Yorichi estaba caminando alrededor de sus padawans, mirando cómo estaban de rodillas y con los ojos cerrados, con varias piezas para construir sus sables de luz. El jedi autoexiliado no pudo evitar sentir orgullo por sus padawans; ellos pasaron por una dura prueba para conseguir sus cristales kyber.
Yorichi: "Escuchen, mis jóvenes padawans. Concéntrense; estos cristales kyber los eligieron. Ahora tienen que hacer sus sables de luz. Dejen que la Fuerza los guíe para poder construirlos"- les dijo mientras las piezas que están frente a ellos empezaron a flotar.
Las piezas empezaron a flotar en un espectáculo hermoso de creación y demostración de la Fuerza. Cada pieza empezó a juntarse para crear el arma que más caracterizaba a un jedi; uno de los grandes pasos que tenían que dar para convertirse en jedi. Tal vez no oficiales, pero en un futuro próximo, quizás serían caballeros jedis oficiales, y Yorichi nunca dudaría que sus aprendices serían de los jedis más fuertes y reconocidos.
Tanjiro fue el primero en terminar su sable de luz, el cual tenía dos pequeñas ventilas. Como paso final, puso su cristal kyber de color azul en su sable. Después, abrió los ojos, tomando su sable de luz en sus manos para después encenderlo.
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El segundo en terminar su sable de luz sería Zenitsu, el cual su sable tenía una forma un tanto peculiar. Él también abrió los ojos para después agarrar su sable de luz y encenderlo, mostrando una hoja de luz azul.
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El tercero en terminar sería Genya, el cual tenía un sable de luz estándar, al igual que Zenitsu y Tanjiro. Abrió los ojos y encendió su sable de luz, también de color azul.
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El último en terminar sería Inosuke, que a diferencia de sus amigos, él tendría dos sables de luz estándar. Al terminar de crearlos, él sonrió orgulloso y con emoción e impaciencia los encenderá.
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Ellos sonrieron con emoción y cada uno no tenía palabras. Habían dado un gran paso en su camino como jedis. La emoción era tal que ninguno dijo nada, incluso Inosuke, que era el más gritón de todos; él no dijo nada, solo quedó callado.
Yorichi sonrió orgulloso por sus padawans. Habían dado uno de los grandes pasos para convertirse en jedis, y él no dudaría que ellos serían jedis espléndidos.
