inexistir.

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26 de febrero de 2022.

Hay veces, en las que simplemente
quisiera inexistir. No todo el tiempo, no
para siempre...

Pero de ves en cuando, quisiera poder
salir de mi cuerpo, abandonarlo, librarme de él almenos por unos días, huir de la despersonalización que me provoca y del rencor que le tengo, desprenderme del dolor, el cansancio y la enfermedad. Simplemente renunciar a él, y todo lo que conlleva ocuparlo.

Pero no solo mi cuerpo me pesa, pues hay otras veces en las que mi mente parece no tener botón de apagado. Quisiera renunciar a ella también, pues aún el perder la concieneia y vivir en una eterna ignorancia acerca de todo sería el más bello y misericordioso regalo. Descansar de la realidad, descansar de las palabras, de los pensamientos, de la gente, y sobre todo, de mí misma.

Pero no todo se trata de mí, hay más
veces, en las que mi inexistencia es más
un tema de bien común. Permitir que
otros descansen de mí, de mis actitudes,
de mis extravagancias, mis necesidades,
mi salud, mis problemas...

Hay veces, solo algunas veces, en las que la inexistencia lo resolvería todo, pero mientras ocupe mi cuerpo y mi mente siga funcionando, solo me queda huir de él, del anti-heroe, ese que al caer la noche me recuerda todas estas cargas que conllevan vivir, y que me somete a un juicio cada vez que cierro los ojos por la forma en la que las llevo.

Me sonríe desde el espejo, esta allí, soy
yo. Quizás no quiero inexistir, quizás solo necesito huir de mí.

Mary Anne.

Cuando las letras sangran.Where stories live. Discover now