seis

99 13 6
                                    

Jaehyun's POV

— Te digo que es mucho para alguien que fracaso ya en tres intentos de progresar con su empresa, solo nos traerá perdidas. — Dijo Kun ya exasperado porque según él yo le estaba llevando la contraria.

Llevamos más de una hora discutiendo el mismo tema, el cuál es las acciones que le daremos o bueno, le daré al señor Cappelletti, padre de Rossa y mi futuro suegro. En problema no es ese, sino que él señor Cappelletti no es muy exitoso con su empresa y su enfoque en la tecnología es un tanto malo, ya ha probado con productos para los autos, con productos de maquillaje(ese negocio lo llevo a cabo Rossa y no salió muy bien que digamos) y por último y el más reciente, productos de alta tecnología, en lo que se especializa JeongTech, mi empresa, y debo admitir que los aparatos que han sacado no están ni bien pensados, ni bien estructurados y muchos menos tienen un funcionamiento adecuado, pero yo entiendo que es relativamente nueva la empresa y que apenas se comienzan a especializar en eso.

Aunque quiera negarlo la razón por la cual invierto y doy parte de mis acciones, es Rossa, ella estaba muy triste por su último proyecto y aporte a la empresa, ya que en este no le fue muy bien porque sus productos de maquillaje fueron fuertemente criticados, ella salió a pedir disculpas públicamente y dijo que mejoraría su línea de maquillaje, pero hasta ahora no ha tenido nada de avances; así que por imprudente le mencioné que quería invertir mis acciones en otra empresa para expandirme más y tener más socios, pero cometí un error ya que ella me ofreció invertir dichas acciones en la empresa marginada de su padre, no pude negarme así que aquí estamos.

— No es para tanto, tal vez con nuestra ayuda a la empresa le vaya mejor y así tendremos más ganancias. — Ya se que es un poco incoherente lo que dije, pero Kun es mi socio y amigo tengo que convencerlo de que es buena idea, sino, Rossa se pondrá triste o querrá pelear conmigo y no estoy de humor para peleas y mucho menos con ella, es la mujer más terca que conozco, pero la amo y estoy feliz con ella, así que tengo que hacer hasta lo imposible  para verla feliz.

Acuérdate muy bien de esas palabras.

— No lo se, Jae, es muy arriesgado y además...

Kun no pudo terminar de hablar porque la puerta se abrió repentinamente y luego de eso resonó el sonido de unos tacones, era Rossa, me habría alegrado mucho su llegaba en otro momento, pero justo ahora no, estaba tratando de convencer a Kun desde hace más de una hora y ahora se va a tener que ir con la misma idea de no invertir en la empresa de los Cappelletti. Mierda y más mierda.

— Mm, creo que mejor me voy, después seguimos hablando, Jae, si me necesitas estaré en mi oficina. — Y seguido de eso Kun salió rápidamente por la puerta saludando a Rossa mientras lo hacia.

Mierda.

Rossa cerro la puerta y camina hacia mi con una sonrisa felina, cuando pone esa sonrisa es porque viene con intenciones de conseguir algo, ¿será un collar caro?, ¿maquillaje?, ¿zapatillas nuevas?, ni siquiera se porque me sigue pidiendo si ya le di una tarjeta, bueno, de todos modos le terminaré dando lo que quiera.

Rossa rodeo el escritorio y se sentó sobre mis piernas. — Te traje tu almuerzo amor. — Dijo Rossa enseñándome el almuerzo, ella no lo sabe, pero yo estoy conciente de que ese almuerzo no lo hace ella, es horrible cocinando, pero se me hace tierno el hecho de que al menos se preocupa por qué coma bien.

— Gracias, cariño, muero de hambre, ya quiero probar lo que me preparaste hoy. — Le di un beso y tome el almuerzo de sus manos para dejarlo en mi escritorio. — De nada, amor, espero que te guste mucho, mmm, ¿amor? ¿Podemos hablar? — Ya se había tardado, pensé.

— Claro, cariño, dime qué necesitas. — Hizo un puchero y bajo la mirada. — Tu siempre piensas que es porque te voy a pedir algo. — Dijo en forma de queja, siempre es por eso, no sé de qué habla.

