Capitulo 38: Claro que sí

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Pablo me había comentado que esta noche cenábamos en un restaurante de la playa.

Me pusé un top azul claro y un pantalón negro.

Llegamos al restaurante y pedimos.

-Luego vamos a la playa ¿Quieres?

-Claro, amor -dije.

Hoy había noche de estrellas, por lo que me emocionaba muchísimo ir a verlas con pablo.

Cenamos tranquilos, más allá de que se acercaban para pedir fotos, pero nosotros aceptabamos, como siempre.

Las primeras estrellas aparecieron y pablo hizo que lo mirase a los ojos.

-Bella.

-Dime, pablo.

-Sabes lo mucho que te quiero, a ti y a nuestro hijo. Te agradezco cada vez que me ayudaste luego de un mal partido y nunca te fuiste de mi lado. También agradezco lo fuerte que fuiste en el embarazo de Mateo, sabiendo las discusiones que teníamos, nunca bajaste los brazos y como tu dices, se me está pegando tu hermoso acento, pero es algo que amo, aún que tú digas que es mejor que el español y yo lo niegue. Quiero que todos mis hijos sean españoles y argentinos, pero que sobre todo, la madre de ellos seas siempre tú. Por eso hoy, quiero preguntarte si -dijo arrodillandose - ¿Te quieres casar conmigo?

Yo tape mi boca con mis manos sin creerlo y mis ojos se humedecian.

-¡Claro que si! -me pusé a su altura y lo besé.

Pablo cogió mi cintura y me pego a él.

-Creía que me dirías que no -dijo mientras reía nervioso.

-Nunca podría decirle que no al amor de mi vida.

Él sonrió y beso mi cabeza.

-¿Qué quieres hacer ahora?

-No lo se, amor -dije.

Decidimos ir a pasear y luego ir a casa.

En cuanto llegamos, una llamada de aurora iluminó la pantalla de mi móvil.

La cogí sin dudarlo y puse en altavoz.

-Hola, mami -escuché decir a mi hijo.

-Hola, bebé ¿Qué tal?

-Bien, ¿Vosotros?

-Fenomenal, te extrañamos mucho -dije sentándome arriba de pablo para que el también hablara.

-Hola, mi amor.

-¡Papii! -Escuché decir emocionado.

-¿Estás obedeciendo?

-Claaro -dijo riendo.

-Mateo, te portas bien -dije.

-Que sí, mami.

-Mi amor, nos vamos a dormir, mañana hablamos ¿?

-, os quiero -dijo.

-Nosotros también, mi vida -dijo su padre.

Nos despedimos y colgamos.

Mire mi anillo sonriendo y apoye mi espalda en el pecho de pablo.

-Mírame a mi, deja ese anillo -dijo serio.

Yo reí y lo bese.

Me miró con una sonrisa pícara y supe que es lo que quería.

-No se tú, pero yo voy al Jacuzzi -dije levantándome y yendo a llenar el jacuzzi.

-Si me lo dices así, claro que voy.

Vino hasta mi y beso mi cuello.

Una vez que ya estaba todo listo, saqué mi ropa lentamente y me metí.

Mire a pablo mientras este me imitaba y se quitaba la ropa.

Se sentó y yo me senté delante suya, mi espalda en su pecho, mi cabeza en su hombro y yo entre sus piernas.

Lo mire y besé su cuello.

-Tendríamos que estrenar Jacuzzi -dijo pablo tocando mis tetas.

Yo simplemente sonrei tontamente.

Pablo bajó sus manos por mi abdomen llegando a mi centro, mientras besaba mi cuello, mi hombro y mi mandíbula.

Acarició mi clítoris y tire mi cabeza para atrás.

-¿Quieres qué siga? -preguntó alejando la mano de mi zona.

Asentí frenética y supe que sonrió.

Seguimos durante un rato pero no estábamos follando, estábamos haciendo el amor, después del nacimiento de Mateo, ambos supimos que lo de follar era algo del pasado, que ahora era hacer el amor.

Luego de salir del Jacuzzi, nos secamos y fuimos a acostarnos y como siempre, dormí en su pecho, mi lugar favorito.






















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¡¡¡¡¡¡QUE SE CASAN!!!!!

Siempre fuiste tú  |  Pablo Gavi.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang