Capitulo 19/Part2

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Naruto le obedeció dejando paso al médico, que en seguida comenzó a inspeccionar la herida. Acto seguido, llegaron más hombres y Shikamaru llevó a un lado a su amigo para que hablaran y se despejara de la impresión que habia sufrido.

-¿Qué ha pasado?- le preguntó Shikamaru una vez que se apartaron.

-Se ha pegado un tiro. Al parecer, él es quien estaba detrás del secuestro de Sarada.

-Joder- soltó Shikamaru, enfadado. -Me imagino que también estaba detrás de la muerte de las vacas.-

Naruto asintió y lo miró a los ojos.

-Él provocó el accidente de Hinata y Boruto.

Los ojos de asombro de Shikamaru le indicaron a Naruto lo que su amigo pensaba.

-Y ahora ha puesto en peligro a Sasuke-añadió Naruto.

-No te preocupes por eso. Todavía disponemos de una hora. Averiguaremos el lugar del encuentro y....

-Es en el barranco-lo interrumpió Naruto. Y Sasuke tiene pensado ir solo.

No hizo falta decir más. Ambos hombres salieron de la oficina como perseguidos por el diablo y montaron en sus caballos para dirigirse al rancho.

Tal vez, con suerte llegarían a tiempo.

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Faltaban pocas horas para el amanecer y todo estaba saliendo según lo planeado.

Se habia asomado a oscuras por la ventana, y había visto a Shikamaru y a Naruto marcharse a caballo. Le dolia engañarlo, pero no podia permitir que algo saliera mal. Naruto y Sarada eran ahora todo lo que tenía y no podia perderlos.

Le dolia el cuerpo por la preocupación y la espera, observando cómo las agujas del reloj se movían despacio. Pero lo peor de todo eran sus pensamientos. No podía dejar de pensar en Naruto y en los profundos sentimientos que habían nacido dentro de el; todo lo que sabia era que esperaba que este tiempo con él nunca terminara y que Sarada volviera a salvo con ellos.

Solo esperaba que cuando esto acabase, su esposo lo recibiera con los brazos abiertos.

Y entre pensamientos y sollozos, las agujas del reloj llegaron a su puesto.

-Ha llegado el momento...- dijo Sasuke en un susurro para darse animos.

Sin tiempo que perder, se levantó de la cama, donde llevaba un rato sentado, y comenzó a vestirse.

Habia cogido de las cuerdas de tender las ropas de uno de los muchachos del rancho, por lo que no tardó en estar vestido. Luego, se recogió el cabello y tomó un amplio sombrero que le estaba un poco grande, pero que le taparía el rostro, y por fin se miró en el espejo.

"Ahora solo tienes que caminar como ellos y acercarte al caballo que has dejado preparado",se dijo a si mismo.

Sin pensárselo dos veces, salió de la habitación y, en cuestión de unos minutos, consiguió salir de la casa sin llamar la atención. Después, con cuidado de no hacer mucho ruido, sacó la silla de montar de su escondrijo y se dirigió hacia uno de los caballos más dóciles.

Solo habia conseguido poner la silla de montar sobre el lomo del caballo, cuando tras el escuchó la voz de un hombre que la sobresaltó.

-¿Eres tú, Billy?

El hombre no estaba muy cerca de el, por lo que podria engañarlo y hacerse pasar por ese Billy si no se acercaba. Por suerte, el hombre no desconfió y continuó hablando como si creyera que era el tal Billy. Sin duda, el dueño de esas ropas.

-Si ves a Gaara, dile que los muchachos de la parte norte han regresado sin problemas.

Sasuke sabia que tenía que responderle para que él no se extrañase, pero si lo hacía, su voz lo delataría, por lo que simplemente asintió, dio un gruñido y continuó su camino.

Y pareció funcionar, porque el hombre no lo detuvo ni dio muestras de reconocerlo.

Solo entonces se permitió soltar el aliento y sonreír, porque esa mania que parecían tener todos los alfas de Montana de gruñir, en vez de contestar, y que tanto le exasperaba, lo había salvado.

-Vamos, Sasuke. Si conseguiste cruzar medio pais para venir a Rosebud, también puedes llegar al barranco.

Algo más decidido, no tardó en montar y ponerse en marcha. Aunque eso si, no pudo evitar preguntarse por enésima vez, si habia hecho bien en no decirle a nadie a dónde se dirigía. No solo por si le pasaba algo, sino porque Sarada ahora dependía solo de el.

Continuó cabalgando despacio, preocupado por perderse o por lastimar al caballo. Por suerte, el sol no tardaría mucho en salir y todo se resolvería.

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Naruto volvió a mirar al hombre, con el ceño fruncido.

-¿Estás seguro de que fue hacia el norte? -le volvió a preguntar a este.

-Asi es. Al principio crei que era Billy, por sus ropas y por su estatura, pero cuando lo vi unos minutos después, supe que no podia ser él.

Naruto miró al peón y este bajó la mirada como si se avergonzara de no haber reconocido al esposo del jefe y haberlo dejado marchar. Pero Naruto no podia culparlo. Lo conocia desde hacia unos años y sabía que era un hombre trabajador y honesto. También entendía que bajo la oscuridad y ante una figura pequeña vestida de hombre, no podía sospechar que fuera su esposo escabullendose.

-Está bien. Solo nos lleva unos veinte minutos de ventaja.

-Puede que algo más, no estoy seguro.

Naruto se volvió hacia su amigo Shikamaru, que permanecía callado tras él.

-¿Crees que ha ido al barranco?- le preguntó este de pronto.

-Apostaría mi sueldo. Voy a ir tras el.

-Te acompañaré.

-No-afirmó Naruto, categórico. Debo ir solo o podria pasarle algo a Sasuke y a la pequeña. Además, ya has hecho mucho por mí y debes volver con tu esposa.

-Pero no puedes enfrentarte solo a ese indio. Has visto lo peligroso que es. No dudará en matarte.

-Por eso mismo. No puedo permitir que al ver a un puñado de hombres se sienta amenazado y cometa una locura.

Naruto no podia perder más tiempo convenciendo a su amigo, por lo que montó en su caballo dispuesto a marcharse y acabar con esa discusión.

-Confia en mi. Antes de morir, Kabuto me dijo que estaban convencidos de que yo acudiría en lugar de Sasuke. Él me espera a mi, no a mi omega.

-Está bien. Pero no puedes ir sin cubrirte las espaldas. ¿Qué crees que seria de Sasuke y Sarada si a ti te ocurriese algo?

Naruto se quedó pensativo hasta que encontró una solución que complaciera a todos y le diera un comodin por si lo necesitaba.

-Busca a Gaara, que prepare una partida y permanezca cerca del barranco.

-Me parece una buena idea dijo Shikamaru. Les diré que estén atentos, y en caso de que los necesites, da dos disparos seguidos y acudirán.

-Gracias, Shikamaru- dijo Naruto mirándolo a los ojos, como si le agradeciera toda una vida a su lado.

-No te hagas el héroe y regresa. A ser posible, entero.

Mi esposo inesperado (Narusasu)Where stories live. Discover now