Capítulo 1. El decreto

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Hace mucho tiempo, cuando el concepto de Shinobi no existía, cierta persona mordió la fruta prohibida y obtuvo el poder del chakra, con el cual intentó detener la Era de violencia. Sin embargo, con el paso del tiempo las personas se obsesionaron con el poder.

Para mantener el orden del mundo, ¿es necesario el poder o el amor?

Este conflicto desencadenó en una larga guerra que continuó a lo largo de las generaciones venideras.

Se dice que desde tiempos antiguos el decreto divino estaba destinado para el clan Hyuga, sin embargo, hubo otro clan que estaba involucrado desde el comienzo. Todo gracias a que eran descendientes de otro Otsutsuki igual de poderoso.

Indra, quien daría comienzo con el clan Uchiha. De este clan vendría un Kekkei Genkai tan poderoso llamado Sharingan y un potente chakra.

Y para poder completar su plan, Toneri necesitaba a cualquiera de los descendientes de las dos familias. Sin embargo en aquellos momentos, el más próximo a ello era Hyuga Hiashi, a quien tenía frente a él.

El peligro era inminente.

☀️

Desde pequeño lo admiraba, solía mirarlo todo el tiempo en la Academia, aunque siempre tenía que fingir que no lo hacía. Tenía que fingir porque estábamos todo el tiempo en una rivalidad.

Itachi y mi madre ya habían descubierto lo mucho que me gustaba. Así que, ella aprovechaba para platicarme de Kushina y lo muy buenas amigas que eran. Y luego, yo le contaba de Naruto en la Academia. Itachi sonreía al escucharme hablar tan emocionado, hasta que llegaba mi padre y guardaba silencio.

No era que no le tuviera confianza... pero mi padre podía llegar a ser muy estricto y que me fijara en alguien a mi tierna edad, bueno, tal vez no le parecería.

En una clase en la Academia con Iruka-sensei, él preguntó con quién la pasaríamos si fuera el último día de la tierra. Choji dijo algo con respecto a que le gustaría tener carne en vez de estar con una persona, todos rieron, yo no lo hice porque un Uchiha no debía reír por cosas tan banales, aunque esa vez, cuando mi hermano mayor fue por mi a la Academia se lo conté y ambos reímos en voz baja mientras íbamos a casa.

Aún en la actualidad recordamos ciertas cosas y reímos cuando estamos solos. Ya sabes, «un Uchiha no debe de reír en público por cosas banales», aunque me gusta la idea de que mis hijos no piensen así.

—Escriban el nombre de la persona con la que quieren estar en el papel —dijo Iruka-sensei.

Sentí la mirada de Sakura y también la de Naruto. Él estaba celoso porque Sakura me miraba a mi y no a Naruto, porque le gustaba yo y no él. Yo quería que Naruto me mirara a mí de la misma forma.

Pero solo éramos unos niños, ¿cierto?

Aunque eso ni siquiera cambió aún cuando nos volvimos genin.

Yo estaba consciente de con quien pasaría el momento si ese último día llegará. En el papel puse el nombre de mi hermano mayor, pero habría puesto el nombre de Naruto también en aquella hoja, porque también querría pasar ese tiempo con él.

Cuando arrojó su hoja por la ventana, lo vi de reojo, internamente sonreí.

Siempre siendo Naruto pese a todo.

🌙

Nos tocó juntos como el equipo 7, Naruto era un mocoso sin remedio... pero aún así me gustaba mucho. Quería reír en muchas ocasiones con sus ocurrencias y sonreír o sonrojarme cada vez que me miraba, como lo hacía Sakura, quien demostraba su sentir hacía mí sin importarle nada.

The Last | NarusasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora