.

— Deja de moverte. — la pelinegra le regañó severa pero con un toque de diversión. — Nunca te había visto tan nervioso.

— No estoy nervioso.

— Puedes decir lo que quieras, pero yo sé que estás nervioso. — el castaño rodó los ojos y clavó la vista en el techo. Luego Seulgi se apartó de él ya habiendo terminado por arreglar su corbata.

— ¿Cómo me veo?

— Igual que siempre. — contestó con simpleza a lo que el chico bajó los hombros y la miró con aburrimiento. — Es broma, te ves genial. — y entonces su estado de ánimo se subió de inmediato.

— Gracias. ¿Crees que a Yeji le guste? — soltó descuidadamente hasta que notó como una curva se formó en los labios de su madrastra. — No empieces...

— Tú eres el que dá motivos para pensar así. — se burló. — Aunque dejame decirte que no tiene nada de malo en pensar de esa forma. Después de todo, creo que es muy tierno el hecho de que una chica te ponga nervioso. — una risa murmuradora se le escapó los labios y se tapaba estos con una mano para evitar salir una risa.

— ¡Qué no estoy nervioso!

— Ya no lo niegues más, solo míra... — Seulgi tomó una de sus manos y la puso frente a su cara, su palma estaba bañada en sudor.

— Bien, tú ganas. — murmuró y se zafó de su agarre.

— ¿Irás a recogerla?

— No, la veré en la fiesta.

— ¿Cómo? ¿Al menos te ofreciste para irse los dos juntos? — Seulgi puso las manos en jaras en un acto reprochante.

— Sí lo hice, pero ella lo prefirió así. — se encogió de hombros sin importancia.

— Bueno, al menos estarás con ella que es lo importante. — una curva se formó en sus labios y después estos se abrieron para hablar. — ¿Y... has pensando en hacerla tu novia?

— ¡¿Qué?! — el castaño levantó la vista con los ojos muy abiertos de la impresión. — Yo... no sé.

— No te hagas el tonto, apesar de todo lo que hayan pasado ustedes dos yo sé que ella te gusta.

— Pero...

— ¿O qué? ¿Lo vas a negar? ¿Vas a decir que es mentira después de que te la besaste?

— No, pero...

— ¿Entonces?

— ¿Me dejas hablar? — Jeno rodó los ojos y por fin Seulgi se calló. — No puedo hacer eso. ¿Ya olvidaste como comenzó todo?

𝖥𝗋𝖾𝖺𝗄𝗒 ➸ 𝖩𝖾𝗇𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora