Lujuria [ROMANCE 4] [Vol.1: Terminado - Vol.2 - 01/Septiembre.]

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐓𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 & 𝐓𝐫𝐞𝐬

🤍✨ᴍᴀʀᴀᴛᴏɴ ɪɪɪ/ɪɪɪ✨🤍

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ʙʀᴏᴏᴋʟʏɴ
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— Cuando era pequeña estaba en clases de Ballet, puedo decir a ciencia cierta que es una actividad que te enseña mucha diciplina.

Desvié la mirada del camino fijándola en Nathaniel. Estaba en silencio mientras conducía, y aunque llevaba un largo rato hablando su expresión seguía siendo agradable.

— Fue breve, pero corregí mi postura, me ayudó mucho... ¡Uh! Y cuando estuve en Francia con mis abuelos, tomé clases culinarias, específicamente repostería, pero solo fue por querer, ya que aprendí a cocinar a los doce años, pero eso me sirvió para ampliar mi conocimiento en una gastronomía diferente.

Mire mis uñas, ya hacía falta retocarlas; será mejor que agende una cita para antes del viaje a Florida.

— Y mi hermana me enseñó a cocer, Anabel, ella sabe mucho sobre costura, se dedica a eso, es algo así como una diseñadora, pero todo lo hace por su cuenta, aparte de que tiene significativas tiendas de ropa... Empezó con todo ese asunto a temprana edad; siempre ha sido el orgullo de la familia, ella y Cristian. ¿Sabe? Me doy cuenta de que he hecho muchísimas cosas a lo largo de mi corta vida para intentar llamar la atención de mis padres, pero no fue suficiente, supongo que son las consecuencias de ser la del medio.

Asintió como si comprendiera... Algo me decía que no estaba escuchando realmente, por lo que preferí cambiar de tema.

— No tuve mi primer novio hasta los dieciocho, porque mi papá no me lo permitía, siento que no tuve una adolescencia normal, pero a la vez me alegra que mis padres hayan sido tan estrictos, la mayoría de las chicas con las que estudiaba quedaron embarazadas a temprana edad, sin embargo, yo perdí mi virginidad a los veintitrés años. — Dije sin ninguna razón. — ¿Acaso eso me convierte en una marginada? — Volvió a asentir lentamente. — Por cierto, es un mito, la primera vez no duele, se siente algo incomodo, pero te acostumbras enseguida... — reí levemente.

Esta vez sí me vio a los ojos un instante con una extraña expresión confusa.

— ¿Por qué ahora estamos hablado sobre esto?

¿"Estamos hablando"? Me parece multitud, considerando que es la segunda vez que abre la boca para decir algo más que "buenos días."

— Evidentemente es por el tamaño, porque la vez en la oficina sí dolió.

— ¿Primera vez con algo real?

Aquella pregunta fue irónica, lo noté por su tono de voz.

— No exactamente, pero sí con algo de ese tamaño.

Apagó el motor sacando la llave sin apartar la mirada de la mía por un momento. Recorrió mis piernas explícitamente para luego acabar en mis ojos otra vez.