Julián estaba sentado en la mesada de la cocina de Leandro mientras balanceaba las piernas en el aire, escuchaba la conversación de Paulo y Rodrigo los cuales estaban sentados en la mesa, aveces opinaba de cosas o simplemente reía.
Llegaron a la casa del ojiazul hace una hora ya que los tres estaban aburridos en sus respectivas casas, así que mientras Leandro fue a comprar a un chino tres botellas más de fernet, ellos esperaban a las visitas.
De fondo se escuchaba el rkt levemente, Rodri se había quejado pero Leandro hizo oidos sordos a sus propuestas de escuchar tini y sus nuevas cinco canciones. Y gracias al cielo se negó.
—¿Cómo estaba Enzo al final? ¿Ustedes dicen que viene?—pregunto dybala, mirando a Julián y después a Rodrigo.
Julián negó. —No amigo, posta no sabes como estaba, yo pensé que la quedaba ahí nomás, pero tenía toda la cara moretoneada, roja. Encima le pegaron con un cuchillo. —julian suspiro, Enzo si era cabeza dura como decían. —encima los boludos no querían ir al hospital porque que se yo los papás lo iban a cagar a pedo, pero creo que es mejor que se les muera el hijo por un derrame o algo.
Los dos se miraron sorprendidos. —¿De verdad tan así?, pobrecito... —Hablo Rodrigo, la verdad ese grupo le había caído bien.
—Entonces no creo que venga, una lástima. —hablo dybala haciendo que Julián arquee una ceja, tomó un largo trago a su fernet que reposaba en su mano y suspiro lentamente.
Hablando de roma, la puerta se abrió, escuchando las fuertes risas y la charla que estaban teniendo el grupo de turros, viendo como entraban por la puerta principal gracias a que Leandro tenía una casa de concepto abierto.
Cuando no vio a aquél turro Julián se desánimo, hasta que lo vio entrar. Vestía una campera deportiva negra con el logo de nike, unos shorts de river, en ojotas que tenían dos líneas blancas y una gorra con la visera hacía atrás. Si fuera otra persona Julián se reiría de él, pero era enzo y todo le quedaba de diez.
Sus miradas chocaron pero Enzo la apartó rápidamente, poniéndose serio. En su ceja tenía un parche blanco manchado levemente de sangre, y unos moretones violetas abajo del ojo izquierdo. Se veía lindo de todas formas pensó Julián.
cuando todos entraron a la cocina, primero se acercaron a saludar a los dos que yacian en la mesa, después a Julián.
—¿Que onda Juli? ¿Todo tranqui? —hablo Otamendi, posando sus manos en los muslos del nombrado acercándose a dar un beso en su mejilla. El cordobés dejo de respirar por los nervios, soltando una risita.
Lo que no se percataron era que Enzo veía todo desde lejos.
Cuando Enzo se acerco, le dio una sonrisa sin mostrar los dientes, el cordobés se sorprendió al ver que solamente hizo eso y se fue a sentar a una silla, al lado de Paulo.
Leandro subió la música del parlante, la cuál empezaba a sonar la mission 18 de Alan Gómez. Haciendo que la casa retumbe cuando le subió al máximo.
—¡Bajale a eso mongi, está temblando toda la casa! —grito Lisandro. Haciendo carcajear al ojiazul bajándole a un nivel moderado.
—¡Oaaaa! —grito Otamendi, cuando empezó el estribillo.
Julián miro a Enzo, viendo como este ya lo estaba comiendo con la mirada, el castaño intento descifrar lo que le quería decir, hasta que cayó, le estaba cantando la canción.
—Esta noche te quiero volver a ver, pero ¿Que tengo que hacer para verte en mí cama desnudo? — Dijo, Julián noto como cambió los pronombres a masculino. Sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal, y fue más cuando vio al morocho guiñarle el ojo.—Debajo de la luna, transpirado los dos en una, por si me querés mandar, agenda mi celular.—canto Enzo, haciendo señas de lo que decía la canción.
Julián desvío la mirada sintiendo su cara caliente. No le podía haber cantado esa parte, era imposible.
Enzo era hetero. Enzo tenía novia.
Escucho una voz grave volver a cantar.
—Cuando quieras sexo, me llamas, nos encerramos todo el fin de semana para matar, para matar las ganas, no dejemos nada para mañana, solo llama— Canto el morocho tatuado, mirando con aquellos ojos demandantes a Julián. Cómo si estuvieran hablando normalmente y Enzo le haya dicho eso.
Julián aparto la vista rápidamente, se sintió mareado en un punto. Miro a Nicolás que se había acomodado al lado de él, lo miro inspeccionandolo, un jean ancho, una chomba Lacoste negra me a cuál era muy notable que era trucha y la compro en la feria, y unas zapatillas deportivas y nada más. Muy básico penso el castaño.
—Me gusta tu jean. —Hablo Julián por primera vez desde que llego aquel grupo a la cocina, llamando la atención de los tres que estaban en la mesa.
Otamendi giro su cabeza hacía el cordobés, sonriendo. —Ah mira vos, después te paso la dirección y vamos juntos.
La tonada pícara que le puso a aquella frase fue completamente innecesaria, haciendo que Julián asienta levemente sin aportar más a ese intento de conversación.
—Eu Julián —esbozo Leandro, haciendo que el nombrado mire hacía él.— me olvidé de comprar Baggio, ¿Vas?
Julián frunció el ceño —¿Baggio para qué? ¿Y por qué yo?
—Porqué estas re al pedo, dale amigo, ahí te transfiero. —El castaño bufó y bajo de la mesada, sacando su celular.
—Yo-...
—Yo lo acompaño —hablo Enzo, interrumpiendo a Nicolás, haciendo que todos giren hacía él. — eh... tengo que comprar algo yo también.
—Y que vaya él solo tarado, decile y te lo compra. —hablo Cuti, riéndose de él.
El morocho lo miro mal y Cristian no acotó más —No, porque solo me lo venden a mi. ¿A demás que les importa? Chusmas de mierda.
Rodrigo rio de aquella mentira, pero calló al ver qué nadie más lo hacía. Se ve que solo él se dio cuenta.
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Julián y Enzo
OK ya se q los abandone y bla bla bueno pero volví y capaz les tire otro cap
si esta medio feo perdonen no tuve tiempo ni de respirar pero eso ya tienen cap del q tanto pedían
