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Unas semana

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Unas semana. Una semana llevaba Han Jisung recibiendo cartas de un desconocido, no entendía como, pero esas cartas lograban animarlo al final del día. Tal vez era por los lindos mensajes que recibía, o por las palabras de aliento que daba ese anónimo en sus días mas ajetreados.

Hoy, como venía siendo rutina, una nueva carta esperaba ser guardada por el castaño, para ser leída más rato en soledad. Donde no podría ser juzgado por dar sonrisitas y chillidos tontos al leer las cursilerías que posiblemente estuvieran escritas ahí.

Rápidamente el castaño abrió su casillero, encontrándose con la sorpresa de que no sólo había una carta ahí. Un tulipán – que ni siquiera sabía cómo – se encontraba dentro del pequeño espacio.

La flor que veía casi en perfecto estado, como si la hubieran dejado ahí recientemente. Una suave sonrisa se esbozaba en su rostro, junto al extraño pero agradable sentimiento de calidez que se empezaba a instalar en su pecho. Quizá era porque nunca antes alguien le había dado un detalle así, o eso se forzaba a creer Jisung. ¡Era imposible que le empezara a gustar alguien del que ni siquiera conocía su cara!, las únicas pistas que tenía del anónimo eran; que le gustaban los gatos y de hecho, tenía tres; era hombre; trabajaba en el mismo lugar. Información no muy útil tomando en cuenta de que en donde trabajaba la mayoría de colegas eran varones. Han realmente no conocía a nadie, además de su amigo, Yang Jeongin. Tal vez haya tenido algún tipo de interacción con varios de sus colegas pero no recordaba el nombre de la mayoría, sin contar a los de su equipo.

Guardó sus cosas – incluyendo la carta y la flor –, se despidió de algunos de sus colegas para ir a la parada de taxis que se encontraba cerca de la entrada principal. Mientras esperaba a que el taxi que pidió llegara, sintió una presencia cerca. Levantó la mirada topándose con un chico un tanto alto, con el cabello azabache y una mirada bastante felina, muy guapo a decir verdad. Se veía algo indeciso, abría la boca para hablar pero no lograba formular nada y tampoco podía sostenerle la mirada a Jisung, la apartaba siempre.

Dudó un poco, pero el chico se veía muy indeciso de si hablar o no — Ey, ¿necesitas algo?

El muchacho se sonrojó un poco, eso le pareció algo un poco tierno a Han, no pudo evitar que una leve sonrisa se esbozara en su rostro. Pasando desapercibida por el contrario.

Yo.. — el chico titubeo un poco antes de continuar — ¿Me puedo sentar aquí..?

¿De verdad lo preguntas? — Jisung se veía divertido. Ante la pregunta, el chico asintió, sacandole una pequeña carcajada a Han. — Ni que el lugar fuera mío, siéntate. No deberías preguntar por algo así. — dijo aún divertido.

Algo nervioso, el muchacho se sentó a un lado de Han, el cual solo le sonrió mientras devolvía su mirada a su bolso. El chico no era muy paciente, y parecía que su taxi no pasaría nunca, por lo que sacó la pequeña carta del bolso para poder leerla. Volteó su vista al chico que tenía a su lado, pillándolo mientras lo miraba.

Letters to Jisung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora