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Estacioné mi Mercedes Benz en el parqueo de la empresa, salí del coche y me dirigí al ascensor del parqueo, en el piso principal se abrieron las puerta y me encontré con nada más ni menos que mi nueva asistente.
—Buenos días Heeseung. -Me saludó con una sonrisa, que tierna.
—Buenos días, Aeri ¿Acabas de llegar? -Pregunté ya que son las 8:30.
—No, llegué hace 40 minutos pero bajé a comprarle un café. -Dijo y me tendió uno de los vasos que tenía en la mano. —No sé cómo le gusta el café, lo pedí con un poquito de azúcar, si no le gusta puedo ir otra vez y comprarle otro. -Le di un sorbo al café, suspiré. —¿Como le gusta el café? Le compraré otro por si no le gu-
—Si me gustó. -La interrumpí y baje la mirada para verla. —Es justamente como me gusta. -Dije y ella sonrió. —Tu lugar del escritorio lo puedes modificar si quieres.
—¿Enserio? -Dijo emocionada, yo sonreí.
—Claro, puedes hacer lo que quieras con tu espacio.
—¿Y no dañaré la estética de la oficina?
—Nah, eso no importa, aún así creo que la remodelaré, parece iglesia. -Rió y mi sonrisa se hizo más grande. El elevador se abrió y dejé que pasara ella primero, llegamos a mi lugar para encontrarnos con Nari en su escritorio.
—Buenos días Nari. -Saludó Aeri con una sonrisa que Nari devolvió.
—¿Se coordinan o que mierda? -Dijo ella mirándonos a los dos.
—¿De qué hablas? -Pregunté confundido.
—Están perfectamente combinando el vestuario. -Aeri y yo nos miramos. —Ayer también, oigan si van a vestir en conjunto avísenme, me da cosa que estén de marrón y yo de azul.
