Secretos [Deku × OC × Katsuki]

Capítulo 11

Palabras: 7544

Holaa mis queridxs lectores/as!

Espero que la trama no se os esté haciendo muy pesada.
Es un triángulo amoroso entre Izuku, Ayane y Katsuki, pero he empezado la historia a raíz del drama con Dabi y Shinso.

¡No os preocupéis! La historia no va a girar en torno a esto, es una introducción de todo lo que se viene después. Me gusta añadir dramatismo a mis historias pero espero que no se os haga pesado.😣

Gracias por leerme, espero tener terminado este libro antes de que finalicen las vacaciones de Navidad para no haceros esperar mucho cuando retome las clases, aunque aún me queda bastante :,)

¡Disfrutad de la lectura y de las vacaciones para quienes la tengáis!

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Romper con Izuku se le hizo horriblemente costoso.
Llevaba años enamorada de él y seguía estándolo, pero por culpa de Dabi las cosas no estaban siguiendo el curso que deberían, aunque ya no estaba segura de que fuese del todo culpa suya, pues su mente no le jugaba buenas pasadas.

Estaba echa polvo, tras llegar a su casa se había encerrado en su cuarto y se había puesto una serie en el portátil, a la cual apenas prestaba atención porque su corazón estaba roto y su mente divagaba en sus pensamientos sin parar.
Estaba hecha un ovillo, viendo la pantalla de lado, era incómodo, pero le daba igual.

Había estado llorando desde que llegó a casa y se le habían agotado las lágrimas, estaba segura de que tendría unas pintas horribles y que parecía que le habían metido un puñetazo en cada ojo.

Unos toques en su puerta la sobresaltaron, se apoyó sobre la palma de sus manos y giró hacia la entrada mientras pausaba la serie.

- Ayane, soy mamá. ¿Puedo pasar?

- No. -Respondió de forma escueta.

No quería que la viera así porque eso implicaba preguntas que no quería responder.

- ¿Es que no vas a bajar a cenar, hija? -Le preguntó en un tono dulce y maternal.- Estamos en la misma casa pero parece como si no vivieras aquí. Baja, hemos hecho hamburguesas.

Su relación con su madre llevaba siendo fría desde hace mucho tiempo. En ese último año notaba que Mayu se estaba esforzando por cambiar eso pero Ayane se sentía incómoda con esa cercanía.

- No tengo hambre, he cenado con Izuku.

El silencio al otro lado de la puerta le garantizaba que su madre se había quedado sin excusas para hacerla salir. Oyó un suspiro.

- Vale, cariño. Te guardamos la tuya para mañana a la hora de comer.

- Vale.

- ¿Estás bien? ¿Estás segura de que no quieres que entre? Nos vendría bien hablar las cosas, no quiero que estés enfadada conmigo.