Capítulo 17

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Ese día, Candy había decidido llevar el pelo suelto, llevándo como único adorno una cinta de seda a modo de diadema; los pocos rayos solares que se asomaban entre el cielo nublado londinense hacían resplandecer la dorada cabellera, mientras que el aire que soplaba, mecía suavemente sus rizos. Terry miraba embelezado la delicada belleza que caminaba tomada de su brazo. Al sentir la mirada penetrante, Candy giró su rostro regalándole una sonrisa que deslumbró al castaño.

Hacía tres días de su reconciliación y de ese beso que despertó la pasión y el deseo hasta entonces desconocido para ambos. De manera deliberada, Terry cubrió la pequeña y delicada mano con la suya, provocándo que las mejillas de su amada se tiñeran de un suave sonrojo, era ahora o nunca, se dijo el castaño, pensando meticulosamente lo que iba a decir.

-Candy, quisiera saber, si te gustaría ser mi pareja en el baile que mi padre ofrecerá- aún faltaba poco más de un mes para el baile anual que su padre brindaba en Grandchester house para la alta sociedad londinense con motivo de las fiestas navideñas, y dado que no sabía si los Andrey pasarían las vacaciones de invierno en Londres, tenía que actuar de manera rápida para asegurar de que su pecosa estuviera ahi.

-¡Porsupuesto que me encantaría!- respondió inmediatamente Candy- aunque... No sé si la tia abuela tenga planes de permanecer en Londres- añadió bastante afligida.

-No te preocupes que yo me encargaré de que el duque extienda la invitación personalmente- dijo un Terry seguro de si, trazando la manera en que convencería al duque.

La noche ya había caído en la ciudad cuando ambos rebeldes llegaron al colegio, y ante la mirada inquisidora de la hermana Eloise, Terry no tuvo más remedio que depositar un casto beso en el dorso de la mano.

Candy caminaba despreocupada por el pasillo que conducía a las habitaciones, cuando repentinamente escuchó el llamado extasiado de Patty.

-¡Candy, me da tanta alegría que hayas venido!- decia Patty con una voz que desbordaba felicidad-vayamos donde Annie antes de que empiecen las rondas.

-¡Oh Candy! Me alegro tanto que las cosas entre Terry y tú se hayan arreglado- fue el recibimiento de Annie, ya que su hermana resplandecía mas que nunca, comparado con las semanas anteriores en las que se veia bastante triste.

-Gracias Annie- dijo bastante abochornada Candy, pues bien sabía que su comportamiento de las semanas pasadas no fue nada bueno.

-Pero anda Patty, ya está aqui Candy dinos que es eso tan importante que no quisiste comentar en la merienda- decía una Annie bastante ansiosa, pues desde su llegada al colegio veia a Patty bastante alegre y al preguntarle, esta se negó a contarle hasta que no estuvieran las tres juntas.

-Pues... ¡Que Stear ha pedido la autorización de mi padre para cortejarme!- la castaña no cabía de felicidad, abrazándose a si misma con una brillante sonrisa iluminando su rostro, mientras sus amigas la miraban divertidas.

-¿Que fue lo que dijo tu padre?-quiso saber Annie.

-Verán...- empezó por relatar Patty ante la mirada atenta de sus amigas- Nos encontrabamos tomando el té,mamá, la abuela Martha, Stear y yo-dijo con una sonrisa Patty-yo sentía el loco palpitar de mi corazón. Fue cuando papá hizo su aparición ¡yo sentí morir al ver su fría mirada en direccion de Stear!- Annie y Candy se llevaron ambas manos al rostro imaginando la escena que relataba su amiga- y a pesar de los esfuerzos de la abuela, papá no dejaba de cuestionar a Stear-una triste mirada que fue rapidamente compuesta cruzó por el rostro de Patty- fue cuando Stear ahi frente a todos, le pidió a mi padre el cortejarme de manera oficial, dicéndole a papá que su deseo una vez terminara la universidad era... ¡Casarse conmigo!

Las exclamaciones de sus amigas, eran de pura felicidad.

La trampa fallida de ElisaWhere stories live. Discover now