VI

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Heeseung había ido directo a su casa donde su madre se encontraba regando unas hermosas orquídeas que al parecer apenas había plantado. Se acercó con cuidado de que no notara su presencia y cuando por fin estuvo cerca, se acercó a su oído para susurrar un "Buu".

- ¡Hijo de tu hermosísima madre! Casi me matas de un infarto. -Ryujin se levantó viendo a su hijo y le dio un manotazo en el hombro.- Yo te di la vida y así es como me pagas, Lee Heeseung.

- Te veías tan concentrada que solo me dieron ganas de asustarte. -Dijo con toda la sinceridad del mundo, riendo de tal forma que sus pequeños dientitos quedaron a la vista y sus ojos casi parecían dos líneas rectas.

- Después de haber asustado a tu hermosa madre solo porque tenías ganas, ¿Qué otra cosa quiere mi hermoso bebé? -Preguntó Ryujin cambiando su tono de voz a uno meloso y cariñoso.

- Quiero ir a la escuela. -Respondió el alfa sin ningún tipo de duda en su voz. Su madre lo vio de manera extraña, buscando algo que le indicara que era una especie de broma lo que su hijo había dicho.- No es broma, mamá.

- Oh, bueno... -La omega solo se quedó seria por unos minutos, analizando la información.- ¿Te parece si hablamos eso cuando tu padre regrese del trabajo?

- Está bien, pero iré a una cita con mi chikistrikis. -El tono juguetón de Heeseung al decir eso, le avisaba a su madre que nada terminaría bien ese día. Solo se dignó a suspirar y seguir plantando las demás plantas que tenía allí.

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Siendo aproximadamente las 2:30 de la tarde, Heeseung corría apresurado antes de que su omega huyera y otra vez tuviera que ir detrás de él. Se arregló la camisa asegurándose de que no tuviera ninguna mancha o estuviera arrugada, se olisqueó un poco casi ronroneando al sentir un muy ligero aroma a eucalipto y café en su ropa, tan ligero que así como llegó, se fue. Chasqueó la lengua ubicando no muy lejos a un grupo de amigos y entre ellos, ese aroma tan hipnotizante para su alfa.

- Sunghoon, no es por asustarte pero aquel alfa te ve como si quisiera arrancarte la ropa en estos momentos. -Won señaló donde estaba Heeseung, casualmente parado con las manos en los bolsillos sin quitarle la vista.

- Sabía que era demasiado bueno para ser verdad. Nos vemos después, cuídense porque no quiero verlos cambiar pañales a tan corta edad. -Sunghoon se despidió de sus dos amigos con la mano y caminó hasta donde estaba aquel alfa.

¿Vamos a por un helado? -El alfa habló entusiasmado, sería la primera vez que no obligaba al omega a hacer algo y era un gran avance.

- Vamos, conozco una heladería que no está muy lejos de aquí. -El omega empezó a caminar siendo seguido por el alfa que iba muy callado, algo raro en él puesto que siempre andaba parloteando sobre hacerlo suyo y hacerle cachorritos.- ¿Sucede algo? -Preguntó deteniendo su andar para girar y toparse al alfa que tenía el rostro serio, como si estuviese pensando en algo realmente importante.

- Tu trasero hoy se ve un poco más grande, ¿Traes relleno o algo así? -Preguntó de lo más casual el alfa, hasta que escuchó un gruñido tan lindo salir de la boca del omega, que lo veía como si quisiera matarlo ahí mismo.

- Hoy te ves como un saco de boxeo, ¿No lo crees? -El tono del omega era uno molesto, queriendo realmente golpear al alfa.- Solo cállate y camina.

Dejando de lado su enojo, siguió caminando notando que el alfa se había puesto a su lado y ambos siguieron caminando hasta llegar a la heladería, donde pidieron sus helados y fueron a sentarse hasta unos bancos que estaban en un lugar solitario. Disfrutando del delicioso sabor y lo hermoso que estaba el día; en ningún momento se dieron cuenta que unos policías se acercaban hasta ellos, uno de ellos tuvo que silbar para que los dos jóvenes se dieran cuenta de su presencia, y solo entonces alzaron la vista.

- Hola, oficiales. -Saludó Heeseung de la forma más amable, sin notar que el omega a su lado se hacía bolita casi queriendo huir y sin querer hacerlo, liberaba un poco más su aroma por el susto. Ahí fue donde el alfa se dio cuenta y se levantó de su asiento para ver a Sunghoon que imitaba su acción.- ¡Corre, perra, corre!

Los dos jóvenes salieron corriendo del lugar, sin importar que la gente los veía raro porque detrás de ellos iban dos oficiales tratando de alcanzarlos.

𝐎𝐥𝐨𝐫 𝐚 𝐦𝐚𝐫𝐢𝐡𝐮𝐚𝐧𝐚 ✿ heehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora