Marty Friedman se estaba despidiendo de su novio Jason Becker, pues tenía que irse a vivir con su nueva banda, Megadeth.
-Bueno, Jason, yo ya me voy, te visitaré pronto. -la verdad es qué a Marty le daba igual la relación sentimental que tenía con Jason, lo veía cómo un amigo, pero dijo que si a la confesión del otro por qué lo veía tan animado que le daba pena. Mala decisión, la verdad.
-Claro, mucha suerte, Marty, te quiero mucho. -el más joven lo abrazó.
-Yo... Yo también, ¿Eh? -intentó decirlo, aunque le costaba- Bueno, me voy que llego tarde. -se apartó de Jason y abrió la puerta, saliendo sin mirar al pobre Jason.
-É-esto, Marty... -no sabía que hacer, pues notaba a su pareja con un comportamiento muy seco- ¡Ya me llamarás cuando llegues! -chilló, pues Marty ya estaba alejado de la casa.
Marty, con su maleta y su estuche de guitarra, subió al metro y se sentó.
El chico se puso a reflexionar sobre todo un poco, ¿acaso fué buena idea aceptar la confesión de Jason? ¿Cómo le diría ahora todo? ¿Jason lo aceptaría o le dejaría de hablar?
Muchas preguntas rondaban en su cabeza, mientras intentaba responderlas, el metro ya había llegado a su destino.
Agarró sus cosas y salió del transporte, dirigiéndose a la casa de la banda.
Llamó un poco indeciso, pues no sabía que iba a encontrarse ahí.
Unos minutos más tarde, salió un chico un poco más alto que él, moreno, sin camiseta, dejando a la vista un torso bastante masculino y trabajado, iba también con unas mallas cortas que dejaban poco a la imaginación, Marty se sonrojó un poco, tenía que admitir que el chico era muy atractivo, igualmente, no quería engañar a Jason, prefería terminar primero con Jason y después entregarse a semejante bombón que tenía delante.
-Aunque si tengo que verlo todos los días, no se si aguantaré mucho... -pensó, riéndose un poco en su mente- ¡No! ¿Que cojones? Ayuda lo acabo de ver y... Bueno, déjalo, aunque el tío está bueno, tengo que aceptarlo.
El chico, al ver que no interactuaban con él, le extendió la mano y le sonrió:
-¡Hola! -dijo casi chillando, se le notaba mucho que estaba entusiasmado por la visita- ¿Eres Marty?
-Sí... Ésto... ¿Tú quien eres?
-Me llamo Nick, Nick Menza, encantado de conocerte por fin Marty. -agachó la mano, pues no le correspondieron, le restó importancia- Soy el baterista de la banda, espero que podamos ser buenos amigos, te ves muy majo. -Marty sonreía, el chico no paraba de hablar, pero se notaba que estaba feliz de verlo, y eso reconfortó al ruliento, aunque más que amigos... preferiría que fueran amantes, o mejor, pareja- Sabes, me gustan mucho los aliens, -levantó un dedo dejando a Marty un poco fuera de contexto- ¿A tí te gustan? Te puedo regalar alguno de mis peluches, o mejor, ¡Podríamos ver documentales!
-¡Cierra el hocico, Nick! ¡Vas a asustar al nuevo guitarrista! -chilló un chico desde dentro de la casa, Nick agachó un poco la cabeza.
-Lo siento, no quería agobiarte, es que a veces me emociono demasiado al conocer gente nueva. -se rascó un poco la cabeza.
-Oh, no, no te preocupes, no pasa nada. -le sonrió- Eres muy amable, me he sentido bien al ver que a alguien le importaba mi llegada. -rió.
-¿De verdad? -lo miró sorprendido- Dave siempre me dice que molesto mucho.
-¿Dave Mustaine? ¿El líder de la banda? -se asustó un poco.
-Sí... Igualmente no pasa nada, Dave es un buen amigo, sólo que se enfada fácilmente, desde que lo hecharon de Metallica...