— Perdóname, linda, a ver, dime de qué quieres hablar.

Rossa cambio rápidamente su estado de ánimo, sus ojos brillaron con algo que no pude descifrar. — Amor, es que, se me ocurrió que la boda no debería ser en tanto tiempo. Si tú me amas y yo te amo, ¿por qué no la hacemos más rápido? Yo sé que a tu mamá le pareció más la idea de hacerla en más tiempo, pero yo no estoy contenta con eso Jaehyunie. — Maldita sea, no, en esto no voy a ceder, si lo hago mi madre me arranca la cabeza, pero no es justo con Rossa, ella está muy emocionada por la boda y yo también, y se supone que nosotros somos los que nos vamos a casar no mi mamá. Lo pensaré.

— Cariño, sabes que mi mamá no aceptará eso, además, no veo el porque de adelantar la boda, bueno, tampoco le veo sentido a hacer tipo simulacros de la boda, pero bueno, ustedes son las que saben. — Espero no tener que comenzar una pelea por no darle la razón.

Rossa cambio su mirada decidida a una molesta. — ¿¡Por qué nunca estás de acuerdo conmigo!?, ¡Siempre es lo mismo!, ¡Tu mamá me odia! Ella estaría feliz de que no nos casemos, ¡y tú nunca estás de acuerdo con nada! Estoy harta. — Dicho eso se bajó de mi regazo y recogió su bolso, camino hacia la puerta y la cerro de un portazo.

Creo que se desahogo.

Mi dolor de cabeza aumento y mis ánimos se fueron a la mierda, amo a esa mujer pero a veces no la soporto.

No me di cuenta de cuánto tiempo había pasado, luego del numerito que me hizo Rossa me salte el almuerzo y no salí de la oficina para concentrarme en el trabajo, debí haber sabido que era tarde cuando Kun asomo la cabeza para despedirse de mi.

Mi teléfono sonó y cuando lo ví me di cuenta que tenía unas 10 llamadas perdidas, una de Rossa y nueve de Taeyong. Debe estar preocupado.

Atendí el teléfono he inmediatamente escuché la voz de Taeyong preguntándome dónde estaba, me recosté en la silla y solté una risa corta, se preocupa más Taeyong que Rossa, que irónico.

— Cálmate, bebé. Estoy bien, sigo en la oficina, no le preste atención a la hora.

— ¡Eres un irresponsable!, ¡Al menos avisa que vas a pasar más tiempo en la oficina! Baja, estoy aquí en recepción, pero no me dejan subir.

Tae es un ángel, siempre se preocupa por la mas mínima cosa cuando tiene que ver conmigo. — Ya voy, bebé, y deja de gritarme que me haces sentir mal, no seas malo conmigo. — Dije fingiendo tristeza, Taeyong me insulto unas cuatro veces más y colgó.

Recogí mi maletin, mi celular y me puse el saco en el hombro, cuando salí de la oficina me di cuenta que ya no había nadie, ni mi secretaria, deben ser como las 12 AM.

Baje por el ascensor y cuando las puertas se abrieron recibí un golpe en la cabeza. — Te odio, siempre haces que me preocupe.

Amo que lo hagas.

Pero qué cosas estoy pensando, por Dios.

Mañana me voy a preocupar en las cosas que hago, hoy no, lo tome de la cintura y lo pegue a mi cuerpo. — Estas muy agresivo, bebé, cálmate un poco que estoy bien. — Quise jugar un poco con el así que se lo susurré al oído, él tembló en mis brazos y se aferró a mi.

Había pasado mucho tiempo sin abrazarlo y bromear con él, lo extrañe mucho.

— Deja de hacer que me preocupe tanto por ti, Jae, son las 12 AM y pensé que te había pasado algo, te traje algo de comer, pero es mejor si lo comes en el auto. — Joder, el estómago me rugió de solo pensar en la comida de Taeyong.

Lo separe suavemente de mi cuerpo y lo tome de la mano caminando rápido hacia el estacionamiento. Eso comida no se va a comer sola.

マ y, ¿si fuera ella?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora