"El capítulo en blanco: Escribiendo el futuro sin ataduras"

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La vida es un misterioso camino; no siempre vas derecho y sueles tropezarte con piedras de distintos tamaños, a veces no las esquivas y llegan a lastimarte. Pero aún asi no te hacen retroceder, sin importar cuantas heridas te hayan causado te levantas y te sacudes el polvo para continuar. Asi es esto, seguir hacia delante incluso cuando todo parece confuso.

El cielo aún conservaba algunas estrellas de la noche mientras el sol salía lentamente, se podia sentir la dulce brisa del amanecer. A lo lejos, se podia escuchar el canto de los pajarillos en el tendido eléctrico que se extendia a lo largo de la carretera. Podia observarlos desde la ventanilla del auto, cantar y volar de un lado a otro como si nunca hubiera un mañana; ver lo felices que eran en ese momento me hizo preguntarme ¿Por qué iniciar un nuevo dia es tan especial? Después de todo es sólo un dia más con la misma rutina de siempre. En ese momento no lo comprendía del todo, sin embargo al adentrarme a una nueva etapa con nuevas personas y en un lugar diferente, me haría entender porque los días no son solo días.

¡Oh!, cierto. Mi nombre es Yeo Hwanwoong y les hablaré un poco sobre mí antes de que conozcan la historia de mi vida, un tanto alocado desde mi punto de vista. Nací en Corea del Sur pero mis padres fallecieron en un accidente aéreo, no tenía más familiares asi que me mandaron a un orfanato. Me adoptó una dulce pareja, quiénes me recibieron con los brazos abiertos y con mucho amor para dar; mi padre adoptivo se llamaba Nam Si-Heon y mi madre adoptiva Han Jun-Hee. Viví con ellos en Corea hasta mis 3 años de edad ya que mi madre recibió una oferta de trabajo en New York de la empresa en la que ella trabajaba, asi que mi padre apoyo a que aceptara la propuesta. De modo que, tuvimos que mudarnos los tres a Estados Unidos para comenzar una nueva vida desde cero; no fue algo fácil ya que al ser un continente y país diferente las cosas cambiarian para nosotros. Aún asi mis padres no se desanimaron y se mantuvieron positivos ante esta nueva etapa.
Nos hospedamos en un apartamento que estaba cerca de la empresa donde mi madre trabajaría, mi padre por otro lado era arquitecto pero se dedicaba la mayoria del tiempo a crear muebles de madera para venderlos en línea, asi poco a poco fuimos alcanzando cierta estabilidad económica para subsistir los tres en esa gran ciudad.
Curse el jardín de niños y la primaria con ciertas dificultades pero al dominar el inglés pude adaptarme y socializar mejor.
New York era una ciudad muy hermosa, los altos edificios, el clima helado que hacía que te temblaran las rodillas, el ambiente de las calles; simplemente era increible. Pero lo que más amaba era pasear con mis padres todas las tardes, para luego pasar comprando galletas de avena y comerlas en casa con el delicioso café que mamá preparaba. No habia momento más feliz que ese, estar sentado los tres en el sofá bien abrigados con las galletas sobre la mesa y cada uno sosteniendo calidamente con ambas manos una taza con café.
Mi infancia sin duda fue muy agradable, no hubo algo malo que me llegase a afectar o a amargar mi niñez.
Sin embargo, el saber que mis verdaderos padres habian fallecido y que ellos solo me habian adoptado me hacia sentir miserable, como si no mereciera la maravillosa vida que ellos me ofrecian a pesar de lo duro que era estar en otro país.
Cuando estaba a punto de entrar a la secundaria le notificaron a mi madre que el puesto que ejercia en la empresa lo ejecutaria otra persona y debido a eso, tenía que retirarse del puesto para trabajar en otra aréa de la empresa o volver a Corea nuevamente. Mis padres consideraron un tanto decepcionante por parte de la empresa la forma en como la sacaron del puesto, asi que mi madre decidio retirarse de la empresa ya que ese puesto era lo único por lo que habia decidido venir a Estados Unidos; de modo que después de un tiempo, mis padres planificaron regresar a Corea para quedarnos permanentemente.
Realmente fue algo muy doloroso para mí, era como si me arrancaran una parte de mi ser. New York era mi hogar, viví muchas cosas ahi y el hecho de tener que marcharme para siempre era como si clavaran una estaca en mi pecho. Me desgarraba tener que abandonar todos esos bellos recuerdos de pasear por las calles junto a mis padres después de la escuela, ver las calles repletas de gente abrigada, los edificios altos, mis amigos de la escuela, el parque al que solia visitar los fines de semana para andar en bici o jugar a la pelota, y sobretodo nuestro pasatiempo familiar.
Dejar todo eso atrás para tener que comenzar una nueva vida desde cero, me volvía loco de solo pensarlo por lo que me costó mucho adaptarme a vivir en América; includo maldeci haber nacido en Corea pero ya no habia nada que hacer, todo estaba decidido y lo único que me podia limitar a hacer era simplemente tragarme mi enojo y aceptar la decisión de mis padres.
Me despedí de mis amigos y conocidos que hice en New York y pasee por última vez por las frias calles de la ciudad, levantando de vez en cuando mi cabeza para ver los altos edificios y memorizarlos en mi mente para finalmente llegar a la panaderia y hacer una última compra de las deliciosas galletas de avena; al salir de la tienda me giré para verla de frente y me dije a mi mismo que no importa cuanto demorara pero yo volvería a pasear por estas calles una vez más.

El auto se estacionó y finalmente llegamos a nuestro antiguo hogar en Seúl. Esperé unos minutos en el auto mientrás analizaba detenidamente la casa que estaba frente a mi, no era muy grande pero era lo suficientemente espaciosa como para que viviera una pequeña familia, tenía un pequeño garaje a lado de la casa para que el auto entrara, alrededor de la casa habia una especie de cerca de madera la cual estaba pintada de blanco, la casa era de dos pisos y tenia una tonalidad de color crema, la puerta era blanca y las ventanas eran de vidrio polarizado.
Cuando termine de analizar la casa, me dispuse a salir del auto para entrar a conocerla por dentro. Mi padre bajaba las maletas y cosas que habiamos traido con nosotros de Estados Unidos, eran demasiadas asi que trate de ayudar en lo que pude. Entré y pude ver que a pesar de que nadie habia vivido aqui en años lucia bastante cuidada y aseada. Dejé las cosas en la sala de estar y me dediqué a conocer cada rincón de la casa, todos los muebles estaban tapados con sábanas blancas y en algunas partes habian telarañas. Subí al segundo piso y estaba todo igual, habia un poco más de polvo que abajo pero lucia bastante bien. En eso escucho a mi madre llamar mi nombre para que bajara a retirar mis cosas; estuvimos alrededor de unas 5 horas acomodando y limpiando todo.
Finalmente, la casa quedó limpia y ordenada. Asi que nos dispusimos a cenar para luego irnos a descansar, el viaje fue agotador y encima tuvimos que acomodar la casa. Cenamos y luego me encargue de lavar todo, cuando en lo que estaba apunto de subir a mi habitación mi padre me llama.
-Hijo, ven acá. Quiero hablar contigo-
-Claro, ¿pasó algo?-
-Sabes que tienes 15 años ¿cierto? y que estabas a punto de entrar a la secundaria-
-Por supuesto, incluso llegue hasta cierta parte de mis estudios en América pero ya que regresamos a Corea tuve que dejarlos-
-Bueno, te tenemos noticias. Antes de regresarnos, hablamos con la directora de una Secundaria acá y pues estás inscrito para empezar tus estudios el próximo lunes-
-¡No puede ser! Es bueno saberlo, asi no me atrasaré-
-Asi es, mañana irás con tu madre a comprar lo que necesitas para este curso ¿esta bien?-
-Claro, lo que ustedes digan-
-Bueno, ahora ve a dormir. Necesitas descansar-
-Ustedes también. Buenas noches y que duerman bien-
-Buenas noches hijo, recuerda que te amamos mucho-
-Lo sé, yo también los amo-

Me despedí de mis padres con un cálido abrazo y me retire de la cocina para subir a mi habitación que estaba en el segundo piso, justo al final del pasillo. Abri la puerta y me tiré en la cama, estaba muy cansado por el viaje pero estaba un poco melancólico por todo lo que estaba sucediento. Entrecerré mis ojos y comencé a recordar las frias noches en New York y lo feliz que me sentia estar en casa junto a mis papás sentado los tres en aquel sofá, no supe con certeza en que momento me quedé dormido pero puedo decir que desde que sentí la calidez de la cama me fui al mundo de los sueños.

☆ Listo, el primer capítulo finalizó. Diganme ¿qué tal les parecio? ¿Aburrido, entretenido o del azco?
Trataré de actualizar el otro capitulo,besitos :3 ☆

Cat LoveWhere stories live. Discover now